Burning My Heart (Buddie)

1° Temporada - Capítulo 21

Capítulo 21 (Buck 10.)

- ¡Me vengo! - pegó un grito Eddie mientras se estremecía con las manos en el volante.
Segundos después sentí aquél tan familiar sabor en mí boca. Nunca pensé que llegaría el día en que el semen de Eddie sería algo recurrente en mis papilas gustativas. Esto era un delirio para mí meses atrás y ahora es una cotidianeidad de mí vida como pareja. El sexo era el mejor aspecto de mí noviazgo, a pasar de que no lo considero lo más importante que obtengo de esta relación. Si hay algo que he aprendido con el tiempo y de mis anteriores parejas es saber valorar el vínculo. Hay algo que es mucho más valioso para mí que una simple acción física, la calidad de relación que tengo con mi novio me hace una mejor persona y además me ha dado una familia. Algo que nadie en este mundo pudo darme y eso es más valioso que cualquier apasionado momento de sexo oral en el estacionamiento.

Me enderecé en el asiento limpiando mis labios con el costado de mi puño, sonreí a mi novio quien estaba recostado sobre el siento de la camioneta, intentando recuperar el aliento. No es que haya hecho mucho el señor cómo para estar muy cansado.

- ¿Estás algo viejo para estos trotes? - pregunté yo burlándome de él.

- ¿Pero de que hablas? Si solo nos llevamos unos años - soltó Eddie y acto seguido se irguió - Ya deja de hacer ese chiste malo, tengo treinta y tres años, tú tienes veintiocho.

- Ja ja ja, no te enojes amor - dije yo y le besé los labios - Sabes que eres mi sugar daddy favorito jamás voy a cambiarte.

- No soy tu sugar daddy Buck - el pelinegro parecía estar algo fastidiado.

Yo me reí de mi novio y el solo soltó un bufido. Tomó sus pantalones y se los subió, acomodó como pudo su camisa por debajo del pantalón y abrochó bien su cinturón, se miró al espejo cuidando que todo esté bien.

- Tranquilo no se nota nada - dije yo para calmarlo, yo me miré también pero no noté nada extraño, solo que mi peinado estaba estropeado. Lo miré y luego crucé miradas con Eddie quien sonreía por mi reacción. Abrí mi boca para decir algo, pero el pelinegro giró la llave del vehículo haciendo que este se encendiera. Colocó los cambios y salimos del estacionamiento.

- ¿Tienes gel aquí? - le pregunté tratando de acomodar mi cabello.

- Nop - contestó riendo Eddie con los ojos en la calle.

- Esto no es gracioso, estuve veinte minutos peinándome, y peinando a Christopher para que tengamos el mismo peinado y vienes tu con esas manos y haces un desastre en mi cabeza - le recriminé.

- Ja ja - soltó él sin dejar de ver hacia delante - Es tu culpa, quisiste levantar la cabeza cuando yo no te lo había permitido. Ahí tienes para que aprendas a obedecer.

- ¿Cuántas veces debo decírtelo? no puedo chupar tu pene por media hora seguida, necesito salir a tomar aire.

- No puedo creer que estemos en esta discusión - soltó él y giro para darme un beso en la mejilla rápidamente.

Yo terminé de acomodar mi pelo y me eché hacia atrás sobre el asiento, suspiré. No estaba enojado obviamente, no puedo enojarme con él por estupideces cómo esta. Además, estropearía todos los peinados del mundo y llegaría tarde a cualquier lugar si es que estoy con él a mi lado.

- Te amo bebé - escuché salir de Eddie, yo giré a verlo con una sonrisa gigante. El me miró por un segundo y estiró su brazo tomando mi mano. Yo le besé la mejilla - Lo sabes ¿no? - preguntó.

- Claro que sí, yo también te amo Eddie.

En ese momento fue cuando recordé una frase de mi padre. No sé porque, pero se me vino a la cabeza aquella vez cuando tenía once años y mi padre me encontró llorando en mi cuarto.