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-¡Hola, hola!

-¡SooJung!

Inmediatamente que la cantarina pelinegra se hubiese asomado por la puerta de la cafetería, una alegre HaeYoung la recibió y fue corriendo a su encuentro, abrazándola tan fuerte como sus bracitos se lo permitían.

-¿Trajiste lo que acordamos?-preguntó la menor y SooJung asintió, sacando de su espalda un hermoso ramo de flores-¡Woah!¡Es hermoso!¡A papá le va a encantar!

-¿Me dices dónde lo ponemos? Tengo otra cosa que enseñarte.

La niña inmediatamente corrió detrás del mostrador y de allí sacó un elegante búcaro de cristal.

Ya ubicado el ramo, SooJung rebuscó en su bolso y del mismo sacó un pequeño llavero con una pelusa en forma de unicornio.

-¿Para mí?-no había que ser un experto en niños para saber que, con aquel brillo en sus ojos, a HaeYoung le había gustado su regalo.

-Todo tuyo, preciosa-le sonrió, entregándole el objeto-¿Y tu padre y tus tíos?

-Appa y el tío Nam salieron y los demás están en la cocina-respondió, aún con su vista fija en su regalo-. Le están preparando un pastel a appa.

-¿Te parece bien si vamos con ellos? Pero primero debemos ocultar el ramo, no queremos que tu padre llegue y lo vea.

Hecha dicha acción, ambas se adentraron en la cocina, llamando la atención de los cinco dentro.

-¡SooJung-ah!¡Qué bueno tenerte por aquí!-exclamó TaeHyung, yendo directamente a abrazarla.

-¿Me trajiste eso que me comentaste?-curioseó JiMin.

-¡Yah!¡Acabó de llegar y así la recibes!-reclamó HoSeok.

-Sí, JiMinie, te traje los borradores-rió.

-¿Borradores?-inquirió YoonGi.

-Como JiMinie se declaró oficialmente fan de mi escritura, decidí darle a revisar mi más reciente borrador y, en dependencia de si le gusta o no, me animo a publicarlo-sonrió la chica.

-¡Pero claro que va a estar bueno!¡Todo lo que sale de esa mente tuya es brillante!-exclamó SeokJin.

-¿Tú también has leído alguno de mis escritos?-quiso saber la muchacha.

-¡Pues claro! Eres mi cuñada, escribes y no voy a leerte ¡puff! Estás loca si piensas eso-le respondió el cocinero.

-Ehm...-la pobre SooJung se notaba incómoda-. Yo no soy tu cuñada, Jin. JungKook y yo sólo estamos saliendo.

-Es lo mismo-se encogió de hombros, HaeYoung-. De todas formas llevan como cinco meses así.

-No es lo...

-¡Ya llegamos!-el anuncio en boca de NamJoon, interrumpió las palabras de SooJung.

Casi que al instante, todos los que en la cocina estaban salieron y se encontraron con JungKook y NamJoon.

Y como si lo hubiesen planeado todo desde un inicio, que en realidad no fue más que una casualidad, todos vocearon a la vez:

-¡Felicidades!

Aquel era el día de los padres y era sabido que ninguno de los amigos de JungKook, ni su hija, mucho menos SooJung, lo pasarían por alto, cosa que el castaño había pensando cuando no recibió felicitación alguna en la mañana antes de salir con NamJoon.

Aunque el chico de los hoyuelos (como SooJung le decía) sí lo había felicitado.

-¡Mira, appa!-la pequeña correteó hasta el escondite del ramo de flores y, con cuidado de que este no cayera pues era un poco pesado, se las hizo llegar a su padre-¡Para tí!

-¡Woah! Qué detalle más lindo, Hanie ¡Girasoles! Mis favoritos-sonrió el castaño, agachándose para quedar a la altura de su niña y depositar varios besos sobre sus mejillas y frente-¿Quién te ayudó con esto?

-¿Y tú quién crees que fue?-rió SeokJin, cruzándose de brazos.

Todas las miradas fueron a parar en la figura de SooJung y ella, al verse en medio de tanta atención, decidió mirar a un lado y silbar sutilmente como si con ella no fuera, ocultando su sonrojo, cosa que ocasionó más de una carcajada.

-¡Y nosotros te estamos haciendo un pastel!-voceó HoSeok.

-¡Hyung!¡Se suponía que era sorpresa!-se quejaron TaeHyung y JiMin al unísono.

-Pero si siempre le regalamos lo mismo-rodó los ojos, NamJoon-. Ya de sorpresivo no tiene nada.

-¡Bueno, ya!-silenció SeokJin-. Ustedes, sexteto de vagos, acompáñenme a la cocina y ayúdenme a hacer el pastel.

-Como todos los años-susurró YoonGi.

Una vez los chicos desaparecieron por la puerta de la cocina, bajo la divertida mirada de SooJung y HaeYoung, frente a la mayor se ubicó un girasol.

Algo confundida, la muchacha revoloteó sus ojos hasta los del castaño, quien le mostraba una amplia sonrisa.

-No es muy común que las mujeres regalen flores a los hombres, pero como tú perteneces a ese peculiar porcentaje, creo que he de regalarte yo también, aunque sea sólo una.

Los ojos de la muchacha brillaron tanto como su sonrisa y aceptó el girasol encantada. Ese hombre la tenía loca (más de lo que ya estaba, según ella misma y sus conocidos) y siempre se lo hacía saber, aunque no con palabras, más bien con pequeños detalles y actos.

-Y tú también tienes el tuyo, princesa-sonrió, esta vez en dirección a su hija, quien chilló emocionada cuando su padre le extendió una de las flores.

En aquellos cinco meses que habían pasado desde que comenzaron a salir, SooJung se estaba encargando de alimentar el amor propio de JungKook puesto que sabía que sin este, él no sería capaz de amar correctamente a otra persona.

Ella lo lisonjaba y le repetía sin cansarse una y otra vez que él era hermoso y lo defendía de aquellos que osaban ofenderlo. Lo invitaba a su casa, claro que la niña también estaba incluida en dicha invitación y lo enseñaba a cocinar, pues JungKook estaba ahorrando el suficiente dinero como para comprar su propio departamento donde viviera junto a HaeYoung ya que llevaba demasiado tiempo dependiendo de sus tíos y primo. Además de ello, no desaprovechaba la oportunidad para tomar su mano o enlazar sus brazos o besar sus mejillas.

Al final de aquel día, los muchachos invitaron a SooJung a quedarse con ellos a cenar.

Y justo en medio de esa cena, la niña hizo un comentario que provocó que tanto JungKook cono SooJung casi se atragantaran con la comida.

-Mañana es el día de los padres en mi escuela. Todos van a llevar a sus papás. Me gustaría que SooJung fuera conmigo y con appa.

Sᴄᴀʀs ⎝⎝ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢ ᴋᴏᴏᴋ⎠⎠✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora