Chocolates

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¿Que acababa de pasar? Solamente estaba hablando con una de las clientas que más veces seguidas venía, después llegó Sugawara y todo fue tan... Natural. Aquel coqueteo, aquellos motes amorosos y algo cursis que nunca jamás pensó en usar en alguien, habían sido perfectamente actuados. Su corazón estaba latiendo a mil.

Y la pregunta que estaba en su mente era "¿Sugawara estaba celoso?" ¿eso era posible?...

Aunque no le entristeció mucho que aquella chica se fuera. De todas formas sabía que no digustaba su orden y sus temas de conversación eran un poco pasadas a llevar. Solamente era para que se quedara más tiempo en la mesa y de verdad que le incomodaba bastante, ya que tenía que atender otros lugares.

Se sintió acosado.

Pero como sea. ¡Sugawara lo había tratado como un novio! Lo único importante. Eso había sido tan genial, tan romántico...no podía enloquecer. Quería que fuese realidad, un hecho, que fuese seguido aquella posesividad del albino. Tantos sueños en su mente, donde sólo Sugawara era protagonista, su pareja de toda la vida...¿Ahora que iba a pasar? ¿Como iban actuar en hora de adelante? ¿Como si nada hubiera pasado?... Eso le dolería. No, no tenía que sacar conclusiones erróneas.

Quizás Sugawara lo hizo porque la tipa nunca tomaba su pedido que tanto se esforzó en preparar y no quería ser egocéntrico para decir que había actuado así por él.

¿Entonces?

- Entonces...¿Dices que ese chico que tanto te gusta actuó como tu novio frente a toda la cafetería y especialmente a esa tipa acosadora que te coqueteaba cada cinco segundos?

Asintió rápidamente.

- m-me da risa que tu también seas un acosador con él ¿sabes?

- Asahi...yo no soy tan acosador. Lo trato bien y no hago cosas raras. Tu no lo entiendes

- ¿entender qué?

- El amor...tu nunca te has enamorado, tontito. Cuando te enamores de alguien especial querras hacer todo para llegar a él o a ella. Cosas cursis, cosas tontas que pueden salir mal o mentir para no ser descubierto con tus extraños sentimientos que cada vez se hacen más grandes. Y ya he hecho todo eso en realidad...

- a-ahm... Entiendo, entiendo. Mi consejo quizás sea que le confieses...no sé mucho del amor pero, si hizo algo como eso ese chico y no le incomodó... Quizás tus suposiciones sean correctas

- ¿tu crees?

- soy tu mejor amigo Daichi. Y me gustaría conocerlo. Se ve de lo que me dices de él, es que es alguien protector y amable - acabó por sonreirle al castaño y le revolvió su corto cabello. - ¿y bien? ¿Que harás?

- me confesare...

- Oh si, te apoyo

- ¡me voy a confesar a Sugawara!

- ¡si!... Pe-pero no hagas un escándalo en medio de la calle Daichi...

Pero no pudo detenerlo. Daichi ya estaba saltando y gritando que se iba a confesar al amor de su vida. Y solo podía darle fuerzas para que todo saliera bien. Ese Daichi...era un tonto en el amor.