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-Lo que pasa es que...

-Soy parte de un experimento de los humanos para mejorar sus capacidades físicas y mentales al grado de poder comunicarse mediante telepatía, experimentaron con un globo ocular normal, pero...- Fízgon empezó a sollozar internamente, intentando retener las lagrimas que amenazaban con salir violentamente y Tuqui solo lo observaba fijamente a la espera de sus próximas palabras no queriendo estresar más a su amigo, pues el pasó por una situación similar pero completamente diferente.

Cuando se pudo tranquilizar Fízgon, limpió unas lagrimas que salieron sin permiso y continuó hablando.

-Algo salió mal en uno de sus tantos experimentos y yo empecé a mutar, me salieron brazos, piernas, adquiri la capacidad de hablar, ingerir alimentos, pensar y todas esas cosas, incluyendo sus conocimientos a lo largo de la historia. Por eso me encerraron y continuaron experimentando conmigo.- volvió a quebrar en llanto, pero esta vez no lo ocultó y lloro tan fuerte como se lo permitía su capacidad.

-No comprendes por todo el dolor que tuve que pasar Fue horrible todo, por eso en cuanto tuve la oportunidad, me escapé y fuí lo más lejos que pude de aquel laboratorio, por eso estoy aquí- a ese punto ya se estaba tranquilizando un poco, pero el llanto seguía.

Tuqui empezó a acercarse lentamente para no asustarlo y lo envolvió en un cálido abrazo para brindarle confort, un abrazo que Fízgon no tardó en corresponder.

-Claro que te comprendo, yo pasé por algo similar- Fízgon al escuchar esto se separo abruptamente por la sorpresa que el otro le causó, se limpió rápidamente las lágrimas y se quedó estático en su lugar pensando. Pues viéndolo bien no era muy normal que un tucán hablará y sea de plumaje azul y mucho menos que viviera en un desierto.

Cuándo finalmente salió de sus pensamientos se armó de valor y preguntó si le contaría su historia al contrario.

Tuqui asintio con la cabeza y abrió el pico para empezar a contar.

-Yo...

Las aventuras de Tuqui y FízgonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora