De vez en cuando Jimin y Nancy no tenían tiempo de ir a comprar la despensa para el refrigerador por las actividades que cada uno estaba desempeñando, ya sea de la escuela o del trabajo. Nancy trabajaba como mucama para un hotel y tenía turnos que variaban de acuerdo con la temporada del mes, en cambio Jimin fungía como camarero en un restaurante de prestigio en el centro de la ciudad. Sus turnos eran solo de seis horas, pero aun así ponía mucho de su esfuerzo para sobresalir de sus demás compañeros.
Fuese cual fuese la razón, ese día cuando las clases terminaron los amigos decidieron que era bueno comer en Hong Kong para variar. El lugar tenía una temática oriental y en las bocinas del mismo sonaba una música instrumental de espiritualidad en todo el restaurante que hacía que el ambiente sea más relajado y agradable.
Después de haber pedido su orden Nancy miró a Jimin con una expresión muy graciosa.
–¿Cómo te está yendo con el nuevo profesor que llegó a la escuela? –le dijo ella.
–Es horrible –contestó él –Nos está dejando demasiadas investigaciones y por lo que veo nos pide muchas exposiciones porque no sabe enseñar.
– ¿Porque lo dices?
– ¿Porque otra cosa sería si no es por eso?
–Tienes razón. Me dijeron que trabajar con ese maestro es imposible. Dicen que se cree mucho solo porque estuvo en la construcción de unas casas residenciales en la zona hotelera para unos riquillos de la zona.
–Flojo y creído, además –decía Jimin mientras recordaba el pizarrón lleno de investigaciones para el día siguiente.
Luego que su comida haya sido servida en su mesa, Jimin y Nancy empezaron a disfrutar de la comida china. Habían pedido los rollos california con un poco de arroz y unas piezas de carne de res con salsa. A falta de lugares que les ayudaran a mantener la dieta tenían que improvisar, aunque sea por el momento mientras compraban la despensa para el departamento.
–No me dijiste nada de cómo te fue en tu primera cita. Cuando llegaste ya estaba durmiendo –le dijo Nancy.
Ella pudo presenciar como de un momento a otro las mejillas de Jimin se tornaron rojas. Era más que obvio que algo estaba ocultando.
–No fue una cita, no una como tal –respondió él luego de terminar su bocado.
Nancy miró raro a Jimin. Lo conocía lo suficiente como para saber que estaba mintiendo.
–¿A quién engaño? Si fue una cita –reconoció Jimin. No había querido decir que lo que hubo entre él y Jungkook fue una cita porque solo haría que su situación fuese más complicada, sobre todo para él que estaba fascinado con un futbolista profesional que seguramente debía tener miles de chicas tras de él.
–¿Entonces? ¿Hubo algo entre ustedes?
–Aún es muy pronto –dijo Jimin –Jungkook es un caballero en todo el sentido de la palabra, es dulce, es amable…
–Y casado –terminó ella – ¿Mencionó algo de su esposa? Porque competimos con una modelo de portada de revista.
–La mencionó un par de veces, pero no lo sentí muy agusto con ella. Lo que si pude sentir era mucha química entre los dos. ¿Eso es algo bueno no?
–No tanto como crees, a menos que haya insinuado una segunda cita o algo así.
Como si del brillo del sol se tratara, los ojos de Jimin se iluminaron de un momento a otro. No solo habían pactado una segunda vez para verse, sino hasta una tercera. Eso le daba más esperanzas de lo que su amiga imaginaba.
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Secreto Profesional
FanfictionJeon Jungkook a sus veinticinco años tenía todo lo que cualquier joven anhelaba; una carrera en la industria del futbol, muchísimo dinero y una modelo como esposa. Pero por más popularidad que tuviera, sentía que algo en su vida le faltaba para ser...