Capítulo 23

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Narra Dean

Estaba en mi cuarto peinando a Batman que venía de hacerse un hermoso corte de cabello

—¿se puede?— escuché preguntar a Mike a través de la puerta

—si me prometes que no me vas a gritar— condicioné

—¿por qué te grita... ¡qué te hiciste!?— exclamó al ver mi cabello

—¿un cambio de look?— respondí

—así veo, lo que no entiendo es porque

—los chicos me retaron, pero tranquilo me lo voy sacar, solo estoy esperando a ver como reacciona Daniel al verme

—¿por qué quieres hacer eso?

—¡porque es divertido ver como se altera!— dije alegre— hablando de eso ¡podríamos ir ahora!— dije entusiasmado

Mike condujo hasta la casa de mi jefe que espero que lo siga siendo después de verlo. Al llegar tocamos el timbre y nos recibió su pequeña hija

—¡hola!— saludamos al unísono

—¡hija ¿Qué te he dicho de abrirle a extraños?!

—no es un extraño, es el tío Dean y el tío Mike— respondió la pequeña lanzándose a los brazos de mi amigo

—hola— saludamos en un tono alegre

—por favor díganme que estoy soñando y que Dean no se hizo esa estupidez

—¿te gusta?— pregunté

—¡sii me encanta!— respondió con sarcasmo— ¿Qué tan ilegal es despedirlo por esto— preguntó a mi amigo

—bastante ilegal, pero no te preocupes si te demanda estaría de tu lado— respondió Mike dejando a la pequeña Amy en el piso

Fui al baño por unos cinco minutos y cuando volví noté como ambos dejaron de hablar de golpe

—¿Qué ocurre?— pregunté preocupado sentándome junto a ellos en el sofá

—nada— respondieron

—¿tío Dean?— preguntó la pequeña sentándose en mi regazo— me gusta tu pelo de antes ¿por qué te lo quitaste?— cuestionó haciendo un puchero que en ella se veía adorable

—¿no te gusta como me veo ahora?— pregunté y ella negó sin quitar su puchero

De un momento a otro me levanté con cuidado de no botar a Amy y caminé hasta la puerta completamente decidido

—¿a dónde vas?— preguntó Mike

—a la peluquería— respondí

—¡AL FIN!— exclamó Mike

—¡gracias hija!— imitó Daniel tomando a Amy en sus brazos

—bueno ¿me acompañan o no?— pregunté y los cuatro nos dirigimos a la peluquería más cercana

Estuve dentro un par de horas, debían quitar el color y mejorar el corte para quedar tan guapo como siempre

—¿qué tal?— pregunté cuando ya había terminado

—¿qué tal?— pregunté cuando ya había terminado

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