3. Es tan malo, pero luce tan bien

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Mae

Después de nuestro encuentro el sr. Connelly no ha estado en casa, es un hombre ocupado y siempre está viajando. Alcancé a escuchar otra discusión con su esposa Vanessa antes de su viaje de negocios. Supongo que durará varias semanas de viaje, ya son 2 semanas en las que no ha estado en casa y tengo que soportar las exigencias de la bruja, aunque algunas veces puedo escabullirme con la excusa de que solo debo obedecer al Señor Connelly.

No sé por qué me siento extrañamente desanimada y aburrida. No es como si mi trabajo dependiera de que el sr. Connelly estuviera aquí, pero soportar a Vanessa realmente es un reto para mí autocontrol.

Mi cabeza es un embrollo de pensamientos pero me obligo a continuar con mi trabajo en la oficina del sr. Connelly.

Todo está en completo orden, pero aún así empiezo a sacudir el "polvo" de la oficina. Luce exactamente como la de alguien obsesionado con la limpieza y el orden.

Me siento en la silla frente a su escritorio y me permito husmear la foto que está en su escritorio. Es un chico de aproximadamente unos 20 años, cabello negro azabache cayendo en todos lados, ojos gris plomizo contrastados con una piel blanca y una sonrisa que haría derretir a cualquier chica en la faz de la tierra.

Sin duda es él, pero mucho más joven, cuando estaba en la universidad supongo.

Cómo alguien tan atractivo puede ser tan frío y cruel.

—¿Qué haces ahí? —la rotunda voz me hace quedar estupefacta unos segundos.

Levanto la mirada y me encuentro con el del señor Connelly. De inmediato suelto la foto y me pongo de pie perpleja.

¡Demonios!

—¿Te pregunté que haces revisando y sentada en mi escritorio? —Dice lentamente dejando su abrigo en el perchero. Está totalmente de negro. Pero la camisa está con uno o dos botones superiores sueltos y su corbata está suelta. Su pelo está perfectamente peinado y luce intimidante mientras fija su mirada en mí.

Luce peligroso y su tranquilidad me confunde más cuando sus ojos reflejan peligro y exigiendo una maldita respuesta de inmediato.

Mis pies están pegados al piso, —Yo...

Su boca se tuerce en una sonrisa de suficiencia, —hoy no estás tan elocuente. ¿Se te comió la lengua el gato?

Las náuseas y el miedo ruedan como un motor en mi estómago y una extraña emoción invade mi sangre... "Está en casa" "y luce como un puto Dios" "pero estoy en problemas" ¡madre mía!... Un tumulto de sensaciones me abarcan.

El miedo y la emoción. Emoción... ¿Por qué siento la dos cosas?

La emoción... no quiero pensar que esta extraña energía que baja por mi estómago es debido que tendremos otro enfrentamiento acalorado, me niego a pensar que nuestros enfrentamientos me causan alguna emoción. En cambio, pienso que es por la emoción de ser descubierta...

—Hola. Bienvenido —arranco las palabras de mi garganta —Yo... Yo estaba limpiando. Sacudiendo el polvo.

—¿De verdad? —ahora está totalmente serio y se está acercando. —creí haber visto que estabas viendo mi fotografía.

Me siento intimidada hasta los cojones. Con cada paso que da, siento que podría derrumbarme, él es... es tan... alto.

Tomo una respiración profunda e instintivamente doy un paso hacia atrás.
Él lo nota, lo que lo hace sonreír. Maldita sea. Se divierte asustándome

Tuya por una noche© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora