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-Me alegra que ya pueda dormir sola. Al menos la mayoría de las noches. Pero aún así no me fío, a pesar de que su psicólogo dice que es normal-comenta el castaño.

-Dale tiempo al tiempo. Ya comienza a crecer y estoy segura de que está intentando sobrellevar ese trauma que tiene-sonrió la pelinegra, apoyando su mano sobre la ajena.

Ambos chicos se encontraban cenando tranquilamente en el departamento de la chica.

Por insistencia de sus hyungs y su propia hija, JungKook había ido a visitar a SooJung, sorpresivamente, al inicio del anochecer.

El castaño quería invitarla a una cena, pero ella se negó en cuanto lo vió en la puerta y le ofreció que hicieran su propia comida.

¿La razón?

Pura vagancia. SooJung no tenía ganas algunas de salir de su casa luego de un medianamente largo día laboral pero sí que tenía ganas de estar con JungKook.

Por eso ambos estaban comiendo uno frente a otro en una meseta de la cocina que tenía ese mismo propósito, sentados en altas butacas mientras platicaban animadamente.

Sin embargo, el ánimo pasó de largo cuando JungKook tomó un tema, cuyos efectos ya tenían a SooJung harta pues no sabía que más hacer.

-A veces pienso que no la merezco-sonrió tristemente-. Ayer estábamos dando un paseo por el parque y cuando quiso jugar con unos niños, la rechazaron por andar conmigo ¿Sabes lo que hizo? Me dijo: Vámonos, papá. Ya no quiero jugar-suspiró-. Quisiera ser alguien mejor para ella.

SooJung dejó caer sus cubiertos con fuerza contra el plato, logrando asustar al castaño.

-¿Qué más tengo que hacer para que...?¡No, olvídalo!¡Ya sé!

Con calma, se bajó de su butaca y se ubicó a un lado del chico, logrando que este girara la silla en su dirección.

No le dió mucho tiempo cuando ya lo tenía agarrado por la tela de su camisa y lo besaba con parsimonia y dulzura.

Aquel era su segundo beso, y por estar solos en aquella ocasión, se tomaron ciertas libertades.

Sus lenguas lograron entrar en juego.

Las féminas manos se posaron sobre los hombros ajenos y las masculinas se ubicaron en las caderas contrarias.

La figura de SooJung quedaba entre las piernas de JungKook, siendo casi nula la distancia entre ambos.

El aire les faltó y tuvieron que separarse.

Mas, aún con su respiración agitada, SooJung tomó la mano de JungKook y lo obligó a levantarse de la butaca, guiándolo hasta su habitación.

Lo colocó frente al espejo de cuerpo completo y lo despojó de su camisa, colocándose luego tras él, ubicando sus manos sobre cada hombro ajeno.

-Dime qué es lo que ves-pidió.

El muchacho, aún algo aturdido, hizo lo que le pedía y luego de un par de segundos, habló.

-Veo a un hombre marcado y que si hubiese llegado a tener un par de marcas más en el rostro, sería un monstruo.

SooJung gruñó y enterró sus uñas en la piel del joven, provocando que este jadeara pues comenzaba a dolerle dicha acción.

-No sabes cuánto quisiera darte mis ojos ahora mismo-volvió a gruñir-¿Sabes lo que veo yo? A un hombre jodidamente valiente. Un hombre que prefirió arriesgar su vida a cambio de salvar a una niña que lo ama con locura, que prefirió quedar marcado física y psicológicamente antes de que el daño de su actual hija fuera mayor. Veo a un artista poderoso, lógicamente presionado por los medios, pero sin dudas uno que sobrepasa las expectativas de cualquiera, hasta del más famoso pintor. Cada jodida herida en tu cuerpo es la prueba física de que eres un hombre admirable y que la sociedad no sabe apreciar eso. Pero tienes suerte y cuentas con muchas personas que te quieren tal y como eres-ya con más delicadeza, lo hizo girar sobre sus talones, quedando frente a frente-. La belleza se quita el sombrero cuando le pasas por delante-murmuró, acariciando con suavidad todas y cada una de las cicatrices en el torso del chico-. Que esas heridas no permitan que tu sonrisa se apague. Tú eres mucho más que unas simples marcas en tu piel.

Los ojos del muchacho se llenaron de lágrimas, pero SooJung no estaba dispuesta a verlo llorar, por lo que decidió darle un toque atrevido a su monólogo.

-Y como si fuera poco, eres todo un mojabragas. Por tu culpa hasta en el trabajo he tenido que cambiarme de ropa interior-acusó.

El castaño rió, pero aún así la acorraló entre sus brazos e inició un suave beso.

Pero con los segundos, de suave ya no tenía nada.

Sin siquiera percatarse, se lanzaron a la cama y comenzaron a repartirse caricias más descaradas, a comparación de las que antes ya se habían dado.

Poco a poco, la ropa fue sobrando, pero un rayo de lucidez alumbró momentáneamente a SooJung, haciendo que todos aquellos movimientos se detuvieran.

-Sólo dime que estás dispuesto a esto-ronroneó, aprovechando que estaba a horcajadas sobre el muchacho para besar su cuello-. Tal vez te sientas presionado y si no me detienes ahora, no pararé nuevamente.

El chico jadeó cuando una mordida atacó su cuello y tomó entre sus dedos la barbilla de SooJung.

-Sólo tengo miedo-confesó-. Desde mis dieciocho hasta ahora sólo he tenido sexo cuatro o cinco veces. No soy un experto y no creo poder complacer...

-Entonces-interrumpió ella, hablando sobre los labios contrarios-, toma todo ese deseo acumulado y hazme tuya. Con sólo ser tú ya me basta y me sobra para estar complacida.

-Después de esto...¿Tú...?

-¿Quieres que sea tu novia?-el chico asintió frenéticamente, sonriendo-. Pensé que no tenías que preguntarlo. Sabes mi respuesta.

Ciertamente, aquella noche no durmieron mucho, prácticamente nada, pero, aún si se levantaron temprano, agradeciendo que fuera fin de semana, se sentían extremadamente felices.

No dejaron de llenarse de mimos mientras desayunaban o recogían el cuarto, mucho menos en el camino en dirección a la cafetería.

Cuando llegaron, SooJung estaba sobre la espalda de JungKook, sujetando este sus muslos mientras ella repartía tiernos besos en sus mejillas y él sonreía como el tonto enamorado que era.

Bueno, los dos lo eran.

Ambos sabían que el uno había calado profundamente en el otro sin quererlo. Pero no podían estar más encantados con ello.

-¿Algo que comentar?-ese fue el saludo de JiMin apenas la pareja hubo entrado a la cafetería.

Pero, pese a que su voz sonó algo tosca, tanto él como los demás estaban sumamente contentos con la escena.

De hecho, a la pequeña HaeYoung le brillaban los ojitos.

-Le he conseguido pareja-canturreó SooJung, rodeando el pecho de su novio con sus brazos, depositado otro beso sobre su mejilla.

Los chillidos no se hicieron esperar y la pareja sólo rió, mientras el chico dejaba a la muchacha de vuelta en el suelo.

Y entonces HaeYoung se acercó a ellos y tomó las manos de SooJung.

-¿Eso significa que ya puedo llamarte omma, de verdad?

Tanto JungKook como SooJung y los otros seis sonrieron enternecidos por la pregunta.

-¿Tú quieres llamarme así?.

La niña no tardó mucho en asentir con frenesí y dar saltitos de alegría, logrando llenar el lugar de nuevas risas antes de que SooJung respondiera.

-Entonces así será.

⳹Eɴᴅ⳼

Sᴄᴀʀs ⎝⎝ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢ ᴋᴏᴏᴋ⎠⎠✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora