Cap 11

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-Me puedo quedar, de verdad- volvió a insistir mi papá.

-Ya lo habíamos hablado, estaremos bien, Hank sabrá cómo manejar las cosas-

-Si, ¿pero tú?- no importa que tan diferente me viera del día de mi nacimiento, para mi papá siempre sería su bebe.

-Estaré bien, la mayoría no tiene a sus padres aquí y mira estan bien-

-Si, pero lo de Jean-

-Y tu con lo de Raven- contraataque.

-Estaré bien, estoy con Peter y los chicos, además esta Hank y ya es hora de me aprenda a cuidar.-

-Necesitas estas vacaciones más que nadie, no se tal vez encuentres el amor.- ambos reímos por mi comentario.

-¿Que hiciste Eril?- para ser sinceros si había hecho algo, le dije a cierta persona donde estaría mi papá.

-Nada que tu no quisieras- jaquemate.

-Es hora Charles- nos avisó un peludo y azulado Hank.

-Gracias por todo Hank- con un fuerte apretón, que terminó en abrazo se despidió Hank y Charles.

-Adios papá- lo abracé.

-Adios hija- me correspondio al abrazo y se fue.

Nunca estoy bien y ahora menos, pero sería fuerte, lo sería por papá, por Hank, por mi padre Erik, por Peter, por Scott, por Raven y por Jean, más por ella, este sería el momento donde buscaría mi felicidad y consuelo, donde surgiría la nueva Eril.

Narra Charles-


Me encontraba en Francia tomando un delicioso café, cuando de repente lo sentí a él, Erik Lensher, un sabor agridulce se instaló.

-Qué haces aquí Erik- su presencia me alteraba, en todos los sentidos.

-Solo vine a saludar a un viejo amigo- sonaba sincero.

-¿Cómo estás Charles?-

-Bien- realmente estaba mal, perder a Raven y a Jean fue un golpe duro.

-Una vez tú me salvaste de la muerte y me diste un hogar, quiero hacer lo mismo por ti.- aquellas palabras me dieron aquella luz y calor que solo Erik podía darme, me sentía ridículo, ni que fuera una adolescente hormonal con su primer amor.

-¿Jugamos?- al parecer traía un tablero de ajedrez consigo, extendió su mano y me dio a escoger mi rey.

-Anda te dejaré ganar- sonreí.

-No, no lo harás- no tenía que leer su mente para saber que mentía.

No sabía que se avecinaba, ni cuáles serían las próximas amenazas y en que resultaría este encuentro con Erik pero esta vez no me importaba, esto me gustaba, era la hora de buscar mi nuevo destino, mi nuevo futuro, mi nueva felicidad.

Entre la ira y la serenidad La hija de Charles  y Erik, Eril Xavier LensherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora