Capítulo Final

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Meses después, podemos localizar a la joven pareja en su hogar, los dos habían comenzado a trabajar junto con sus padres al acabar la Universidad, Las dos empresas iban a flote, el problema de la empresa Uchiha se arregló en poco tiempo. 

Hacía aproximadamente una semana que los dos dejaron sus oficinas debido a que se acercaba la fecha de nacimiento del bebé. Aún no había señales que mostraran un día en concreto. Pero Boruto no iba a arriesgarse, obligaba a Sarada a estar recostada casi todo el día. Aunque esta no se tomara muy bien sus órdenes. Ahora un rubio la buscaba entre todas las habitaciones maldiciendo por tener una casa tan grande.

-¡Sarada! ¿Dónde estás?-Siguió el sonido de la música proveniente de cierta habitación, mosqueando al ojiazul en el acto.- Como este bailando otra vez me va a dar algo.- Maldijo en voz alta

En cuanto entró a la sala, lo primero que vio fue a cierta pelinegra con el vientre muy marcado por el bebé, moviendo su cuerpo.

Boruto detuvo la música en cuanto entró a la Sala causando un gran enfado en Sarada.

-¡Oye!- se acercó al rubio con un rostro frustrado. Necesitaba moverse si no quería volverse loca, ya llevaba mucho tiempo en su cama sin hacer alguna cosa. Como no saliera de esa condición su cerebro se fundiría.

-¿Qué dijimos de utilizar esta sala con tu estado?- Boruto estaba firme antes esa pregunta, solo hacía falta ver su  cara para saber que iba en serio con el tema de su prohibición al baile. Cosa que enfurecía un tanto a Sarada.

-Yo no accedí a nada, me lo impusiste en cuanto dejamos de trabajar ¡Ni que estuviera inválida!- Le chilló dramáticamente, las hormonas le afectaban un tanto a su actitud.

-¿Que te cuesta entender que te puedes dañar?- Boruto sonaba desesperado por hacerle entender que  era mejor prevenir que lamentar, pero su pelinegra no pensaba lo mismo. Es más, el baile era demasiado inofensivo, si había que elegir entre Boruto y el baile, no podría, están al mismo nivel.

-Nunca me he dañado bailando y nunca lo voy a hacer.¿ Porque no lo entiendes? A mí me gusta bailar y al bebé también.- Se tocó por encima su gran abultado vientre.

-Al final provocaras que te cierre la habitación con llave, así no podrás entrar sin mi permiso. Se cruzó de brazos mientras sonreía triunfante, no obstante, sarada tenía más cartas a favor e iba a jugar con ellas.

-Hazlo y me mudo a casa de mis padres.- La bomba fue soltada, quitándole la sonrisa al rubio a la velocidad de la luz, normalmente no habría nada malo en eso, Sarada podía visitarlos si quería, el problema recaía en que estaba seguro de que, si Sarada pisaba esa casa para ir unos días, no volvería, es más, su ahora suegro lo mataría al momento por hacer enfadar a su hija y nieto, Porque sí, ahora más que nunca Sasuke estaba emocionado por ser abuelo, quería a toda su familia excepto "al hombre que le arrebató a su hija", palabras textuales del Uchiha. El bebé era bienvenido a su familia pero él no. Y eso le hacía sudar frío. No iba a permitir que Sarada se fuera, podría dejar su orgullo de lado y hasta suplicarle que se quedara si fuera un caso extremo.

-bromeo.-Intentó apaciguar el mal genio de la pelinegra.- nunca lo haré.- Definitivamente, en menos de tres meses en los que empezó su embarazo, Boruto aprendió que no era nada bueno enfadarse con una mujer en estado. El hombre siempre perdería. Era mejor ayudarla y luego cuando tuvieran el bebé todo volvería a la normalidad. O eso creía.

-Mucho mejor.- Sarada sonrió triunfante.- Así te aseguras de que el bebé te quiera.- Esa discusión se estaba alargando demasiado, Sarada quería que fuese niño y Boruto que fuese una niña. Cuando la doctora de Sarada les preguntó si querían saber el sexo ambos negaron, sería una sorpresa. Y lo estaban esperando con ansias.

Comprometidos(BORUSARA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora