Muerte

10 2 0
                                    


Muerte. Sin dudas Muerte era a quien más le temía. Aparecía en un instante fugaz que se hacía eterno en mis recuerdos. Me mostraba su presencia sin escrúpulos y su "generosidad"; podía escucharla diciéndome que aún no era mi momento y que me dejaría colar.

Siempre me imaginé a Muerte como un personaje sagaz y elegante, como las brujas de las películas que aparentaban ser hermosas y seductoras, pero que luego, llegado el momento de actuar, salía a relucir su verdadero yo, una mujer fea, con características horrendas y que demostraba su interior y su capacidad de maldad en lo físico. Digo que me imaginaba a Muerte como un personaje, porque definitivamente eso es la muerte; personas religiosas siempre nos dicen que la muerte nunca se presentará como una persona físicamente macabra, y que el diablo nunca aparecerá con cachos ni cola larga, roja y puntiaguda.

Daniel me mostraba la Muerte y me hacía tomar un poco de ella, como si fuese un veneno que cada vez que lo pruebas te muestra que tan cerca estás de tu fin, y que después de tomar tantas dosis de Muerte, llegará un punto en el que se volverá una opción.

Lo que Daniel nunca se imaginó, es que un día, Muerte se volvería mi aleada, pues, justo en el momento en que Muerte me susurraba al oído que ya era mi momento, negocie con ella mi final.

ESPECTADORES BAJO MI CAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora