Espera

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Esperar. Nunca me gustado hacerlo, dicen que soy una persona paciente. No saben qué es la cosa que más odio. Ver qué es la única cosa que puede hacer uno y realmente es frustrante.

-Todavía tiene esperanza en que despierte? Que boba, debería saberlo de una vez-dijo una de las enfermeras que veía a la niña sentada en una silla mirando la camilla de hospital-

-No seas tan dura con ella, es una niña-la doctora le dio un codazo a esta-

-Los informes dicen que fue algo tan horrible que le tuvieron que inducir al coma-le respondió la otra enfermera-Usted que cree que fue lo que le paso Doctora?

-No tengo ni la menor idea pero tratare de ayudarle lo mas que pueda-de forma segura se alejo de estas dos y camino a la sala de cuidados intensivos-

Los días pasaron de igual manera, todos a la misma hora dejaban a la pequeña en la misma sala de hospital y regresaban una hora mas tarde. Había días que incluso no la veía a la persona de la camilla pero aun seguía ahí.

-No voy a seguir pagando los gastos del hospital-una mujer vestida formalmente miro a la niña y luego le entrego algo-Quiero que te despidas de ella de una vez y le entregues esto. Ella sabrá que hacer-

-Si mamá-dijo la pequeña mientras tomaba fuerte el paquete y camino en dirección de la habitación-

El camino siempre fue largo para que alguien pudiera cumplir una meta que se veía imposible, los gastos, expectativas y las demás personas eran siempre un obstáculo grande. 

-Si uno no tiene fe no puede lograr algo-tomo ambas manos y le sonrió a su nieta-Sabes que no tengo favoritos pero tu eres la mía 

Esas palabras eran muy profundas para que una niña de 4 años entendiera, cuando creció se dio cuenta de que realmente significaban. Tan simples y tan bonitas al mismo tiempo.

-Nana... Mi mamá me dijo que te diera esto, dice que tengo que despedirme de ti-dijo tratando de llorar mientras se agarraba fuerte del borde de la camiseta-

-No llores mi amor -hizo que levantara la mirada a su abuela-Sabes muy bien que no me iré a ningún lado, siempre te estaré cuidando-

Se veía distinta como era antes, siempre fue guapa. Buena complexión y una mirada dulce, se lo heredo a sus hijas e hijo. Cuando era más joven era muy parecida a la madre de la jovencita y era muy intrépida. Los años tenían que sacar factura algún día pero envejecer no fue excusa para que perdiera su humor. Verla tan frágil en una camilla de hospital rompió el corazón de la niña.

-S-se que no lo harás...No quiero que te vayas-abrazo a la mayor- No lo hagas por favor, no me dejes...-

-Sabes que me gustaría, pero también hay gente que me espera allá... Recuerdas del amigo que te conté hace mucho?-correspondió el abrazo de la niña y acaricio su cabello-

-Tu amigo italiano?-su abuela asintió- El también te cuido a ti cuando le paso eso?-

-Yo se que lo hizo, también estuvo cuidando al otro idiota-alzo ambos hombros mientras le dio una pequeña sonrisa-

-Nana!-le dio un suave golpe-

-Solo juego querida-rio un poco-

Ambas rieron un poco más antes de que alguien apareciera por la puerta. Era la madre de la chiquita y con rostro algo molesto.

-Ya te tardaste demasiado, nos tenemos que ir-dijo tomando la muñeca de la niña y caminando lejos de ahí-

-Se llama Caesar Zeppelli, llévale flores por mi Paula-dijo antes de que la niña saliera totalmente del cuarto-Sus favoritas son los girasoles!-

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