Cap 15 | Todo comenzó.

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Es de madrugada, pues me desperté gracias a una pesadilla, que hace mucho rato no tenía...

Me levanto para buscar un vaso de agua, lo tomo y me siento en el sofá, a pensar, ¿de qué? De mi vida, de como ha sido hasta ahora.

Todo comenzó con la falta de cariño de mis padres hacia mí, su desprecio, su falta de atención, su preocupación. La neta que yo no entendía porque estaba muy chica, simplemente no entendía porque mis padres siempre pensaron que yo fui un error en sus vidas.

Pero a pesar de todo, yo los perdoné, porque en mi corazón no hay rencor en lo absoluto, y claro, yo los amo y ya no importa si me hicieron daño o no, porque al final del día siempre van a terminar siendo mis padres.

Después, mi tía, ay mi tía, la persona más amada y adorada en este mundo por mí. La que me recibió en sus brazos a pesar de todo, la que me cuido, y esperó por tanto tiempo después de lo que pasó para reencontrarnos.
Porque sus brazos son los únicos que me calman, que llenan mi corazón de alegría, de paz.

Luego, Amanda, mi mejor amiga, mi dulce compañera, mi pañito de lágrimas.
Es que ella ni se imagina lo mucho que la quiero, lo mucho que me ayuda con todo.

Fue la típica chica que conocí en un parque, gracias a un tropezón que nos dimos, que si no hubiese sido por ese tropezón doloroso y gracioso, quien sabe si la hubiera llegado a conocer; que después de ese día, más nunca, absolutamente más nunca, me volví a separar de ella, y que claro, hasta la vejez nuestra amistad durará.

¿Recuerdan? Aquel vecino que tocó aquella puerta, que me deslumbró al instante, que me hechizó con su mirada; aquel primer amor, mi presente, y mi futuro.
Aquel chico que me espero tras algunos años sentado en una banca, para acto seguido proponerme ser su novia.

Mis amigas, mis cómplices, mis compañeras de clase, mis locas, las que me sacaban una sonrisa en cada clase que compartíamos todas.
Aquellas que jamás se fueron de mi lado, que me acompañaron siempre, en cada momento de mi vida.

Esas son todas las personas que marcaron mi vida cuando llegaron a ella y pertenecieron hasta el día de hoy.

Y si, estoy nostálgica hoy, y es porque ya han pasado varios años, pues hoy cumplo 23 años de edad, 23 vueltas al sol, 23 tan largos años llenos de sufrimiento, traumas, golpes, maltrato, felicidad, locura, amistad, paz, amor, cariño, y de amor propio...
Y hoy, le doy gracias a Dios por darme la vida que me dio, por hacerme sufrir, porque si, eso me ayudó a comprender que todo en la vida no es felicidad, que también existen momentos duros en tu vida, que tienes que saberlos afrontar con suma valentía y fuerza, gracias a eso, me convertí en lo que soy hoy.

Así que hoy disfrutaré el día al máximo rodeada de todas las personas que en realidad me aman, incluyendo a mis padres, si, hace algún tiempo hicimos las pases, y ya todo quedo en el pasado, todo perdonado.

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-¡Cumpleaños feliz, te deseamos a ti, cumpleaños, Naty, Naty, cumpleaños feliz... eh!-Todos me sonríen, y aplauden.

Agarro uno de los micrófonos que están en una de las bocinas, carraspeo la garganta para que todos me escuchen:

-Queridos amigos, familiares, compañeros, y demás. Solo quería darles las gracias a cada uno de los que estan aquí, y principalmente a Dios.
Cada uno a marcado mi vida de una manera diferente, para bien o para mal, pero gracias a todas las experiencias que tuve con cada uno de ustedes, puedo decir que ahora soy yo, después de la tormenta, de la oscuridad, hoy por fin puedo decir que, mi luz ya está saliendo para demostrar quien soy yo en realidad, para demostrarme que tengo que ser fuerte y valiente a pesar de las tormentas, de las circunstancias, yo sigo aquí, de pie, no me rindo, porque nunca hay que darse por vencido.- Siento las lágrimas de felicidad que caen de mis ojos y bajan por mis mejillas. -¡Uff! A pasado mucho, ya no soy esa Natalia que tenía miedo cada vez que se le acercaba alguno de sus progenitores, ya no soy esa Natalia que pasaba todas esas tardes en la grama con la lluvia empapandola toda, ya no soy esa.
Mi vida cambió, y por primera vez, puedo decir, que para bien.- Lo único que se escucha son los aplausos. -Gracias, muchas gracias, por todo.

Le paso el micrófono a mi tía que quiere decir unas palabras, mientras me seco las lágrimas.

-Bueno, que te puedo decir, Naty-mi tía me mira con dulzura y con los ojos brillosos debido a las lágrimas que retiene. -Solo te voy a decir que estoy orgullosa de ti, por cumplir tus metas, por cumplir todo lo que te propones, por ser valiente, guerrera, luchadora, amorosa, amable, directa, empática, y muchas cosas más.-Me abraza.-Mi niña, deseo que estos 23 años sean de bendición para tu vida, que sigas cumpliendo tus metas, y todo lo que te propones. Feliz cumpleaños, mi querida Naty.- Mi tía me vuelve a abrazar muy fuerte con lágrimas en los ojos, las cuales yo comparto mientras todo el mundo grita y aplaude.

El tiempo transcurre y todos nos ponemos a bailar, charlar, reír, contar chistes, y más.

Esta es nuestra propia versión de la felicidad, es lo que demuestra que por fin se cumplió.
Porque después de tanta tormenta, tanto llanto, tanto trauma, tantos maltratos, tanto miedo, tanta oscuridad, yo puedo decir, que ahora estoy en paz, y como dije, gracias a todo eso, a todo lo que yo viví, mi vida ahora es feliz.
Y por esto es que esto se llama...

La oscuridad que dejó ver mi luz.

The End...

La oscuridad que dejó ver mi luz©✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora