ˢᵉᵛᵉⁿ

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Apenas pusieron un pie fuera del auto, HaeYoung se colocó frente a SooJung y JungKook con una mirada "acosadora".

-Sólo actúen como ustedes saben-se encogió de hombros-. Ya saben, besitos, manitos y eso ¡Ah! Y desde ya les advierto que mis compañeras y sus padres son unos pesados.

Para la ocasión, HaeYoung se había alegrado tanto de que SooJung accediera a acompañarla ese día, que había organizado toda una serie de cosas que no podían faltar.

Entre ellas, estaba la ropa a juego.

Sí, los tres portaban exactamente los mismos colores en sus prendas.

Mientras la niña vestía una pantaloneta rosada que le llegaba poco más por encima de las rodillas, blusa negra con detalles en plateado y zapatos blancos, JungKook vestía pantalones negros, camisa rosa melocotón (por obligación de HaeYoung) y zapatillas blancas. Por su parte, SooJung vestía unos pantalones también negros, un suéter de un rosado algo oscuro y tacones blancos.

Por muy loco que parezca, fue la menor quien escogió los atuendos de cada cual y como los adultos se sentían incapaces de negarle algo, simplemente se dejaron hacer para complacerla.

De hecho, el cabello de JungKook estaba recogido de tal forma que se podían apreciar tres de sus cicatrices, sin quitar la del ojo derecho pues ahí sí el cabello cubría, y además lucía muy bien con aquellos aretes que colgaban de sus orejas.

-¿Algo más?-en un burlón tono, habló JungKook.

-Sí, que por favor esto deje de ser una actuación.

Y sin más que dejar pasmados a sus acompañantes, se ubicó en el medio de ambos y tomó sus manos, jalándolos dentro de la institución.

Las indiscretas miradas no se hicieron esperar, pero eso fue algo que SooJung y HaeYoung pasaron de largo, logrando con sus gestos y chistes que JungKook también lo hiciera.

Pero entonces llegó el momento.

Todos los padres estaban sentados en los respectivos puestos de sus hijos, a un lado de los mismos y, uno por uno, iban hablando acerca de la profesión de sus padres, la relación que tenían con ellos, etc.

Cuando llegó el turno de HaeYoung, que se ubicó al frente de toda el aula junto a JungKook y SooJung, muchas madres (sobre todo) cubrieron "disimuladamente" los rostros de sus hijos.

La pequeña, a sabiendas de lo que aquella acción ocasionaba en su padre, dió un apretón a su mano, no siendo la única en darle ánimos,  pues SooJung recargo su mano sobre el hombro del muchacho.

Y claro que esto logró sacarle una linda sonrisa al castaño.

-Mi nombre es Jeon HaeYoung-sonrió la niña, iniciando su monólogo-, y tengo ocho años. Mi appa es Jeon JungKook y es pintor. Me pidió que no lo dijera, pero igual lo haré-soltó una traviesa risilla, sacándole la lengua a su padre, quien la miraba con una cierta mueca de duda-. Él es famoso. Su nombre de pintor es 97.

Más de un rostro se vió asombrado. Al poco tiempo de aquella exposición donde supuestamente JungKook había mostrado su autorretrato, él mismo desmintió el hecho a través de sus redes sociales, afirmando que no se sentía listo para salir a la luz por el momento, así que la duda acerca de quién era el prestigioso artista había vuelto.

Bueno...su hija recién lo desenmascaraba.

Pero él no pudo haber deseado mejor forma de hacerlo.

-Mi omma es Go SooJung y es escritora. Aún no es muy famosa, pero mis tíos dicen que les gusta mucho lo que escribe.

Y otra vez las muecas de asombro.

Si bien no era muy famosa, como bien decía la niña, sus obras y su nombre poco a poco comenzaban a ser reconocidos y, evidentemente, muchos de los allí presentes la conocían.

-Omma dice que le gusta mucho cómo pinta appa y también dice que la inspira-sonrió la niña. Ella no podía estar más orgullosa de los dos adultos que sujetaban sus manos-¡Oh! Y dice que lo admira mucho ¡Y yo también! Appa es muy valiente y fuerte ¿verdad?-buscó apoyo en SooJung y la muchacha asintió sin pensarlo dos veces, logrando que un leve sonrojo apareciera en el rostro del castaño-. Omma me da muchos regalos y cocina muy delicioso y appa siempre me abraza, y...ya. Creo que eso era todo.

-Y ¿qué me dices de las enseñanzas?-recordó su profesora.

-Appa me enseñó a ser fuerte, como él, y omma siempre me dice que no importa lo que las demás personas piensen de nosotros porque somos felices y eso basta.

La profesora aplaudió y los demás, algunos un poco más por obligación, también lo hicieron.

El trío volvió a su lugar y casi de inmediato JungKook apretujó entre sus brazos a su niña, susurrándole al oído lo orgulloso que se sentía de ella.

Por su parte, SooJung sólo miraba la escena con una sonrisa, hasta que una de las manos de JungKook también la rodeó a ella, uniéndola al abrazo.

-¿Vieron a mi profesora? Ella es buena. Me defiende cuando los demás me molestan-sonrió la pequeña.

JungKook se llamó al silencio, no queriendo exteriorizar la sutil tristeza que de repente inundaba su ser.

Por su culpa HaeYoung era molestada y eso era algo que lo hacía sentirse como el peor padre del mundo y que tal vez tomó una errónea decisión al quedarse con HaeYoung, a pesar de que no se arrepintiera de ello, pues esa niña era la luz de sus ojos.

Pero SooJung sí sabía lo que por su mente pasaba y fue así como tomó una de sus manos y la acarició, depositando luego un beso sobre la misma y, aprovechando que HaeYoung estaba muy al pendiente de las demás presentaciones de sus compañeros, le susurró:

-HaeYoung se siente muy orgullosa de tí. No es tu culpa que la molesten. La sociedad está hundida en la mierda pero eso no es tu culpa tampoco. Por favor, cambia esa carita-hizo puchero-. Muestra esa linda sonrisa mojabragas que tienes.

El chico no pudo evitar reír por lo bajo ante tal comentario de la chica y decidió bromear con ella, haciéndole saber así que sus ánimos habían surtido efecto.

-¿Incluyes las tuyas también en esa expresión?

Ahora era el turno de la muchacha de reír.

-Por supuesto que sí.

Sᴄᴀʀs ⎝⎝ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢ ᴋᴏᴏᴋ⎠⎠✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora