[ C A Z A D O R D E B R U J A S ] Intendenteplay (AU)

Capítulo #5 🏷️

_ P r e o c u p a c i ó n _

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La noche comenzaba a caer, el perro ya comenzaba a estar cansado.
Conway estaba igual, pero aquel animal, a pesar de detenerse cada cierto tiempo a descansar, continuaba siguiendo el rastro, debía haber esperanza alguna.

El hombre se terminó sentando un momento en una de las grandes piedras.
Eran esos pequeños momentos dónde la auto reflexion  y nostalgia le invadían, preguntándose «¿En qué me equivoqué?»
Momentos en los que un poema invadía su mente...

Un poema que en su mente se veía como alguien quien, alguna vez, lo fue todo para él.

El perro ladró un poco, como sacando a su dueño de aquel momento.

Y frente a sus ojos vio como una persona se movía entre los árboles recostandose a los pies de uno.

Sin pensarlo demasiado se acercó con cuidado, suspiro relajándose cuando el animal parecía haber encontrado su objetivo.

- ¿Tonet? -
Habló bajo y en un tono calmado, intentando su asustar al que creía era el niño que buscaba.

Este, como si hubiese visto a la misma muerte, pareció palidecer frente al mayor al tiempo de daba un brinco y se agarraba fuerte el pecho.

- ¿Eres Tonet? -
El chico asintió confundido mientras veía como el otro se acercaba.
- Tu padre te está buscando-
Habló quedando frente a el.
Sus cejas se alzaron y sus ojos se abrieron poco más al ver el estado del chico.
- Joder...-
Soltó agachándose, esto pareció asustar al niño «Habia visto algo en el bosque antes que llegara» seguro de ese pensamiento puso sus manos sobre la ropa ensangrentada el infante.

- No... No me toque. -
Conway se desconcertaba por la forma de hablar de este, asustado y con la voz rota.

- Quieto, todo está bien, te llevaré con tu padre. -
Con algo más de fuerza sujeto al chico alzando su prenda superior en busca de la herida, pero no había nada, solo estaba un pequeño hematoma a la altura de sus costillas.
- ¿Te lastimaste? -
Al ver el la reacción del otro y comprobar que no estaba en el mejor estado mental decidió tomarlo en brazos y llevarlo por su cuenta a la granja.

Detuvo su camino al notar el extraño comportamiento del can, parecía inquieto y alerta, sin dejar de mirar al chico, sus orejas se alzaban, como si este fuese una amenaza.

- Aquí, vamos. -
Habló llamando al perro, quien le siguió, pero manteniendo una pequeña distancia hasta que llegaron a la granja nuevamente.

Se encontraba desconcertado.

- ¿Cómo coño dijiste? -
Habló alto sin creerse las palabras de la persona frente a el.