Seúl, Gangnam, Mikkeler Bar.Era un día muy lluvioso y las personas corrían de lado a lado cubriéndose el cuerpo con una sombrilla, habían de distintos colores y formas metálicas. Todo lo relatado era visto por los ojos de uno de los narcotraficantes mas hostiles de Asia, Choi SiWon seguía con la mirada como una madre y su hija pasaban por la linea peatonal llevando sus compras.
Tocó el vidrio de la gran ventana con la esperanza de sentir las gotas de agua resbalarse en sus pulgares y se dispuso a tomar de su vino sin interesarle nada más, estaba muy borracho y dolido, tanto que ignoró la norma de ilegalidad de jamás asistir a lugares concurridos o muy conocidos ya que había tenido ciertos roces con el personal del gobierno.
Tomó asiento en un sofá grande de cuero donde otro varón mas joven tomaba una cerveza con la mirada mas tranquila del mundo, su trago casi moja su pantalón pero logró reponerse más rápido al escuchar el gruñido característico de un alfa, uno que solo trataba de disfrutar de una cerveza ya que nunca tenia tiempo libre y agradecería hacerlo sin estropear su vestimenta o accesorio.
Con otro movimiento reprimió su frente porque no le gustaba que nadie le ofendiera, también era un alfa muy poderoso a pesar de su edad y respondió con otro gruñido.
El que tomaba cerveza notó las arrugas en su piel y se disculpó de inmediato por la ofensa a un miembro de la jerarquía por ser mayor que él. También se pudo dar cuenta de su evidente estado de ebriedad y código de vestimenta y eso no pudo interrumpir un inicio de charla ya que casi todos iban al bar para olvidar algo malo o celebrar.
— ¿Día difícil? — Preguntó al mareado quien arqueó una ceja. — ¿Qué te puedo decir, hombre? — Tomó otro sorbo del whisky, el suficiente hasta que pueda recargar su animo para contestar por completo la pregunta de un extraño.
Miró directamente al par de ojos y pronunció con total normalidad la oración más anormal del universo — Mi trabajo casi asesina a mi hijo — que ocasionó que el hombre desconocido se interesará más en el borracho, nadie hablaba con tanta tranquilidad de un asunto tan importante.
— ¿Enserio? ¿En qué trabaja, señor? — Preguntó con más entusiasmo que ni inmutó al hombre quien recargó su cabeza en la espalda del sofá, y siguió charlando ya que el rostro del chico comenzaba a ser uno familiar.
— Soy como un comerciante... — El otro tomó un sorbo de su cerveza para calmar su sed pero su sed de curiosidad seguía intacta ¿qué tipo de comerciante ponía en peligro a su hijo?
— Desearías ver lo felices que son mis socios cuando vendó todo lo que pido — Explicó el alfa mayor moviendo sus manos al otro quien anotaba todo lo que escuchaba mentalmente.
— De hecho, uno de mis socios pensó que mi hijo era un agente de esos, ya sabes, y lo iban a liquidar ¡Lo puedes creer! — Exclamó cómo si fuera lo más normal del mundo y seguía hilando su relato — Realmente tendrías que ver cómo Benyl reaccionó cuando le dije que era mi hijo —
Benyl era el nombre clave de un narcotraficante muy conocido que cada vez que era detenido, se trataba de otra persona que era inocente que había caído en sus trampas al punto de parar en una cárcel con el supuesto nombre real del criminal.
El hombre de la cerveza no levantaba ni una sospecha pero se trataba de un elemento radical en su trabajo y le hacía caso al viejo en todas las cosas que le decía a pesar de lo tontas y pasadas del límite que sonaran.
— Literalmente todos lo tenían acorralado y después de mi llamada, lo abrazaron como si fuera un cachorro — Dijo y seguido soltó una carcajada frente al rostro perdido.
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Desorden legal | NamJin
FanfictionDónde Kim SeokJin, un omega de increíbles habilidades e hijo de Choi SiWon, el narcotraficante más buscado de Asía Sudeste, se enamora del peor alfa de quien podría enamorarse el hijo de la ilegalidad porque significaría traición inminente. Porque a...