El sonido de mi celular comenzó a sonar mas temprano de lo normal. No tenía ganas de contestar con lo que me dormí de nuevo. Luego comenzó a sonar de nuevo,ya dos veces. Esta última ignoré al igual que la primera. Cuando decidí que era lo mejor ir al trabajo me levanté de mi cama y fui al clóset donde agarré un pantalón negro,una camisa blanca y una corbata negra. Parecía un hombre de negocios. Acomodé un poco mi cabello para luego buscar mi bolso y colocar algunos libros y carpetas en el. Ya listo salí de mi departamento hacia la calle para entrar hacia la camioneta donde me dirigí hacia Quantico. Fui muy despacio ya que no estaba en buen estado para conducir,todavía seguía algo alterado por lo de ayer.
Cuando llegué a los edificios federales me estacioné y bajé tranquilo para luego dirigirme hacia la entrada del FBI e ir hacia los ascensores para ir al sexto piso. Estaba llegando ocho minutos tarde y de seguro iba a recibir una mirada asesina de todos. Lo sabia porque hace mucho también me había pasado.
Al entrar en la sala de conferencias me encontré a todo el equipo reunido. Hotch estaba mirándome e inmediatamente saqué mi mirada de la de el para sentarme en mi lugar. Comencé a revisar los expedientes del caso en que estábamos trabajando para pasarle una lectura rápida. Al parecer íbamos a tratar con un asesino desorganizado,impulsivo ya que las víctimas que eran hombres presentaban múltiples apuñaladas,a estas las dejaban en lugares públicos como en jardines. Iba a ser fácil atraparlo.
-JJ y Rossi vayan a la morgue, Prentiss,Morgan y yo vamos a la escena del crimen. Reid,tu y yo hablaremos -dijo Hotch mirándome algo serio.
Todos se fueron de allí dejándome solo con Hotch. Levanté mi mirada y lo miré cuando estaba ordenado las imágenes de los asesinatos para luego empezar a hablarme.
-¿Como te sientes ,Reid? -preguntó mirándome a los ojos.
Me sorprendió la respuesta. Me quedé inmóvil. Había recordado el momento en que hace años había pasado algo así con el problema de mi adicción y con el dejar atrás mi secuestro. Aquello había sido un momento muy duro de mi vida que me cambió por completo. Todos lo sabían. Había recibido ayuda de Gideon y aveces algunas palabras de mis compañeros,pero nunca tocaron a fondo aquello,solo dejaron que yo pueda superar aquello por mi mismo.
-Me siento mas que bien -dije mintiendo.
-No me mientas,te olvidas de que te conozco hace años -dijo mirándome serio.
-Es Angela,la extraño y mucho,hace bastante que no voy a visitarla por estar aquí trabajando. No es que te culpe,pero necesito estar con ella.
Se quedó allí pensando un momento para luego dirigirse hacia la salida y quedarse al lado de la puerta.
-Irás a visitarla ahora,te dejaremos en el hospital.
-Tengo que trabajar,Hotch -dije parándome de mi asiento.
-No,no lo harás,vamos.
Si así lo decía. Había alguna razón por la cual Hotch me iba a llevar a la clínica,algo había de raro ya que el iba si yo estaba allí,pero esta vez el me quería llevar hasta allí.
Seguí a Hotch hasta llegar a la camioneta donde entramos. Yo estaba en la parte trasera junto a Prentiss y delante conduciendo Hotch y a su acompañante Morgan. No emitieron ni un comentario. Hotch comenzó a conducir ignorando las indicaciones de el GPS llamando la atención de Morgan.
-Es por el otro lado,Hotch -dijo Morgan algo confuso.
-Llevaremos a Reid a la clínica y luego iremos a la escena del crimen -contestó.
Prentiss me miró acomodando su cabello en una cola para luego hablarme.
-¿Ha pasado algo? -susurró para que yo solo la escuchase.
-¿Me preguntas a mi? -contesté frío.
No estaba de humor para hablar con nadie en este momento. Mi mente estaba en otro lado,volando,desconectada con la realidad. Emily se dio cuenta de aquello y no emitió ni una palabra luego de mi contestación.
Miré el camino hasta que llegamos a la clínica. Hotch dejó la camioneta al lado de la entrada para luego mirarme como dándome algo de seguridad. Hice una sonrisa forzada para luego bajar de la camioneta y dirigirme hacia la puerta principal. Al mirar de nuevo donde había estado la camioneta ahora ya no estaba. Estaba allí sólo y no sabia la razón.
Cerré mis ojos comenzando a marearme,algo que no me pasaba muy a seguido. Entré al edificio y me dirigí hacia la izquierda donde cuando tuve que pasar por la cafetería vi que Maeve estaba allí,me dedicó una sonrisa que ignoré para seguir caminando hasta llegar a la habitación de Angela. No había nadie en la sala de espera,aquello me preocupó muchísimo.
Al abrir la puerta vi lo imposible,vi lo que semanas ansiaba ver.
-Spencer... -dijo Angela susurrando.
Cuando la miré mi corazón comenzó a latir más rápido de lo normal. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi respiración se agitó...y demasiado.
Cerré la puerta de la habitación para dirigirme hacia la camilla donde estaba Angela acostada.
Observé su delicada cara. Sus ojos estaban rojos y su piel pálida. Había perdido todo aquella alegría y chispa que tenía. Me culpé a mi mismo por todo lo que había pasado y seguía culpándome.
-Angela -dije acercándome a ella para abrazarla suavemente sin tocar ningún cable que estaba conectado en su cuerpo- te he extrañado mucho.
-Yo también te he extrañado mucho -dijo con una voz quebrada.
