Desorden legal | NamJin

Capitulo 4

El policía de la estación olvidó su estúpida faceta de criminal para atrapar a todos estos revoltosos hombres ilegales, seguían en el trance de moverse y ser disparados en el cráneo pero los ojos violetas del alfa lo miraban con tanta rabia como si él arruinará sus planes, lo hace pero sus planes no son nada buenos para la sociedad.

Después del mensaje que dictó el criminal se produjo una lucha cuerpo a cuerpo con ambos sujetos y entre puñetazos y patadas, recibió un mensaje a través de un audífono diminuto de no matarlos pero sucedió algo que enserio no quería que le pasara mientras trabajaba, sabia que no debía llevar el teléfono cuando iba a las misiones pero planeaba salir con su hijo y pensaba que esto sería rápido, le llamó la tutora escolar y Kim NamJoon no le contestó esperando que siguiera el tono ya que estaba ocupado y su hijo era bien portado, un pequeño genio como él pero llamó hasta tres veces y se asustó al mismo tiempo que golpeaba al bobo asistente del criminal aturdiéndolo e inmovilizándolo en el piso para que solo se preocupará por el alfa.

NamJoon detesta ser citado en la escuela porque le hacen perder el tiempo, SooBin era un niño excelente pero tenía un defecto que su papá no podía desmentir y casi siempre le llamaban por lo mismo, SooBin cuestionaba demasiado a sus maestros cuando le indicaban algo y ahora no quiere pintar los dibujos que le dan en el colegio.

Golpeó al hombre que lo hizo enojar en la cabeza en su intento desesperado de contestar por sí su único hijo estaba enfermo o en problemas, el criminal retrocedió y al mismo tiempo, le colocó su arma en la frente al traficante de blancas simulando dibujos en su piel. Ahora sí estaba más tranquilo y aunque el sonido de fondo no era el mejor, contestó el celular con la mayor tranquilidad del mundo sin despejar la mirada mórbida del asqueroso criminal ya que podría aprovecharse y correr fuera del escenario, los otros agentes lo atraparían pero Nam quería tener el honor de entregarlo amarrado y como un costal de papas.

La voz femenina se hizo presente en la sala con un eco — Señor Kim, lo llamamos porque SooBin no se dispone a realizar las actividades de la escuela —

NamJoon se arrepintió de contestar la llamada al minuto ya que sabía que le iba a decir la maestra, además, no se suponía que estaban dispuestos a llamar solo por emergencias y si aquello era una emergencia, esperaba que sea un dibujo para pintar que valga la pena, resopló y habló con su característica voz gruesa.

— Pásenmelo, por favor — El hombre apuntado con el revolver comenzó a soltar carcajadas pero lo hizo después de que desahabilitara la opción de que lo escuchen, era rápido con sus dedos.

La paciencia de Kim NamJoon es una virtud que encabeza la lista de las demás pero también es lo que hace que su trabajo sea desesperante y fácil a la vez. Perder la paciencia con criminales confirmados de casos descubiertos era su forma de desquitarse de la presión con golpes para que testifiquen o informen si la red donde trabajaban era aún más grande de lo que investigadores y colegas investigaban. Negociaban sus cargos a cambio de información pero la mayoría de veces no entregaban ningún beneficio ya que tenían cadenas perpetuas, en el peor de los casos eran reos con numerosas cadenas perpetuas y solo usaban la información para derribar a toda la agrupación criminal que señalé el interno.

Algo en particular que no le gustaba es cuando hablaban mal de su pequeño SooBin, y más cuando se trata de un violador confirmado, traficante discreto y próximamente convicto en una infernal cárcel. Que sentido tenía insultar a un niño cuando el que insinúa lo malo en él es muchísimo peor.

— Que niño tan estúpido... — Pronunció el hombre que tenía la revolver en la cara, desafió nuevamente con sus ojos al policía.

La paciencia de NamJoon culminó para la muy mala suerte del criminal, y le disparó dos veces en las piernas sin decirle nada, una bala para cada una que permitió inmovilizarlo por completo, le molestó que se haya expresado de esa manera de su hijo. El tipo cayó jal suelo frío encontrándose con el cadáver embolsado y se retorció por el incontrolable dolor que sentía, se estaba desangrando y llenado de gritos la habitación, el policía volvió a colocarle la revolver en la frente pidiendo que se calle ya que tenia una conversación silenciada y el traficante apretó sus dientes contra sus labios soportando las replicas en su piel.