Maldiceria para toda mi vida ese 4 de agosto. Habían pasado un par de días des de entonces, y el dolor seguía ahí dentro, comiéndome por dentro, destruyendo cada parte de mi ser. Era demasiado pronto como para dejar de sentir toda aquella tristeza, ira y rabia de mi interior. Todo aquello no estaba siendo fácil. Habían arrancado una parte de mi, un pedazo de corazón, un trozo de mi vida...
Toda mi familia e amigos estuvieron esos días junto a mi, dando el pésame y dándome fuerzas para seguir adelante. Por mucho que me lo dijeran, no podía. Era impossible. Llegue a explotar a llorar justo cuando Cristina, mi mejor amiga, me abrazo. Llegue a provocar su llanto. Le dolía verme así, lo se.
Toque la helada piel de un cuerpo sin vida, la de mi padre. Era una sensación de lo mas extraña. Era el y al mismo tiempo no lo era. Tan solo era un cuerpo, un simple cuerpo inmobil. Lo vi arder, no a el, pero si a aquel ataúd donde el se situaba dentro. Veía como las llamas se apoderaban de el hasta convertirlo en una insignificante ceniza.
Los próximos días de después de su entierro, estuve sentada situada delante de la ventana de mi balcón. Eran extraño que en el supuesto mes mas caluroso del año, se pusiera a llover. El caso es, que disfrutaba viendo como las pequeñas gotas de lluvia chocaban contra el cristal de la ventana, y que la lluvia iba cada vez con mas fuerza hasta convertirse en tormenta. Se oían truenos, y eso extrañamente me hacia sentirme bien. El pequeño infierno de mi mente y mis demonios comenzaban a calmarse.
Me puse a pensar con tranquilidad.
Primero de todo; tenía que seguir adelante en esta vida como pudiera, aunque fuese con las pocas fuerzas que me quedaban.
Y lo segundo; que todo llega a su fin. Todo el mundo deseaba que mi padre se quedara aquí, y no se fuera a aquel lugar llamado "El otro mundo", pero yo creo que es ser egoísta, incluso yo lo era por esa misma razón. Yo tampoco quería que se fuera...pero si pensabas detenidamente, una voz de tu interior te decía "El estaba sufriendo, ¿No crees que es mejor dejarlo ir?".
Las enfermedades...el cáncer...y toda esa historia, había que decir que es; una mierda que te come por dentro lentamente, sin salida y sin ningún remedio. Hay gente que se salva, pero pocos lo consiguen. Pocos salen de ahí vivos.
Aun recuerdo perfectamente cuando era mas pequeña, oí decir a mi padre que el moriría joven. Sinceramente pensaba que era una tontería sin ningún sentido y no le tome gran importancia. Pero ahora me empiezo a dar cuenta que no estaba tan equivocado. Ojalá se hubiera equivocado.
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El abismo del cielo.
Novela Juvenil[ Seguía respirando, pero eso no significaba que seguía con vida ]