1° Temporada - Capítulo 18

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Capítulo 18 (Buck 9.)

No hay nada más placentero que despertar al lado de la persona que más amas. Esta mañana había sido tan habitual cómo siempre. No hacía mucho tiempo desde que yo y Eddie somos novios, pero ya teníamos nuestra rutina de vida. No extrañaba mucho estar en mí departamento. A veces vamos allí a tener sexo. Descubrir los morbos de Eddie se convirtió en mí nuevo pasatiempo. Le gusta ser dominante eso sí que lo supe desde el primer momento. Pero después en las noches siguientes las cosas se pusieron más atrevidas. Uniformes, por supuesto, él estuvo en el ejército, yo compré una pistola de juguete y eso le encantó. Intenté con diferentes juguetes sexuales él aceptaba sin pensarlo mucho. Yo era su Anastasia y el mí Cristian Grey. El mejor sexo de mí vida lo había tenido con él.

Las cosas en el trabajo marchaban relativamente bien. Salvamos muchas vidas juntos y eso me da mucha fuerza. Perdí a una joven hace poco. Era una universitaria que calló desde el techo de su casa. Tuvo mucha mala suerte, se subió a limpiar la canaleta que estaba llena de hojas, resbaló y cayó sobre las herramientas de su padre. Pocas veces se ve tanta sangre cómo aquella vez. Perderla me dio mucha pena, a todos en la estación. Eddie me apoyo mucho. Siento que él es lo que me da fuerza, siempre. Conocí a su Abuela por fin. Me llevo a cenar en familia. Nada me podía hacer sentir más feliz yo allí con mi novio a un lado y nuestro pequeño Christopher del otro lado. Somos una familia al fin. Estaba preparando mi desayuno Fitness cuando Eddie apareció por detrás mío y me rodeó con sus brazos.

- Buen día amor - dijo él y dejó un beso en mí cuello. Yo sonreí por el contacto.

- Buen día.

- ¿Dónde está Chris? - preguntó al notar que no estaba sentado en la mesa.

- Estaba jugando con un niño en la calle.

- ¿Que? - se sorprendió él - ¿Acaso perdiste la cabeza? ¿Lo dejaste solo en la calle? - negó con la cabeza y salió corriendo a buscarlo. Yo bufé y fui tras él.

Llegué hasta la puerta principal y lo vi parado viendo como su hijo jugaba lo más tranquilo con el otro niño.

- ¿Quién es el chico? - me preguntó.

- Dijo que estaba quedándose con una vecina tuya. Susan o algo así - le respondí yo.

- ¿Susi? - volteó a verme - Qué raro.

Yo me acerqué hasta su espalda y le pasé mí brazo por detrás - Tranquilo, él está bien. Desayunó rápido y salió a jugar.

- Si, él estará bien, regresemos a dentro - dijo volteando, pero yo no me moví de dónde estaba. Él sonrío al verme y me besó justo allí.

- Eres tan lindo por las mañanas - comentó y tomó mí mano tirándome de ella hacia dentro.

- Ven, siéntate ya está el desayuno - dije yo indicando con mi mano su lugar en la mesa.

Le serví su comida y la mía. Él me dio las gracias con un beso y nos pusimos a desayunar, yo revisaba mis mensajes de texto y Eddie le echaba un vistazo al periódico del día de hoy. Al poco tiempo Christopher apareció en el comedor y se sentó en las piernas de su papá. Eddie le daba un dulce cada vez que el pequeño Christopher leía una noticia del periódico. "Debes incentivarlos a leer" me había dicho Eddie la primera vez que lo había visto. Por suerte el niño disfrutaba de la lectura, yo no era para nada cómo él cuando era niño.

Recuerdo cómo mi padre solía burlarse de mi forma de hablar, tenía seis años y todavía no podía pronunciar bien, cada vez que abría la boca parecía un niño de tres años. Me daba vergüenza leer en clases y la maestra siempre me llamaba a mí a dar la lectura de los cuentos. Maldita mujer, hasta el día en que me muera recordaré a esa maestra y todos los malos ratos que me hacía pasar, pero supongo que solo hacía su trabajo ¿no?

Mi padre, por otra parte, se divertía viéndome leer y pronunciar mal las palabras. Mi madre estaba muy preocupada y me consolaba cada vez que yo me ponía a llorar por esa situación. "Ya, ya Evan, no debes llorar así" decía ella. Lo recuerdo con claridad "Eres un poco idiota, pero no preocupes, te curaras" De tan solo recordar aquellas cosas, mi día cambiaba en un instante. Aprendí a pronunciar mejor, con el tiempo. Mi madre me llevó a una fonoaudióloga y con su ayuda pude superar mi problema. Mi padre tuvo que buscar otro de mis defectos para convertirlo en su nuevo pasatiempo. ¿Cuánto daño pueden causarnos aquellas cosas? Esas pequeñas cosas cotidianas, que quizás para un adulto no son nada en absoluto, pero para un niño significan lo más grande de sus vidas. Yo no lo sabía en ese momento, cuando eres niño no sabes que cuando creces el significado de las cosas se devalúa. Cuando eres niños y te dicen tonto lloras, pero cuando eres adulto te lo dicen hasta tus mejores amigos y no pasa nada. Tengo claro que a los niños se los trata bien y de forma gentil. No los insultas ni les gritas que son inútiles. No haces de sus vidas una pesadilla. Mis padres jamás hicieron lo que yo hacía con Christopher, ellos simplemente no fueron buenos conmigo. A lo mejor es por eso que adoro a los niños, los trato bien y los hago sentir especiales. Quizás se trate de un mecanismo inconsciente que intenta compensar a mi niño interior, al pequeño Evan que alguna vez fui y que jamás podré recuperar. Ese niño lleno de sueños e inocencia que tanto extraño pero que veo cada vez que despierto, en Christopher. Mi pequeño Chris.

De tanto pensar en esas cosas se me debe haber notado en la cara mi tristeza. Escuché que el niño me llamaba.

- ¡Buck! - dijo más fuerte. Él y su padre me miraban esperando alguna respuesta, pero yo no sabía que es lo que querían.

- Discúlpame cariño no te escuché, estaba pensando en otra cosa - dije yo inclinándome hacia el rostro del pequeño.

- Chris se preguntaba si irás a la boda con nosotros - habló Eddie. Oh rayos la boda, lo había olvidado por completo. Hoy por la noche era el casamiento de Sophia.

- Ohh, pues no, yo no - solté yo lamentándome por la cara que había puesto Christopher cuando me escuchó decirlo la primera vez.

- ¿Por qué no Papá? - soltó mientras miraba a Eddie lo más triste posible, mi corazón se arrugó al verlo así. Eddie estaba a punto de decir algo, pero yo lo interrumpí.

- No es culpa de tu padre, yo no he sido invitado - dije intentado explicarle.

- Bueno, no te lo había preguntado antes porque daba por sentado de que irías conmigo, ya sabes. Cómo mi novio, mi +1 - soltó Eddie para mi sorpresa, vaya, hubiera preferido que me lo diga antes. Yo había pensado que no quería llevarme. ¿Cómo pude pensar así de mi novio? "¿No te ha quedado claro ya? Eddie te ama" retumbó en mi conciencia cómo si fuera un reproche. A veces no termino de creerlo.

- ¿Vendrás papi? - soltó con alegría el niño, talvez no se dio cuenta de la palabra que había usado, pero yo no pude ignorarla. Papi, Christopher me había llamado papi, cuantas veces había querido escuchar eso y ahora por fin mi sueño se hacía realidad. Tengo un hijo, es oficial, no me importa no tener un papel que lo diga, en nuestros corazones así lo es. Una sonrisa se formó in mi rostro y mis ojos se pusieron húmedos. Miré a Eddie quien también le sonreía al niño.

- No te quedes ahí congelado Buck, nuestro hijo quiere una respuesta - dijo él como si nada.

- Eh si, por supuesto que iré, somos familia ¿no? - me salió decir entre lágrimas. Eddie tomó mi mano y Christopher se tiró encima mío dándome un abrazo.

Burning My Heart (Buddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora