V. Proteger

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Ese día se habían ido, pero, cuando cumplí los 16 años, habían vuelto para cumplir su cometido, algo que yo mismo les facilité tras haber eliminado a mi propia estirpe.

Ellos también habían encontrado la manera de lavarle el cerebro a Jaebum, el único que tenía la oportunidad de eliminarme por bajar la guardia a su lado. Pero, no fue del todo así.

Aquella noche en la que se le había ordenado mi exterminio, era con la intención de que salvará al pueblo que yo mismo estaba atormentado y asesinando debido a que nadie estaba en sus cabales; corrompiéndose, siendo sangre clara.

Jaebum en aquel tiempo había caído como yo. Se había dejado engañar y levantó su espada contra mí. Con sus ojos lloroso me había pedido que parara lo que estaba haciendo, pero me negué. Sin embargo, no deje que sus ataques me tocarán. No tenía planeado morir ahí por lo que los esquive.

Jaebum: ¡Por favor, para todo esto!

Youngjae: Parece que no lo entiendes, Jaebum. Este fue el porque de mi nacimiento. Terminar con esa gente es la razón por la que sigo vivo.

Mis palabras fueron como dagas para él que quedo petrificado en su lugar- ¿Y qué hay de mí? ¿No has pensado que tu razón de vivir tal vez sea por mí, tu línea de amor? – Sentí mi pecho pesado por lo que había dicho, dejándome sin palabras –

Él había tirado su espada y salió de nuestra habitación sin intenciones de seguir.

Por primera vez, a pesar de que había dicho que no necesitaba afecto, no quería perder el que me había ofrecido Jaebum.

Acabé corriendo en los pasillos en su búsqueda, pero solo terminé encontrándome con Yugyeom, quien tenía apuntando su espada en el cuello de Jaebum.

Yugyeom: Si no quieres que muera, ven conmigo.

Jaebum: ¡No lo hagas! – Yo, estando en la casa de los Kim, le había dado ventaja a Yugyeom a mí persona debido a que Jin y Namjoon no podían prohibirle su entrada, muy a diferencia de Jinyoung-

Youngjae: Esto es solo conmigo.

Yugyeom: Lo dejare ir cuando tomes su lugar.

Sonreí hipócritamente cuando escuche pasos detrás de mí- Pero... para que quieres que te acompañe, si los dos están aquí- Saque mi espada rápidamente y la apunte a Jinyoung quien había chocado la suya conmigo-

Ambos nos habíamos envuelto en un enfrentamiento a sangre, lastimándonos y agostándonos como viles animales.

Tal vez en aquel momento había tenido un poco de suerte y logré hacer caer a Jinyoung para correr hacia Jaebum y salvarlo, pero la suerte no era eterna y, las personas, cuando las mata su línea de amor, tampoco lo son.

Yugyeom había puesto su espada en las manos de Jaebum y camino con ella hacia mí, atravesándola en mi corazón.

Jaebum: ¡No! – Tal vez podría justificar que Jaebum me asesino porque no podía llevarle la contraria a estos dos tipos ya que esa era su naturaleza, pero también su naturaleza era quererme- ¡Youngjae! – Era la de quedarse a mi lado a pesar de que yo era el malo de la historia- Perdóname- Entre lágrimas y en sus brazos no paraba de repetirme eso- Perdóname, por favor- Y, en sus intentos más ineptos, se había manchado el rostro y las manos de mi sangre para pararla-

Youngjae: Ahora... eres... libre de mi... maldad... Jaebum- Y con eso, vino a mi memoria el asunto pendiente que no quería finalizar mi otro yo. No quería volver a encadenar a la única persona que lo amo al mismo pecado: Amar a alguien odiado-

Yoongi: Has despertado. -Cuando abrí mis ojos, me di cuenta de que estaba llorando y, me encontraba en un lugar desconocido, atado de pies y manos- Te he traído a mi casa.

Sangre Azul -2Jae-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora