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Un año después la cafetería había crecido a montones, era tan reconocida que a veces las manos de Daichi y la de él ya no eran suficientes para atender. Lo había hablado hace unos días atrás con su pareja y este obviamente, lo apoyaba en todo.

Así salio nuevamente el feo cartel que hizo a los principios de la cafetería, aquel cartel que impresionó a Daichi para que trabajara como su camarero y ahora, era hora de que unos más llegaran. Sin embargo era tan feo y deforme el cartel, que no creía que los jovenes o las jovencitas querrían verlo tal como Daichi, que él fue por otra cosa que entró a trabajar... No por ese cartel. Pero bueno, no iba a dejarse derrotar.

- ¿estas seguro de ponerlo?

- Por todos los cielos Asahi, claro que lo haré grandote. No está tan... Mal, si, tan mal.

También se había unido a su equipo el mejor amigo de Daichi, Asahi. Era un castaño grandote pero tímido y vergonzoso que le agradó de primeras y ahora era su pastelero, ya que este estaba estudiando para ser uno ¿no era adorable?

- Bueno, si tu lo dices...aunque ese conejo tiene los brazos deform...

- ¡ya lo sé!

Rodando los ojos ya exasperado pero divertido a la vez, entraron a la cafetería para seguir con el trabajo de la mañana. Ojalá alguien llegara.

🍫

Bueno, no había llegado nadie a la cafetería. Sabía que debía hacer otro cartel o contratar a alguien para que le hiciera uno muy bonito y colorido pero, la verdad quería hacer el trabajo él mismo de contratar. Parece que se notaba su rostro afligido, ya que Daichi comenzó a besar su nuca cuando lo abrazó por la espalda.

- todo estará bien chocolatito, ya verás que muchos se pelearan el puesto.

Eso quería creer. ¿Cómo su cafetería llena de personas a nadie le interesaba el puesto? Que malditos. Ya al rato Daichi fue con una bandeja con tazas de café, dejándolo nuevamente solo en la barra, sin embargo al mirar directamente los pasos del moreno, escuchó el espantoso sonido de unas tazas quebrandose. ¡Oh no! Y si Daichi se lastimó con el vidrio ¿que haría?

Rápidamente se dirigió a su novio y vio también como un chico de negros y lisos cabellos hacia abajo miraba estático el accidente. ¿Como no reaccionaba?

- ¿fuiste tú el causante? - mencionó ayudando a Daichi a levantarse. Todos los vidrios de las tazas de loza estaban desparramados por doquier, al menos vio que Daichi solo tenía un rasguño, nada grave.

- no te preocupes Sugawara, no fue nada.

De todas maneras frunció el ceño y miró al adolescente, que al parecer que este si era el culpable ya que asintió a los minutos después.

- Pues pide disculpas, las tazas son muy caras y eran mis favoritas - gruñó un poco posando sus manos en sus caderas. Estaba bien desconcertado. -

- lo lamento, no me fije donde iba - contestó fríamente, sonriendo tan... Estremecedor. -

Negó con la cabeza, suspirando por las tazas rotas y su pareja que intentaba calmarlo. Esas tazas... ¡Ya sabía que hacer! Volvió a sonreí mirando nuevamente al azabache y este lo miró extrañado. Era algo justo después de todo.

- entonces trabaja aquí para pagar el accidente ¿que piensas?... Necesitamos un nuevo camarero.

Daichi se impresionó por la propuesta, que de todas maneras era buena. Podría ser como un trabajo de medio tiempo, era lo suficiente para que el menor con su sueldo pagará de a poco las tazas. Apoyó a su albino, mirando también al chico.

Este demoró en contestar, pero acabó por aceptar la propuesta de trabajo, igual necesitaba dinero y no creía que fuese tan difícil ser un simple camarero ¿verdad? Las tazas no se pagarían solas, se dijo asi mismo el azabache. Así le dieron el uniforme y el horario de trabajo, que tuvo que aceptar responsablemente.

~~

Al otro dia se había unido alguien más, un chico altísimo de cabellos rubios y lentes. Era alguien serio y directo, pero cuando fue su primer día trabajando, les había ido muy bien. Al parecer a las chicas les gustaba como este las ignoraba por completo, suspiraban con solo mirarlo. ¿El motivo del por qué llegó a trabajar? Pues este chico era un cliente que tuvo una discusión hace unos días atrás con el nuevo mesero de nombre Kageyama. Cuando lo atendió ya se llevaban mal y como Sugawara creía en el poder de la amistad, lo contrató para que hicieran una buena relación o si no, no dejaría entrar al rubio por molestar a sus trabajadores. El rubio aceptó, con una mirada tenebrosa como si ahora tendría la oportunidad de molestar siempre al pelinegro, pero quiso ignorar aquello.

El único chico que llegó por el cartel que estaba afuera, fue un chico de lindas pecas por todo su rostro. Había llegado por si solo, no era un caso especial como los otros dos, no obstante este chico hizo buenas migas con el rubio, que se hicieron de una manera extraña, inseparables. Quería creer que el caso de Yamaguchi, el tercero, era porque tenía una atracción por Tsukishima, el segundo mesero, por lo que imaginó que se repetiría la historia como el de él y Daichi.

Pero estaba feliz, tenia a tres nuevos polluelos a que explot...que querer, obviamente, tres nuevos meseros que harían más simples los días en la cafetería cuando se llenaran.

Al parecer el cartel seguiría haciendo de las suyas para traerle suerte.

🍫

Bueno es así como contratan a éstos bebés ❤️✨ y sería el final de la saga. Pero no se preocupen, que habrá una nueva historia y será Bokuaka. UvU 💕


ChocolatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora