Martina era una adolescente bastante normal, tenia algunos amigos, estudiaba mucho y le encantaba leer.
Se encontraba en ese momento sentada en su cama, re-leyendo "Harry Potter" por quinta vez.
De repente se escucho un sonido y un sobre aparecio frente a ella. Martina saltó de la cama por el sobresalto, se quedó unos segundos mirando el sobre con perplejidad hasta que decidió acercarse.
Aún con desconfianza, agarró lentamente el sobre. Lo abrió y sacó una carta escrita en pergamino.
Estaba escrito con tinta:
"Martina, eres la esperanza para el mundo mágico. Apronta una mochila con tus cosas importantes. Si no me crees no importa. Solo apronta la mochila y ya verás. Seras transportada a 1995, más específicamente al Gran Comedor del Colegio Hogwarts de Mágia y Hechizeria.
Tu misión es hacerles saber que eres de confianza y hacer que lean los libros que ya conoces. Los que pasarán posteriormente a ese año. Ellos son reales y no te hará daño ayudarlos a evitar algunos sufrimientos.
Estate lista. Más intrucciones llegaran a medida que avances en tu misión."
"De: un mediador anónimo"
"PD: Ellos no saben que irás, ten cuidado, puede que no te crean al principio"
Martina terminó de leer. Se dió cuenta de que tenía la boca abierta y la cerró rapidamente. Razonó unos segundos y llegó a la conclución de que aquello era imposible. Pero, si era imposible, ¿Cómo había aparecido de la nada aquella carta?.
Se sintió muy estúpida por estar creyendolo, pero aún asi preparó una mochila. Su celular, cargador solary auriculares. Un abrigo y sus libros de Harry Potter, sin los que no podía subsistir demasiado tiempo.
Se colgó la mochila y se sentó a seguir leyendo.
Intentó convencerse de que no iba a ocurrir nada, pero no podía evitar mirar el reloj cada dos minutos.
Pasaron 5 minutos eternos. Cuando Martina estaba a punto de sacarse la mochila y bajar a cenar, una luz blanca la cegó. La bola de luz abanzó hacia ella hasta envolverla completamente.
Sintió una sensación muy extraña. Como si se hubiera convertido en algo incorpóreo, pero ésta desapareció rapidamente.
Calló en algo duro, estaba sentada en el piso. Con un terrible aturdimiento y los ojos aún un poco nublados, intentó mirar al frente.
Estaba en una sala enorme con piso de piedra, paredes pulidas, y un techo que parecia abrirse al cielo nocturno.
Allí frente a ella, habían 4 mesas ocupadas por cientos de personas que la miraban con las bocas y ojos abiertos como platos.
Martina no entendía nada. Lentamente se dió vuelta y vió otra mesa, con muchos adultos mirandola fijamente con la misma expreción que el resto de la sala. Martina reaccionó y dió un grito ahogado, frente a ella se hallaban, entre otros, Severus Snape, Minerva McGonagall, Dolores Umbridge y Albus Dumbledore.
La adolescente casi se cae del susto. Aquello era el Gran Comedor. No podía ser real.
Como queriendo confirmar una teoría, se dio la vuelta nuevamente para contemplar al alumnado.
Buscó con los ojos la mesa con colores rojo escarlata y dorado, y entre la multitud reconoció a un chico de unos 15 años, con cabello negro azabache, ojos color esmeralda y una cicatriz con forma de rayo mdianamente tapada por el flequillo.
Sólo aquelló necesitó para que su cerebro se desconectara del cuerpo.
Se le doblaron las piernas y cayó desmayada en el duro piso.
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Harry Potter... ¿Y la historia de Harry Potter?
Fanfic¿Que pasaría si una muggle le llevara a nuestros personajes favoritos los libros que cuentan la vida del famoso niño que vivió? Martina será la encargada de ello. Esta chica les contará todo lo ocurrido en los libros a detalle, incluyendo datos curi...