Capítulo dedicado a: vryberryyup, por seguir esta historia. ¡Muchas gracias!
—¡Ah, ah! ¡Parece que el viento oscuro está soplando mucho hoy! —gritó Kaido de improviso, simulando con una de sus manos un megáfono para que los sonidos traspasaran la pared y llegaran hasta Nendo y Saiki. Kaido suspiró pesado, creyendo que así podría mantener su faceta de chico «genial», más tarde, prosiguió a mirar a Aren, el chico nuevo, el chico al que le ofreció ayudarlo con recorrer la escuela. El joven con lentes se mostraba incómodo, Shun pudo verlo en sus ojos, los dos cruzaron miradas y el menor no pudo evitar sonreír, tomando el brazo de su nuevo «recluta» y lo obligó a avanzar por los pasillos. Antes de alejarse del pasillo, dio una completa carcajada para no perder su toque—. ¡Te mostraré mis dominios, chico nuevo ex-delincuente! —gritó eufórico, ampliando su sonrisa al mirar de reojo al de hebras moradas.
Kuboyasu se había quedado perdido con las últimas palabras del más bajo, dejándose guiar sin protestar por los pasillos de su nueva escuela, estancado en su mente y sacando a flote sus inseguridades: ¡no podía ser! ¿Lo habían descubierto? ¿¡Habían descubierto su perfecto cambio!? ¡Maldición! Incluso había buscado elegir una escuela donde no hubiera nadie que conociera con anterioridad. ¿Cómo ese tal Shun Kaido lo había descubierto? El mayor aguzó su vista sin muchos reparos, afilando sus sentidos y tratando de no revelar nada que hiciera sentir incómodo a Kaido, posiblemente ese secreto él lo pueda usar como un arma de doble filo... ¡y no podía arriesgarse por tal pensamiento! ¡No!
—Por fin nos alejamos lo suficiente del salón de clases —declaró el de orbes carmín, dando un suspiro relajado al girar por el pasillo y llegar al sitio donde estaban las escaleras que llegaban al primer piso. Acto seguido, el menor soltó el agarre de Aren sin ningún imprevisto. Tragó grueso y suspiró, antes de chocar su espalda contra la pared, y, como si fuera todo un dramático, se dejó caer lentamente al suelo. Al ya estar ahí, se hizo bolita sin perder el tiempo y aferró sus brazos y piernas al agarre. No hacía falta mencionar que el chico nuevo estaba completamente sacado de sus casillas, por la actitud cambiante que mostró el chico que, hasta hace poco, juraría que tenía delirios de grandeza: ¿qué estaba pasando aquí?—. ¿Sabes? Fingir alguien que no eres mientras estás con el chico que te gusta no es fácil, es una tontería lo que estoy haciendo —debatió para sí mismo sus propias palabras, pasando ahora sus dos manos vendadas sobre sus cabellos azulados y los alborotó. Aren no supo qué decir, sólo podía quedarse perdido.
—¿En serio? ¿Qué está pasando, Kaido? —Buscó una respuesta certera ante el cambio completamente de emociones del chico. Vio al menor alzar sus hombros, delinear una débil sonrisa tímida sobre sus labios y arrugar su nariz. Kuboyasu resbaló sus palabras, y se perdió lentamente en la mirada sincera que emanaban los ojos carmesíes. El mayor tronó su lengua en su boca, perdido: ¿Kaido estaba enamorado? ¿De quién? ¿De qué hablaba con eso de actuar?
—No pasa nada, prometí que te ayudaría mostrándote la escuela. Lo haré, no te preocupes. —Shun realmente parecía otra persona al hablar tranquilamente. Aren guardó silencio y se tiró al suelo, a su lado, buscó chocar miradas con él y que éste le aclarara sus dudas, y ¡vaya que eran muchas!—. Mi nombre es Kaido Shun, no soy Alas Sombrías, no soy tan interesante —informó de pronto, estirando sus brazos y pronto sus pies. El chico con lentes ladeó un poco sus labios hacia abajo, acomodándose a su lado de la forma en la que mejor se podía sentar (como todo un pandillero).
—Yo diría todo lo contrario, pareces alguien muy raro...
—¿«Raro»? —repitió Kaido, completamente ofendido por el adjetivo que había sacado de sus labios el chico nuevo. Al final, no dudó en dar una suave risa algo abochornada y volvió a pasar su mano sobre sus cabellos—. ¿Es raro querer impresionar a alguien?
—¿Impresionar a alguien? —contestó Aren con una pregunta, tratando de entender la situación. Al final, terminó por unir todos los cabos sueltos: ¡así que esa extraña forma de actuar, similar a alguien que sufre el Síndrome del Octavo Grado sólo era una actuación para impresionar a alguien! El mayor abrió su boca como una enorme «O», no creyendo lo que ese chico le decía. ¡Debía estar bromeando!—. ¡Sólo lo hacías por alguien más! ¿Por qué? ¿Te gusta alguien que esté realmente loco, como para que actúes así? —cuestionó sin nada de tacto, no percatándose en ningún momento que insultó a Kaido sin querer. El de ojos rasgados alzó sus pupilas al techo y frunció el ceño, molesto por la forma en la que terminó siendo la burla de su actual nuevo «recluta».
—No sé por qué lo hice... —susurró, mintiéndose a sí mismo. Mordió sus labios y todo empezó a girar dentro de su cuerpo: no podía ser, realmente no quería ser rechazado. Alguien le gustó: un hombre de cabellos rosados y ojos rasgados, facciones serias y mirada potente; no mostraba ninguna emoción de por medio, no podía admitir que fue amor a primera vista, eso no existía, más bien fue atracción a primera vista. El chico le atraía físicamente y él quiso acercarse para formar una amistad y conocer su carácter. Claro, sus planes principales no salieron como quería, rompiendo todo su ser cuando tuvieron su primera plática y Saiki se mostró hostil con su persona. Para empeorar la situación, éste afirmaba no recordarlo y la frase que lo mató con mil flechas en su corazón fue: «¿estás coqueteando conmigo?». ¡Todo se derrumbó!, tuvo que improvisar para no ser tan obvio.
No merecía estar enamorado, nadie podría enamorarse de alguien como él desde un principio: nunca tuvo muchos amigos, nunca fue tan popular o interesante para que alguien se interesara en él, lo único para lo que servía era para los estudios, gracias a su exigente madre, pero eso no era muy atractivo para nadie. Su primer intento de ligue fue con Kusuo, y quería parecer tan interesante, que al final terminó exagerando las cosas por el carácter de su interés romántico y se encerró sin querer en el Síndrome del Octavo Grado, porque quería hacerse el importante.
—Creo que no deberías de fingir algo que no eres —soltó sin reparos Aren, pasando lentamente una de sus ásperas manos por la suave piel del chico al apartar unos cuantos cabellos de su frente. Shun abrió sus ojos como platos por el tacto, pero no pudo evitar sonreír, con torpeza.
—Lo sé...
Pero si le decía la verdad a Saiki, ¿él lo odiaría?
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Síndrome Del Octavo Grado [Saiki x Kaido] | Completa
Fanfiction▶Kaido Shun no es un chico normal, él es alguien especial: a su corta edad ya es perseguido por una asociación maligna y tiene un poder sellado en sus brazos. Él realmente no es humano, es de los más poderosos del universo y con poderes sobrenatural...