Tu Último Amor

-San Miguel de Allende-

[Hola chicxs, ¿como están? Oigan les quería decir que este será un capítulo algo largo ya que habrá mucha descripción y muchos detalles. Ojalá disfruten mucho de este pequeño tour a uno de los lugares más mágicos que hay en mi bonito México y se queden con un buen sabor de boca de nuestra cultura. Les quiero un montón, gracias por motivarme a seguir escribiendo con sus reads, sus votos y ocasionales comentarios. Xoxo- EP]

Miércoles, 17 de diciembre de 1998

8 meses han pasado desde su viaje a España para visitar a la hermana de José María en el hospital psiquiátrico. 8 meses en donde tanto Pau como José María ya habían cumplido un año más de vida. 8 meses llenos de amor en donde ambos integrantes llevaron las cosas en paz y se dedicaron a disfrutar el presente sin muchas preocupaciones. No les voy a mentir, de vez en cuando José María y Paulina tenían sus diferencias y una que otra pequeña discusión. Ambos son personas con un carácter bastante fuerte que defienden y luchan a capa y espada para defender lo que creen y aman; pero ya sabían exactamente cómo acoplarse entre ellos.

Después del viaje a España, Paulina sentó a su mamá para plantearle muy claramente la situación que ella estaba viviendo con Jose María. Decidió que sería un adulto al respecto y le hizo saber a Virginia que su relación no era solo un juego de niños; que Jose María ya había hecho el cambio permanente para terminar la carrera en México y, aunque a Virginia le costó trabajo digerir lo siguiente, que ella y él ya habían tenido relaciones sexuales en varias ocasiones por lo que escandalizarse por qué se quedara a dormir en su casa sería una estupidez y aunque intentara prohibírselos, de todas maneras encontrarían alguna u otra forma de hacerlo. Desde entonces Virgina empezó a tratar a Paulina más como a una adulta, y también comenzó a ser mucho más permisiva en cuanto a que pasara la noche en el departamento de Jose María. Incluso constantemente lo invitaba a comer o cenar o a cualquier otra actividad familiar que se realizara.

Eran más o menos las 10:30 de la noche. En el departamento de Chema se encontraba la pareja. Estaban sentados en el sillón favorito de Pau tranquilamente viendo la tele, pues habían rentado una película en Blockbuster después de disfrutar una cena en un restaurante de comida japonesa. Paulina estaba recargada contra el pecho de Jose María mientras pintaba sus uñas con barniz color negro. Cuando la película terminó, Pau aún no terminaba de pintarlas.

P: No te vayas a mo-ver, que todavía no a-ca-bo.

Chema sonrió en la oreja de Pau y plantó un besito sobre su hombro. No tenía ninguna intención de moverse, al contrario, encontraba fascinante el cómo Pau permanecía perfectamente dentro de la línea aun cuando pintaba con la mano contraria con la que escribía. Por un momento cruzó por su mente la imagen de su propia mano usando esmalte de uñas. Alzó su mano para observarla. Quedaría lindo, pensó.

"¿Qué? ¿Quieres que también de pinte las u-ñas?" Preguntó Paulina en broma, volviéndose para verlo.

"Vale" contestó Chema casi inmediatamente. Pau lo miró por unos segundos y luego se rió

P: ¿De ver-dad?

"Sí, ¿por qué no?" Contestó Jose María también sonriente. "Así como un rockstar"

Paulina explotó de la risa al imaginar a un Jose María con delineador, chamarra de cuero, pelo largo y unas pintadas.

P: Mi cie-lo, yo te quiero mucho pero eso de rockstar no creo que sea muy tu estilo, eh?

J.M: Bueno ¿por qué no mejor lo comprobamos?

Pau alzó una ceja aun riendo un poco. "Bueno, está bien. Trae acá" dijo agarrando su mano con cuidado de no estropear sus propias uñas. Agitó el esmalte de uñas y después comenzó a pintar cada uña en la mano de José María cuidadosamente.