Irina Kazanova
Lo primero que hice al sacarlo del hotel fue caminar hacia un pequeño restaurante familiar nos metimos a los baños y convencida de su habilidad camaleonica le pase peluca, pupilentes y maquillaje, solo le ayude con algunos toques.-Lo bueno es que estas acostumbrado a esto verdad? Kioko Niiyama?-El fruncio el entrecejo algo molesto al punto de decir algo pero su expresion cambio en segundos.
-Sii, no me molesta, el visual kei es mi vida y la verdad luzco mejor que muchas chicas jajaja..-rio macabro y negué, él estaba empezando a agradadme definitivamente. Yo negué y le entregué su pasaporte .-Ten son tus nuevos papeles de identificación. -Vamos ya.-salimos enseguida del local avistando enseguida un buen auto; con naturalidad fui a la parte del piloto y abri.
-¿Ese auto no es tuyo o si?.-me miro asombrado-
-¡Ahora lo es!.-me introduje y le abri la portezuela del copiloto-. -Sonreí abiertamente una vez, sólo fue necesario conectar un par de cables y estábamos en marcha, todo parecia ir en calma pero por obiedad no era asi; cerca a cruzar por una de las grandes avenidas nos salieron cuatro autos negros.-Kioko mejor ponte el cinturon .Sin hacerme preguntas obedeció y yo empecé a inmiscuirme entre los autos con habilidad, claro que no era de manera convencional, cosa que le causaba nervios de muerte al vocalista. Iba y venia aprovechando cada pequeño hueco pero la velocidad no daba tregua para poder perderlos.-Mujer segura que sabes lo que haces? -me miraba de reojo más que nervioso, mientras yo movía el volante con habilidad .-Oh si, saque diez en mi prueba de manejo-. Todo iba bien, cuándo un enorme tráiler nos cerró el paso; no podia detenerne pues de por si ya teniamos a esos matones respirandonos en el cuello, asi que aceleré más, según mis cálculos alcanzaríamos a pasar. Ruki no dijo nada, me parecia que ya sabía lo que pretendia hacer, quiza estaba en shock con lo que el niño odiaba la violencia; asi que allí estábamos, casi cómo en cámara lenta; logramos cruzar antes que el tráiler nos pasará a llevar y ganando tiempo para seguir lejos de los matones pero pronto noté que una moto había logrado seguirnos. -Muy bien, Matsu necesito que manejea okey?
-Heeee? Y-yo???
-Sip.-le deje el volante y le costó un tanto estabilizarlo pero al conseguirlo me vi libre para atacar.PoV Ruki
—¡Esta mujer está loca!— pensé al ver de reojo el como saca la mitad de su cuerpo por la ventanilla, la velocidad a la que íbamos era bastante considerable; aún así ella se sentía segura de que yo podría controlar el vehículo, lograba ver una sonrisa en su rostro al momento de apuntar hacia el tipo de la motocicleta —Sigue adelante, chico— odiaba que me llamarán de esa manera —Cuándo te diga que te detengas lo haces de golpe y cuenta hasta 5 y vuelve a ponerlo en marcha ¿Entendiste?— preguntó —Entendí, estoy listo— el sonido del viento, el motor de ambos vehículos se mezclaban, pero su tono de voz era tan dulce que fue lo único que pude recordar cuándo trate de dibujarla —¡Ahora, para!— pise el freno y ella comenzó a disparar; —uno, dos, tres, cuatro, cinco— puse en marcha de nuevo el auto —¡Si! Wow— axpreso ella; miré por el retrovisor y el tipo de la moto yacia en el suelo —¿Él está...?— no pude terminar aquella pregunta —¡Claro que lo está! Esto no es una película, ahora lárgate el otro asiento, yo me encargo apartir de ahora— hice caso, aún no procesaba todo lo que estaba pasado. Manejó por horas y horas —Duerme, cuidare de ti— la miré —Gracias— trate de dormir y funcionó hasta que sentí cómo picaba mi mejilla —Querido, ¿Puedes alcanzar nuestros documentos?— asentí y aún soñoliento le dí nuestros pasaportes, ella se los entrega al oficial que los revisa como si su vida dependiera de ello —Todo en orden, sigan adelante— regreso los documentos y continuamos como si nada —La frontera es tan fácil— río un poco —¿Quién le puso precio a mi cabeza?— pregunté, ella dibujó una sonrisa y dijo —Solo sigo...— la interrumpí —Ordenes, lo sé, pero eres alguien diferente, bastante preparada para alguien como yo— ella abrió sus ojos en completa sorpresa —Ruso, Japonés, supongo que Chino y sus derivaciones, seguro también hablas Inglés, tanto Americano como Europeo— seguí hablando —Buen manejo de armas, pelea cuerpo a cuerpo y supongo que amplio conocimiento en veneno, acceso a dinero y documentos, tal parece oficiales; ¿Porque te mandaron a ti?— pregunté, ella detuvo el auto a un lado de la carretera y suspiro —¿Que te hace pensar que hablo chino?— preguntó —Me hace pensar la posibilidad de que no saliera bien tu trabajo en Rusia, tenias otras oportunidades— respondí —Es cierto que mi experiencia es amplia y me he implicado con tipos más peligrosos que tú— bajó del auto y cierra la puerta —¿Porque tú?— pregunté de nuevo y salí —De verdad no sé— ella se puso delante de mí y me dio un par de pinzas —Baja y corta cualquier cosa, tenemos que cambiar de auto— fruncí mi ceño, tomé de mala manera las pinzas e hice lo que me pidió. Después de una enorme cantidad de Ride's llegamos al aeropuero, pensaba en lo chicos y en cómo se habrán tomado la noticia —Mi celular no ha sonado ni una sola vez— pensé, busco en mi bolso, en el de mis pantalones y sudadera —No está— susurré preocupado —¿Buscas esto?— en su mano estaba mi tan preciado aparato de comunicación —Quiero llamar a los chicos de la banda, deben de estar preocupados— hablé —Le deje al líder de la banda una carta, una dónde explicaba todo y no creo que sea seguro el que lo uses— mencionó. Levanto la mirada y me tomo de la mano —Nos encontraron, entremos a aquel baño— comenzamos a caminar y mis nervios comenzaron a presentarse —¿En el baño estaremos bien?— ella veía en todas direcciones, con la mirada siempre al techo, algo buscaba —Bien, ya tengo listo todo— ella miró sobre su hombro y entramos directo al baño que estaba a nuestra derecha, tan pronto cerró la puerta me dio instrucciones y las seguí —¿Cuántos años llevas en esto y ni una sola vez te arrepentiste?— dijo la persona que entró al baño —Recuerdas a la mujer que te dijo; tengo hijos, por favor no lo hagas, ¿Recuerdas?— podía escuchar toda la plática —Y no me arrepiento, esa mujer era un peligro y lo sabes— respondió —Me han encargado el comunicar que tal vas un con tu trabajo, pero, tal parece que no puedes— ella soltó una leve risa —Lo saqué de Rusia, logré que confiará en mi y lo alejé de las personas que son importantes para él, es más fácil matarlo y botar su cuerpo en un país al que no pertenece— habló —Las órdenes fueron matarlo en el lugar— dijo furiosa la otra chica —¡Claro! Y que mi maldita cara saliera en un video, bueno, si tanto quieres este trabajo, te lo entrego; el enano está en el primer cubículo, es tuyo— apreté mis manos y escuchaba el caminar de la persona que nos estaba siguiendo, se abrió la puerta y vi su rostro —Adios enano— puso un arma frente a mi, cerré los ojos...
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Les dejo el nuevo capítulo, olvide que tenía que publicarlo ayer, espero que les guste.
