Harry ayudó a Niall a levantarse después de vomitar, le ayudó a cepillarse los dientes ya que el omega seguía con leves temblores. Le quitó con lentitud el pijama mientras admiraba aquel cuerpo que tantas noches había poseído hasta el cansancio. El alfa maldecía en sus adentros, pues quien no amaría aquel cuerpo frente a él.
El omega es demasiado blanco, con un metabolismo casi rápido, pero que dejaba unos pequeños rollitos en su cadera, y que el alfa amaba con demasía. El cuerpo del omega es hermoso, blancura cubierta de pecas y lunares, como si su cuerpo estuviera hecho de helado de vainilla y chispas de chocolate, y Harry amaría comerse ese helado cuantas veces pueda, hasta que lo dulce lo empalague.
El alfa rápidamente se deshizo de su pijama igual, y se llevó al omega a la bañera que compartían. Le colocó jabón sin sal que potenciaba aquel exquisito olor de su omega, lo enjuagó, colocó shampoo a su castaño cabello, lo cepilló y lo mimó de besos y caricias.
El lubricante estaba brotando.
—Alfa, tómame, tómame por favor.—rogó el omega mientras rozaba su trasero con la erección del alfa.
—¿No te cansas omega que te tome noche tras noche? ¿Eres muy travieso no es así?— susurró en el oído del omega mientras colocaba su polla en la entrada del menor.
—¡Alfa!—gritó el menor cuando el alfa lo penetró mientras mordía su cuello.
Las penetraciones eran suaves y fuertes, los gemidos del omega llenaban el cuarto de baño, y el placer abundaba en los dos cuerpos.
Habían terminado agotados, y habían gastado demasiada agua.
(...)
La sala del hospital era enfermiza, demasiado blanco y demasiado olor a desinfectante, el alfa estaba mareado.
—Niall Styles, pase al consultorio 3E.—sonó el altavoz del hospital.
La pareja entró al consultorio esperando por aquel ginecólogo demasiado reconocido en Londres.
—Buenas tardes, soy el ginecólogo Liam Payne.—saludó el beta con una sonrisa.— ¿En que puedo ayudarles?
—Mi omega hace semanas terminó el tratamiento para poder procrear, y hace un mes fue su celo, y hoy se levantó con náuseas y queríamos saber si solo fué por la comida o si está embarazado.—respondió el alfa.
—Ok, muy bien omega; ¿Puedes acostarte en la camilla y levantar tu playera hasta tu pecho?—. Preguntó el beta.
Niall obedeció a la pregunta, e hizo lo pedido. El beta colocó aquel gel frío y esparció un poco por todo el vientre.
—Aquí vamos.—sonrió.
El beta pasaba por diferentes zonas del vientre, hasta que una leve mancha apareció en la pantalla.
— ¿Ven aquí?—señaló la pantalla.— ese es el feto, se está desarrollando muy bien, al parecer tienes 3 semanas, casi al mes, así que te limpiaré y te daré una dieta especial para tu futuro cachorro.
Harry y Niall lloraban de alegría.
(...)
—Un cachorro, alfa.— susurraba entre lágrimas el omega.
—Si amor, nuestro cachorro.— respondió besando sus labios.
El alfa se separó del omega y se adentró a la cocina y empezó a hacer la comida del día para el y su esposo.
El omega alistó la mesa para dos, recordando en comprar otra porque próximamente serían 3, sonrió con amor.
El alfa salió con la comida lista colocándola en la mesa, sirviendole una porción para el omega y una porción para el, el aroma del omega inundaba el comedor.
—¿Estás feliz omega?—preguntó Harry.
—Sí alfa, demasiado. — respondió riendo. — Un cachorro.
Serían 7 largos meses de aventuras prenatales...
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Charles W. Styles Horan | ns
FanfictionTodo era depresión y tristeza hasta que Charles llegó a la pequeña vida de Niall y Harry.