Siete.

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                        7. No miento.

Me había duchado y cambiado de ropa, también recogido la habitación y perfumado esta ya que olía terriblemente mal a causa del alcohol y nadie debía de saber cuan pedo acabé. Tras eso bajé al salón donde me encontré con tía Emma y Ash, estos estaban desayunando, noté en todo momento la atenta mirada de mi pesado hermano exigiéndome una explicación u algo así porque 17 años soportándole ya habían sido suficientes para comprender que esa mirada exigía algo.

“Cómo seguramente cuando leas esto no recuerdes nada, sólo te diré que anoche lo pasamos en grande, por cierto bonito culo.” Mi cabeza no dejaba de dar vueltas, no era posible que eso fuera verdad, debía de encontrar a Luke y asegurarme de hablar con él,  me debía una muy buena explicación.

Me encontraba mirando el cuenco lleno de cereales, apenas tenía hambre, sólo me dedicaba a juguetear con ellos mientras los sumergía en leche y observaba como acababan por deshacerse.

—¿Por qué me has despertado tan pronto? Apenas son las nueve. —Le reproché a Ashton el cual ahora miraba la televisión.

—Oh cierto, se me había olvidado. —Rascó su nuca formando una graciosa mueca la cual me hizo fruncir el ceño. —Tía Emma se va por dos semanas con unas amigas  a la ruta de no sé qué cosa. —Movió su mano explicando.

—Es una excursión por la montaña con la diferencia de que dura unos días, pero después hemos pensado en ir a la casa que Sarah tiene en el lago así que por ello estaré tanto tiempo fuera. —Interrumpió nuestra tía mientras bajaba por las escaleras. —Pensé que os hacía ilusión eso de estar sin adultos, al menos a tu hermano—Le miró riendo lo cual hizo que Ash sonriera inocente. —Sé que vuestra madre se negaría rotundamente así que ella no sabe nada de esto. —Abrí los ojos.

—¡Tía Emm! —Grité, todos reímos. —¿Cuándo te marchas? Yo al menos te echaré de menos. —Hice un puchero, ella sonrió abrazándome.

—Ya. —Dijo besando mi cabeza. —Por eso hice que Ashton te despertara, pero si quieres puedes volver a tu cama y seguir durmiendo.

—Hm…Creo que tengo cosas que hacer así que ya no me volveré a dormir. —Suspiré mirándole, ella asintió para abrazarme por última vez, después lo hizo con Ashton y seguidamente marchó.

 Definitivamente estos días sin ella serían difíciles, al menos sabía que si algo ocurría estando ella aquí siempre podría animarme con una de sus charlas, la tendría de apoyo. Pero sabiendo que no estaría en dos semanas me asustaba, jamás Ash y yo habíamos estado solos en una casa, y mucho menos por dos semanas, la opción de que esta saliera ardiendo era demasiado probable.

 —Voy a-

—No, no te vas, antes tenemos que hablar sobre anoche. —Me interrumpió. Tragué saliva rezándole a dios que por favor no fuera nada referente al rubio de ojos azules.

—¿Qué ocurre? —Le miré.

—Te perdí de vista durante toda la noche hermanita, sé que estuviste con Jen y esa chica no es alguien de quien pueda estar tranquilo. —Fruncí el ceño. —Es buena chica, no digo lo contrario, pero es amiga de Luke, demasiado, y eso comporta que hacen prácticamente las mismas cosas y es por ello que…-

—¿Quieres saber si me drogué? —Le interrumpí medio riendo. —La respuesta es no. —Dije sin más, aun sin saberlo realmente, pues no recordaba apenas nada.

—Eso era lo que más me preocupaba. —Suspiró tocando su frente a la vez que sonreía aliviado.

—Espera, ¿Luke se droga? —Abrí los ojos, él negó rápidamente riendo, lo cual por alguna extraña razón me alivió, y odiaba el que aún me siguiera importando aquel chico, pero supongo que el olvidarle sería cuestión de tiempo.

Whoever You Are. | Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora