Epílogo

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4 años más tarde...

Me encuentro en la sala de mi departamento esperando a que Víctor venga por mí, no me dijo hacia donde iríamos, pues es una sorpresa, supongo.

Estoy un poco nerviosa, espero que no sea nada malo.

Poco después llega y nos adentramos en el auto.

—¿Estás lista, amor?— Pregunta, mientras maneja.

—No, sinceramente no.— La sinceridad ante todo, señores.

—Vamos, te va a gustar.— Hace un puchero, lo que provoca que no me resista.

—Esta bien.— Digo finalmente.

Poco después llegamos a una plaza, no se que planea, pero confío en él.

Baja él primero del auto y me abre la puerta.
—No, no te levantes.— Exije y lo miro confusa, por lo cual agrega. —Volteate, te voy a vendar.

—¿Qué? ¿A caso me quieres secuestrar?— Pongo cara de horror.

—No, solo date la vuelta y ya.— Mmm bueno, confío en él, así que le haré caso.

Me venda y me saca del auto, y me ayuda a caminar hacia donde, no sé.

Llevamos varios minutos caminando hasta que se detiene, siento que se aleja y entro en pánico.
—¡¡Victor!! ¡¿Cómo me vas a dejar aquí sola?!

Se ríe y me dice:
—Quítate la venda.— Hago caso y...
Veo que está arrodillado con una cajita entre sus manos, donde se encuentra un anillo de diamante.

Quedo boquiabierta, él me mira sonriendo, pero puedo percibir que está nervioso. A continuación me propone: —¿Quieres ser mi esposa, para toda la eternidad, Naty?

Estoy que lloro, trato de contener las lágrimas pero ellas me traicionan, además, ¿cómo decirle que no al chico que me llenó de felicidad y amor puro?
—Claro, por supuesto que quiero casarme contigo, Vic.

Se levanta, me coloca el anillo, y me besa por varios minutos. El contacto suave de sus labios siempre me hizo sentirme cálida, en casa.

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Tiempo después ya tenemos 3 niñas, que son trillizas, si, son traviesas, pero dulces, son mitad papá, y mitad mamá.

Nos encontramos en la sala viendo una película de cómicas, porque a las niñas les encantan, pues ellas, que tienen 7 años son como su mamá, que siempre lleva un pedazo de niñez en su corazón.

Aquí es cuando ya mi felicidad está completa, tengo a Dios, tengo una familia feliz, unas amigas maravillosas, un esposo extraordinario, un hogar, y por supuesto que me tengo a mi misma.

Estos momentos, en mi corazón, quedarán grabados como una ilusión...

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No pude aguantar en subirlo.

La oscuridad que dejó ver mi luz©✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora