✨ Héroe ✨

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(VolkovxHoracio)
Volkacio


–¡Es una orden, espose a Gustabo!

Horacio sacó su arma apuntando a Volkov, sus manos temblaban.

Odiaba esa situación.

Odiaba todo aquello.

Odiaba que lo hicieran elegir entre la persona que amaba y su hermano.

Y tomó una decisión.

Con ojos cristalizados disparó.

Cuando el comisario estuvo en el suelo Gustabo se adelantó pegándole dos tiros en el cuerpo haciendo que la mancha de sangre debajo del comisario se expandirá.

–Una vida por una vida –murmuró su hermano sonriendo con malicia.

Su corazón pareció detenerse. Horacio se dejó caer de rodilla viendo a Volkov aún sangrando.

¿Por que?..

¿Por qué nada de lo que hiciera podía terminar bien?


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–Horacio... Horacio... ¡Horacio!

Horacio se despejó y en cuanto abrió los ojos se sintió terriblemente confundido. Ya no sentía el calor del sol, ahora incluso tenía frío debido al aire acondicionado de la comisaría... ¿Comisaría?

–Vamos Horacio, expresate.

El chico de cresta volteo viendo a su hermano parado junto a él viéndolo con brazos cruzados.

–¿Gustabo?

Su amigo teñido lo miró confundido.

–¿Que tienes? Parece que has visto a un fantasma.

Sus manos temblaron antes de tomarlo de la cara y acercarlo a él. ¿Estaba soñando?

–¿Que haces aquí, que hacemos aquí? ¡¿Y Pogo?!

El semblante de Gustabo cambió completamente a uno sombrío.

–¿Por qué mencionas a Pogo?.. Estamos en público, Horacio.

–¿Está usted bien, Horacio?

Volteo a ver al dueño de esa voz viendo a Volkov delante suya, sin sangre. Vivo.

Sus ojos se cristalizaron mientras su mirada pasaba de su amigo al ruso.

–¿Estás drogado? –preguntó Gustabo frunciendo el ceño.

–Yo... Perdonen, he tenido un... Algo parecido a un déjà vu. ¿Que estábamos haciendo?

–Le preguntaste a Volkov su le gustabas y te quedaste callado. Te quedaste como un maldito vegetal mirando a la nada. Expresate.

–A ver, vengase usted conmigo Horacio –indicó Volkov dando media vuelta.

Horacio lo siguió aún sin entender que pasaba. Se pellizco en el brazo, se sentía real. Era real, no era un sueño.

¿Acaso todo lo que había pasado había sido un sueño? ¿De verdad no había pasado nada de eso?

Aún sintiéndose irreal le explico a Volkov sus sentimientos sabiendo que lo rechazaría como lo había hecho anteriormente.

–A ver, Horacio. Yo le voy a ser sincero. –justo como antes. Tal vez solo estaba en un sueño vivido– Yo no soy mucho de hablar de sentimientos ni esas cosas, no estoy acostumbrado. Si usted espera una respuesta directa está perdiendo el tiempo, no estoy capacitado para relaciones sentimentales, pero... Le acepto una cena y luego ya veremos ¿le parece?

–¿Eh?

Salió de sus pensamientos como si le hubieran dado un golpe en el estómago.

–Una cena. Le aceptó una cena y... Luego ya veremos si surge algo.

No pudo soportarlo más. Si era un sueño no quería que terminará.

Empezó a llorar sorprendiendo a Volkov, quien se alteró y lo miró sorprendido.

–¿Q-que le pasa, Horacio? ¿Por qué llora?

¿Que era real? ¿Que cosa era falsa?
No sólo Volkov no lo había rechazado, si no que al parecer Gustabo no lo había abandonado.

¿En verdad todo eso era verdad? Deseaba que si. Gustabo seguía a su lado, no había habido muertes, gritos ni traiciones.

Gustabo no se había convertido en Pogo ni tampoco tuvo que escoger entre un bando o el otro.


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Pasaron unos cuantos días desde su exitosa confesión. Horacio y Volkov habían ido a cenar un par de veces después del trabajo y también habían disfrutado de su mutua compañía bebiendo hasta tarde.

En ese momento habian acabado de ir a un atraco el cual salió exitoso gracias a Gustabo y Horacio.

–¡Comisario, comisario bombón! –grito Horacio llegando ante Volkov, el cual se encontraba en los vestidores–. ¡Soy un héroe, rescate a Gustabo!

–¡Mentira! –se escucho el grito de Gustabo desde el otro cuarto.

–Estoy al tanto, Horacio. Buen trabajo.

Acordaron tratarse como conocidos en el trabajo, como si no hubiera ninguna tensión sexual entre ellos por el bien del trabajo.

El alumno que se estaba cambiando terminó de hacerlo y salió en silencio dejando a los dos solos.

Horacio sonrió y se despidió con la mano dispuesto a irse pero fue detenido por la mano de Volkov en su muñeca.

–Dejame te voy un premio, héroe.

Lo jalo y lo beso poniendo una mano en su cintura.

El rostro de Horacio se volvió rojo, era la primera vez que se besaban.

Horacio no había querido presionar al comisario pues entendía su pasado y sabía que era una persona fría.

Le había dado demasiado espacio y lo más cercano que había tenido a él era un beso en la mejilla.

El beso fue tierno y amable hasta que finalizó dejando a Horacio atontado.

El comisario le sonrió antes de despedirse con la mano y avanzar hasta la puerta.

–Y quien sabe, si sigues haciendo un buen trabajo, las recompensas mejorarán –le dijo guiñandole el ojo antes de retirarse.

El corazón de Horacio latía con fuerza y posó sus dedos en sus labios aún sintiendo los de Volkov sobre los suyos.

Sonrió cómo si fuera un adolescente enamorado.

Estaba enamorado pero no era un adolescente.

Era feliz, se sentía completo.

No sólo habían aceptado sus sentimientos por primera vez, si no que su hermano estaba ahora a su lado.

Se sentía tranquilo y lleno de paz. Tenía ahora a su pareja, a su papu y a su hermano. Una pequeña familia.

Y está vez no los dejaría ir.


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Créditos por la imagen:

@_RANN_RANN


Espero que les haya gustado.
Gracias por leer.

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