El enemigo principal de las chicas, Mojo jojo, ha creado un plan para deshacerse de ellas por completo, borrar su existencia de la faz de la tierra...
Pero no sabía que aquello sería un portal a otra dimensión.
Enviando a las chicas a un mundo de h...
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Abrió lentamente sus ojos, sintiendo como su cabeza daba vueltas, observo el techo, dirigiendo su mirada en aquel foco, que, en su vista, se movía borrosamente, pero era producto de la anestesia.
Trato de mover sus manos, pero estas estaban atadas, su respiración empezó acelerarse, trato de hacer fuerza y poder romperlas, pero se detuvo al ver un gran vidrio delante de ella. Pues a pesar de que su camilla estaba inclinada, lograba ver lo que había del otro lado del cristal.
Pero no dijo nada.
Solamente observaba todo a su alrededor con curiosidad, pues la textura era diferente, cada cosa era realmente diferente, como si todo hubiera cambiado.
Observo sus manos estas se veían delgadas, mientras que su piel se veía suave y bien cuidada.
Sonrió internamente y espero a que alguien viniera, recostándose tranquilamente en la almohada.
No quería alterarse y crear un alboroto.
Escucho la puerta de la habitación abrirse, por lo que abrió nuevamente sus ojos, observando como un sujeto alto con cabello corto y negro, al igual que sus ojos; vestido con gabardina marrón que estaba ligeramente abierta de parte del cuello, caminaba con tranquilidad hacia ella.
-Hola, veo que has despertado- dijo este amablemente mientras daba una leve sonrisa- permíteme presentarme, soy el detective Naomasa Tsukauchi- espero a que contestara, pero vio que en su mirada estaba la inseguridad- Sé que te preguntaras que haces aquí, pues he visto informes que estuviste inconsciente por varias horas.
Agarro una de las sillas y la coloco frente a la camilla, para después sentarse cómodamente sintiendo la pesada mirada de la rubia frente a él.
-Tus dos amigas infringieron las reglas, viéndose involucradas en el ataque de un villano y más a parte golpear a un doctor en el hospital.
Miyako frunció el ceño confundida, no entendiendo lo que pasaba.
¿Enserio hablaba de sus dos amigas?
-Una de ellas a pesar de estar esposada logro sorprendernos cuando los rompió y trataba de agarrar la patrulla, mientras que la otra le gritaba con enojo y le pegaba para que se detuviera.
Ah, definitivamente si hablaba de sus amigas
-En fin, ahorita las dos están detrás de una celda. Esperábamos a que despertaras y las acompañaras a la sala de interrogatorios.
No podía negarse, a pesar de querer salir de este lugar, tenía que seguir las leyes.
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