Capítulo catorce

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~21 de julio, 2020 |Bourton On The Water, Inglaterra ~

Se dejó caer en la silla del escritorio de su habitación y observó con ternura aquella carpeta que, durante todo el trayecto a su piso, no se separó del pecho.

Miró las estanterías de su habitación y le buscó hueco a su nueva pequeña figurita. Perfecta. Sonrió al verla justo al lado de la que ella misma se había comprado del Big Ben. Con mucho cuidado, tomó sus nuevas postales y abrió el álbum para colocarlas junto al resto de su colección.

Y cuando iba a colocar la última, su móvil comenzó a sonar y se sobresaltó. En una zancada se paró delante de la pantalla y frunció el ceño al ver el nombre de Miriam en la pantalla, descolgó, pero no logró articular palabra.

-Dime que estás visible que Alba quiere verte. - Escuchó la voz de Miriam, pero se quedó inmóvil en el sitio al escuchar sus palabras.

- ¿Ver... a Alba? - Logró pronunciar con la boca muy pequeñita.

-Pero si no puedes, no pasa nada. - Intentó relajarla un poco.

-No... quiero decir sí. - Dijo muy rápido y al otro lado de la línea se escuchó un ruido extraño y como alguien se aclaraba la garganta.

-Me parece fatal que ella tenga tu número antes que yo. - Abrió los ojos como platos al reconocer que aquella no era la voz de Miriam y se removió en su sitio realmente nerviosa.

Que voz más bonita.

- ¡Hola! - Se limitó a contestar y sonrió al escucharla reírse. - Sí, verás. - Respiró hondo. - Es que todavía estoy buscando una excusa para pedírtelo.

Nada más decirlo, sintió sus mejillas arder, aunque la otra no pudiera ni verla y se movió nerviosa el cuello de la camiseta dándose aire.

-Pues ya puede ser buena. - Le dijo divertida y poco tardó en reírse a carcajadas. - Pero a ver, que yo quería... quería decirte que gracias por enviarme tus fotos, que yo también las voy a enmarcar.

- ¡Que copiota! - Se burló Natalia ahora muchísimo más relajada. - Que poco original para ser la mejor artista del mundo. - Siguió burlándose y al otro lado de la línea podía escuchar la risa de ambas. - ¿La videollamada sigue en pie? - Se atrevió a preguntar toqueteándose el flequillo algo nerviosa de nuevo.

- ¡Si! - Gritaron ambas a la vez.

-Penca, te llamo ya. - Escuchó decir a Miriam. Respondió un corto y nervioso 'vale' y cuando la pantalla se volvió a iluminar ahora sí, con la videollamada entrante, dejó de respirar.

- ¡Hola! - Habló primero Alba con una sonrisa que podía iluminar aquella habitación en la que estaba únicamente Natalia, tratando de controlar la velocidad a la que se le movía el pecho.

- ¿Qué tal? - Habló Natalia moviendo la manita a modo de saludo.

Se quedó embobada mirando a la rubia, a la de la melena chiquita que tampoco dejaba de mirarla a ella.

En movimiento es más guapa que en fotos. Pensó antes de verse interrumpida por la tos falsa de Miriam.

-Bueno, aquí sobro, pero tenéis mi móvil. - Dijo entre risas y Natalia sintió sus mejillas arder. - ¿Qué hacemos?

-Puedes... ir a buscar algo para cenar. - Dijo no muy convencida Alba mirando de reojo a la pantalla y vio como Natalia asintió.

-Sin móvil... - Sopesó la mayor.

-Te llevas el mío. - Se apresuró a decir Alba. - Te sabes el código de desbloqueo, ¿verdad que puedes?

-Venga, Mimi, por favor. - Habló Natalia por primera vez y puso un puchero.

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