Cap 10 | El juicio

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A la mañana siguiente me levanto de buen humor, espero que nada ni nadie arruine eso.
De pronto se me vino a la mente  mi padre diciéndome que hoy tenemos que ir a la corte para tener el juicio, oh si.

Llego a la secundaria y me dirijo donde están la mayoría de los estudiantes, el patio central.

Caminé un poco más y me senté en la fuente, es hermosa.
El agua de la misma es cristalina y puedo ver mi reflejo en ella.

Desde que entré en primer grado de primaria siempre me ha encantado sentarme en esta fuente; además de que está un poco retirada del patio central y…

—Oh, pero que tenemos aquí— escucho su voz y automáticamente se quién es—. Tiempo sin verte, Naty.
—¿Qué haces aquí, Sofía?—La miro fríamente.

Me observa por un momento y se sienta a mi lado.
—Pues, vengo a pedirte un favorcito— Me sonríe falsamente.

Ok, Sofía Carson, la peor chica que he conocido en el planeta Tierra.
Me odia, la odio, el sentimiento es mutuo.

¿No ven? Se cree superior a todos, se viste demasiado comprometedora, sí, se cree de 26 años o algo parecido y apenas está en tercer año de secundaria, está loquita.

Me ha hecho la vida imposible desde que entré aquí. Y esos “Favorcitos” que me pide, no son favores, son órdenes.

Por un tiempo me dejó en paz hasta hoy, que se acaba de aparecer, pero ya no, ya no más. 
Ella no es nada ni nadie para mandarme a su conveniencia.

—Bueno, siento informarte que está vez, ni ninguna otra vez más, voy hacer lo que se te antoje, así que te puedes dar media vuelta e irte.— La miro cortante.

—Oh, ya veo que eres un poco más fuerte que antes ¿No?— Hace una risilla sarcástica— Y… Ya no me sirves para nada, me largo.

Uf, por fin me quité a la pesada de Sofía de encima dándome órdenes.

Toda la mañana transcurre normal. Cuando terminan las clases mi tía pasa a buscarme, me lleva al departamento y se va a trabajar.

Llego a mi cuarto, me doy una ducha, me pongo cualquier cosa, pues no me importa si me veré bien o mal, total ni quiero ir.

Escucho un claxon pitar y se que es el auto de papá.
Agarro mi chaqueta y las llaves del departamento, y salgo.

—Hola, date prisa. Vamos a llegar tarde por tu culpa—. Exclama papá mientras me abre la puerta del automóvil y yo simplemente asiento de mala manera.

30 minutos después, llegamos.   
Aparcamos el auto para entrar al lugar.

Estuvimos esperando un rato hasta que nos llamaran para entra a la sala.

Un rato después entramos.
Me senté en un lugar del lado izquierdo y en eso me percato que mi tía está sentada del otro lado.

¿Qué? Oh, olvide que ella también estaría aquí.

Pues, era obvio, ella iba a pelear por mí.




























El tiempo pasó y solo era juicio tras juicio….

Hasta que dieron el resultado..

—La custodia de la menor Natalia Victoria Ortíz Miller, le queda otorgada a…— El juez hace una pausa observando a todos en la sala— El señor Rafael Ortíz.— Golpea con su mazo el atril— Damos por cerrada la sección— Y todos se empiezan a retirar.

Es el fin. ¿Ahora que haré?

Miro a mi tía que se dirige hacia mí y me abraza muy fuerte mientras lágrimas caen de mis ojos hacia mis mejilla, y veo que ha ella también se le salen algunas.

—Mira, Naty. Pase lo que pase yo siempre estaré contigo, nunca te dejaré sola. Jamás te abandonaré—. Me despega de sus brazos suavemente, me regala una sonrisa y se va.

 Me despega de sus brazos suavemente, me regala una sonrisa y se va

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La oscuridad que dejó ver mi luz©✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora