Febrero 1.
Un mes sin Paulina de la Mora. José María la estaba pasando muy mal. Él fue quien pidió un tiempo pero no dejaba de pensar que en una situación así de difícil lo único que quería era abrazarla a ella. Mirarle a ella. Sentirla a ella. Se preguntaba si ya había arreglado las cosas con su mamá pero quería darle su espacio también.
En busca de distracción, y aprovechando que ya llevaba tiempo pensándolo, comenzó a buscar un empleo. Para su suerte se estaban reclutando estudiantes de derecho en el departamento legal de una empresa industrial. Dos días después de la entrevista le llamaron para avisarle que había obtenido el trabajo y que empezaba el mismo lunes, que es cuando regresaba a la universidad también.
Cumplió mes y medio en la empresa. Para festejar, los compañeros del trabajo le organizaron una pequeña reunión saliendo de trabajar al día siguiente. Le dijeron que podía invitar a quien quisiera y aunque él solo pensaba en Paulina, optó por invitar a Mar pues ella había sido su confidente estos últimos meses y quien lo había estado consolando en todo el tema de su ex novia.
Jose quedó de verse con ella en el bar en donde festejarían. Cuando llegaron ella ya esperaba en la barra, se estaba tomando un vodka en las rocas with a twist. Se saludaron entusiasmadamente y él pidió un trago para acompañarle.
J.M: "te has teñido el pelo de rubio. Te queda muy lindo"
M: "vengo justo de la estética. Es que ya estaba harta de ser tan ordinaria"
Jose alzó una ceja. Mar sólo empezaba a hacer cambios extremos cuando alguien le gustaba, algo que a él nunca le pareció pues a una persona deberías gustarle tal cual eres. No inventar una versión alterna moldeada a lo que piensas que le gustará a la persona contraria.
Buscaron una mesa donde cupieran todos y se sentaron a platicar un rato.
M: "hoy vi a Paulina"
J.M: "¿enserio? ¿Cómo está?"
M: "Perfectamente. Se metió a clases de pintura y me ha contado que ahí conoció a un chico. Se nota feliz"
A Jose se le estrujó el corazón, pero intentó disimular. "Oh..." fue lo único que salió de su boca, e inmediatamente tomó un trago de su vaso para no tener que decir nada más. Mariana sonrió perversa, pues empezaba a cumplir su objetivo.
Tal vez era la noticia que acababa de recibir sobre quien él pensaba era el amor de su vida, o el festejo de saber que su vida profesional empezaba a formarse formalmente. Pero en tan solo media hora ya llevaba varios tragos, uno que otro shot y ya empezaba a sentir cómo el alcohol invadía su sangre.
Todos su compañeros entraron en mood igual de rápido. Era algo común en los godinez, como no tenían tanto tiempo para salir aprovechaban sus salidas al máximo.
Una hora después Mariana lo invitó a bailar. Jose se negó pero Mar le insistió tanto que terminó convenciéndolo.
La canción que siguió era Bailando de Paradisio y por supuesto José María no pudo evitar pensar en Paulina. Paulina de la Mora con su eterna sonrisa cautivante, con su sentido del humor sarcástico y sus mejillas que enrojecen cuando se le menciona lo hermosa que es.
"Bésame" susurró Mariana al oído de José María, y él, perdido en sus pensamientos con la sangre invadida de alcohol que volvía todo confuso y el recuerdo nostálgico de su amada, se inclinó a besarla con la esperanza de encontrarse con los labios de Paulina. Sus cejas se encontraron cuando cayó en cuenta de de quién eran los labios contrarios. Dio un paso hacia atrás inmediatamente.
J.M: "¿Qué haces, Mariana?"
M: "Tú fuiste el que me besó, no yo a ti"
Jose se sentía mareado y confundido. Decidió salir del bar para que le diera el aire fresco. Se sentó en la banqueta y puso su mano en la frente mientras intentaba aclarar sus pensamientos. A lo lejos se escuchó el rechinido de las llantas de un auto. Un accidente automovilístico probablemente, pensó. Ojalá y no haya pasado a mayores. Después de un rato decidió tomar un taxi a su casa. Se fue sin despedirse de ninguno de sus compañeros aunque todos estaban tan enfiestados que ni cuenta se dieron.
Al llegar a su casa siguió tomando, consideró ir a casa de Paulina a pedirle perdón, rogarle que fuera suya una vez más. Pero lo poco racional que le quedaba por el estado en el que estaba se lo impidió. Después de un rato cayó profundamente dormido, no sabía la sorpresa que le esperaba al día siguiente.
ESTÁS LEYENDO
Tu Último Amor
RomanceEl inicio de la historia de amor de Majolina. "Quisiera hacerte una petición, tal vez un poco egoísta: Ser tu último amor." -A...