Ocho.

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                             8. SMS

Me senté en el borde de la cama, esperando que comenzara a hablar explicando todo lo que sucedió aquella noche, estaba nerviosa y eso era una completa idiotez a mi parecer.

Le miré, él estaba en la misma posición que se encontraba antes, mirándome como si estuviese esperando lo mismo que yo esperaba de él, que hablara.

—Habla.—Él hizo un gesto un tanto extraño, pero entendí perfectamente que acababa de odiar el que hiciera eso, el que le mandara, aún así pareció omitir sus pensamientos para comenzar a explicar lo ocurrido sin ningún tipo de interrupción por mi parte, cuanto antes acabara, menos sufrimiento.

Fruncí el ceño al Luke acabar de hablar, ¿realmente él había aceptado a dormir conmigo solo porque yo le había insistido? Sabía que cuando me encabezaba con algo no paraba hasta conseguirlo, pero de Luke, sinceramente a estas alturas no me lo esperaba. Aún así por otra parte estaba sorprendida conmigo misma, no tenía ni la mísera idea de el porqué le había propuesto algo así, aun que está claro que el alcohol cambia bastante a la gente, así que probablemente sin darle muchas más vueltas solo quería sentirme cobijada por alguien en la noche.

—Aún que no acabe de entender el porqué aceptaste a dormir conmigo, pero te agradezco que no intentaras nada extraño.—Hice una mueca un tanto chistosa, pues al parecer Luke sonreía medio riendo a la vez que negaba.

—No lo sé ni yo así que no intentes obtener una respuesta a eso porque no la hay moco. —Suspiré pesadamente para después mandarle una mirada acusadora, odiaba que me llamara mocosa, él solo era un año mayor que yo y actuaba como si me sacara unos 10 años, era ridiculo.

—No me llames así, solo eres un año mayor Hemmings.—Vi como sonreía para después humedecer sus labios.

—Vaya, me acabas de volver a llamar por mi apellido.—Movió sus cejas juguetón yo negué rápidamente, a veces le mataría, bueno, que diablos, siempre.

—¿Que tiene de malo? ¿Acaso es que aquí eres tu el único que me puede llamar como quiera pero cuando yo lo hago me recriminas el haberlo echo? Eso no es valido.—Chasquee mi lengua a la vez que colocaba uno de los mechones que caían por mi rostro tras mi oreja. 

—Entonces hay muchas cosas no validas.—Le miré interrogante.—No entres en ese terreno Irwin. —Rodé los ojos, no conocía a nadie que pudiera sacarme de mis casillas tan rápido como lo hacía él. 

—¿Ahora pretendes hacerte el interesante? Déjame decirte que eso no va mucho contigo. —Solté una risa burlona, él rió asintiendo.

—Seguramente mi madre te habrá echo un interrogatorio al verte aparecer por aquí.—Rió un tanto irónico, yo jugueteaba con mis manos.

—No realmente, es decir, sólo me hablo de ti.—Noté sus ojos azules mirarme.

—¿Que te dijo exactamente?

—Nada en especial, simplemente que le extrañaba el que no le hubieses dicho nada acerca de que había vuelto.—Encogí mis hombros aún sin mirarle, él bufó.

—Tampoco era algo que me entusiasmara como un loco.

Crack, noté como algo en mi interior parecía agrietarse. Sabía que no esperaba con ansias el volver a verme pero... Jamás pensé que escucharía eso salir de sus labios. Yo sí tenia una cierta curiosidad por volver a verle, incluso miedo a la vez que una chispa de emoción, pero al parecer eso no era mutuo.

—Entiendo.—Sonreí forzosamente, él no lo hizo, tampoco seguía mirándome, esta vez mantenía su mirada fija en el suelo.

Parecía que íbamos a entrar en uno de esos tan incomodos silencios, pero entonces mi movil vibró, lo desbloquee para ver de que se trataba, entonces pude ver que era un mensaje, así que lo abrí.

Whoever You Are. | Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora