2 || CONNOR

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    - Por favor no llore, le he traído la silla para que se siente, no para que llore...- le digo sin saber que hacer. 

    - Lo siento, es que de verdad estoy cansada y que una jovencita como tú, haya tenido un gesto como este hacia mí, me ha emocionado, pero lo siento, no era mi intención llorar – me dice secándose las lágrimas con un pañuelo de tela mientras se sienta en la silla.

    - No se preocupe, si es por felicidad, acepto sus lágrimas – la miro a los ojos y le sonrío – Por cierto, ¿Cómo se llama?

    - Helena, ¿y tú jovencita?

    - Pues me llamo Alice, tengo 20 años y vengo de estar 2 semanas en Nueva York – le cuento mientras me siento en el suelo delante de ella. - ¿Usted de dónde viene?

    - Vengo de Seattle a ver a mi familia, que hace mucho que no les veo. Aunque vengo sobre todo a ver a mi sobrina, que está embarazada – mientras habla veo como sus ojos brillan de emoción.

    - ¿Es su primer bisnieto? – le pregunto. Puede que sea un poco cotilla la verdad.

    - Pues sí, con tan solo 23 años Lía traerá a mi primer bisnieto. Pero tengo que confesar que pensaba que serían sus hermanos mayores los que primero tendrían hijos, pero bueno, la vida no se puede controlar. Y también están los pequeños con 6 y 4 años, pero a estos todavía les queda mucho por delante, son unos revoltosos, pero son la alegría de la casa... ¿Hablo mucho?, lo siento...

    - ¡No, tranquila!, me gusta escuchar a la gente. Además, tenemos mucho tiempo de espera, si quiere es libre de contarme todo lo que quiera de su vid...

Dejo de hablar al verlo todo oscuro. Unas manos están tapando mis ojos y no sé por qué...

    - Bu – me susurran en el oído y luego escucho una pequeña risa.

    - ¿Pero qué...?, ¿Quién eres? – pregunto mientras pongo mis manos sobre las del desconocido para apartárselas, pero no termino de llevar a cabo mi acción al reconocer esas manos llenas de anillos.

    - ¿Ya no te acuerdas de mí?, eres una mala amiga. Ya no te quiero... – dice mientras retira las manos de mi cara.

Y al girarme lo veo ahí, de pie, con los brazos cruzados, haciendo un puchero y con el ceño fruncido.

    - ¡Connoooor! – chillo mientras me tiro encima de él. Al no esperarse mi salto y tener los brazos cruzados no le da tiempo de cogerme y caemos al suelo.

Dios, como le he echado de menos.

Me siento encima de él y le lleno la cara de besos.

    - ¡Para babosa! – me dice mientras me aparta y me sienta en el suelo – Jope, que asco, siempre haces lo mismo – dice mientras hace el gesto de limpiarse los restos de mi baba y me fulmina con la mirada.

    - Solo lo hago porque te quiero y te he echado de menos – le digo mientras me cruzo de brazos – Pero tranquilo, no volveré a mostrar mi afecto contigo – cuando termino de hablar dejo de mirarle y me giro para otro lado. Sé que esto siempre funciona con él.

Y lo confirmo cuando de repente soy yo la que está tumbada en el suelo con él encima mientras me besa toda la cara.

    - ¿Quién es el baboso ahora? – le recrimino mientras me rio.

    - Solo porque yo también te he echado de menos, pequeño demonio.

    - Por cierto, no es que no te quiera ni nada, pero, ¿por qué estás aquí? – ahora que lo pienso, ¿Qué hace este aquí? No podía saber que volvía porque no se lo he dicho a nadie, ya que quería darles una sorpresa a todos, a no ser que...

    - Los chicos, ellos me han llamado para decirme que venías, sabían que no se lo ibas a decir a nadie y supongo que han pensado que sería mejor que alguien viniese a buscarte – dice mientras se levanta y me tiende la mano para ayudarme – Además, sabiendo que eres una mimada, tu misma tendrías que saber que no te iban a dejar volver a casa sola, te adoran demasiado. – dice con cara de obviedad.

Es verdad, no se me había ocurrido pensar en que los chicos pudiesen avisar a mi mejor amigo para que viniera a buscarme, supongo que les debo una cena por librarme de esta cola del demonio.

    - Entonces, ¿vas a llevarme a casa? - le pregunto ilusionada. 

    - No, solamente he venido a saludar – dice mientras me mira con su cara de, ¿eres tonta?

    - Eh, tranquilo que solo quería asegurarme porque quiero pedirte un favor.

Ahora mismo nos encontramos los tres en el coche y es que le he suplicado a Connor llevar a la señora Helena a su casa

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Ahora mismo nos encontramos los tres en el coche y es que le he suplicado a Connor llevar a la señora Helena a su casa. Me ha costado convencerla, pero al ver que una tormenta bastante fuerte se acerca y la cola no había avanzado nada, no ha tenido más remedio que aceptar, además que no he dejado de insistir hasta que ha dicho que sí.

Una vez todos conformes, nos hemos subido al coche y pues aquí estamos, dejándola en casa de su hijo, tal como nos ha pedido.

    - Niños, muchísimas gracias por traerme, sé que me habéis ahorrado horas de estar esperando, y por eso, cuando querías, pasaros por casa que os haré galletas para compensaros.

    - Será un placer señora Helena y que termine de tener un lindo día – le contesta Connor.

Después de eso Connor me cuenta que tenía pensado llevarme a merendar algo para hablar del viaje, pero que por la tormenta mejor dejar las cosas para el día siguiente. Así que nos dirigimos hacia casa y cuando llegamos me despido de él hasta el día siguiente.

    - Precioso, muchísimas gracias por haber ido a buscarme, por llevar a la señora Helena a su casa y por traerme a la mía. Eres el mejor, mañana pago el almuerzo para agradecértelo – le digo mientras me inclino hacia el asiento del conductor.

    - Sabes que haría cualquier cosa por ti – me dice mientras me corresponde el abrazo – y lo sabes. Así que deja de agradecérmelo y saca tu culo gordo de mi coche que nos va a pillar la tormenta y no podré llegar a mi casa – dice mientras rompe nuestro profundo abrazo.

    - Sabes, ibas muy bien hasta que has hablado de mi culo, además, ¿Qué pasa si lo tengo gordo?, es muy bonito – le contesto mientras me lo miro. Y es que ya no me acordaba que tenía culo.

    - Sí, sí, es precioso, pero admíratelo en el espejo, no en mi coche, venga largo.

    - Que rápido me echas, ¿Dónde ha quedado él te he echado de menos del aeropuerto? – le pregunto mientras salgo del coche.

    - Pues ahí, en el aeropuerto, puede que hasta se haya pillado un vuelo a otro continente – dice mientras me sonríe - Hasta mañana pequeño demonio – se despide de mí mientras arranca el coche.


Una vez dejo de ver el vehículo me dirijo a la puerta de mi casa. Dios mío, que ganas tengo de ver a toda la tropa.


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Pues aquí termina el segundo capítulo, espero que os haya gustado.

Intentaré seguir el siguiente cuanto antes.


Y ya sabéis, podéis comentar lo que queráis, y también dejar vuestro voto si os ha gustado.

Hasta pronto. ♥

ELLA   (Los Diablos Rojos | MC #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora