Desorden legal | NamJin

Capitulo 3

Seúl, centro de la ciudad.

Kim NamJoon había descifrado el caso de una mafia de trata de blancas y estaba disfrazado por completo e introducido en una oficina secreta bajo el nombre falso de un servidor de un cliente recurrente en la venta ilegal. La ropa que tanto le había costado planchar, ahora estaba muy arrugada en su cubículo laboral mientras que esta usando prendas horrendas.

Suspiro dos veces antes de ingresar a la casa que tenia miles de sótanos, la primera vez pensando que todo lo hacía era para criar mucho mejor a su hijo en espacios exclusivos y la segunda vez, era temiendo por su vida ya que sí sorpresivamente era descubierto por alguna persona del lucro ilegal, sería el fin de su carrera y su pequeño, SooBin quedaría huérfano.

Volvió a incluir su meticulosa vista al lugar descuidado, estaba muy sucio para ser un lugar donde aún habían vidas y repleto de restos cuya procedencia no deseaba saber jamás pero también estaba lleno de mujeres y hombres omegas, su piel tatuada de golpes horripilantes, los betas tenían las manos atadas y caminaban en filas, múltiples mordeduras en sus cuellos, habían seres trancastas lastimados que lo observaban con una mirada totalmente azul, triste y él moría por ayudarles pero tenía que seguir con su plan policiaco si quería hacerlo.

Todo en este tortuoso lugar estaba mal, otra cosa que destruyó su corazón fue ver a una omega y a su hijo ser separados, era muy obvio que había sido violada por un extremo peso bajo, posteriormente torturado sin opción a dejar en adopción pero ya se había encariñado y ahora le arrebataban a su bebé con fuerza, muy cruel y desgarrador, el hombre escuálido lloraba antes de que lo volvieran a golpear.

Otras que estaban desnudas con marcas violentas en la piel y desfilaban en una danza de locura buscando salida a espaldas de los guardias, mientras otras estaban aprisionadas a la pared rasposa, infravaloradas en condiciones deplorables y seguramente se trataban de alfas capturados ya que los inmovilizaban de tal manera que no puedan defenderse. Prevalecía el uso de bozales metálicos para que no desgarren a sus agresores, dentaduras de metal en sus piernas y armas a sus espaldas como amenaza constante ya que se caracterizan por su inminente fuerza.

El policía ya había sido testigo de redes criminales que solo comercializaban alfas muy jóvenes que recién se presentaban como tales y para su mala suerte habían otros de su misma casta que estaban podridos por dentro que los violaban hasta matarlos.

— ¿Joven K? — Alguien le habló interrumpiendo sus pensamientos y le pidió seguirlo ya que lo llevaría con el superior.

Las escenas de terrible esclavitud pasaron a segundo plano, ahora estaban en una oficina cuyo olor se asemejaba al de putrefacción absoluta.

El hombre abrió la puerta para que ingresé a dialogar con el cabecilla de todos los malditos que estaban en el lugar para irse y el agente presionó una parte de su cadera cuando intuyó que iba a comenzar a hablar, necesitaba grabar todo lo que dirían para obtener pruebas necesarias que alarguen y penen todos sus crímenes.

— Hey — Pronunció al verlo pasar y NamJoon correspondió al saludo del hombre con una sonrisa que fumaba demasiado y se sentó en el sofá descuidado del apestoso lugar a escuchar lo que sucedería después.

— Me comentaron que estás buscando diez para la colección de tu jefe — El angurriento habló por segunda vez mirándolo a los ojos, tenia un traje oscuro como el que uso el policía antes que no concordaba con el código del lugar. Todo estaba destruido, sucio y contaminado.

Joon se centró más en su papel dejando de lado las enormes ganas de golpear a muerte y masacrar al detestable sujeto que tenía en frente, sus instintos estaban tan encendidos pero debería guardarse antes de que sus hormonas lo delaten, así que asintió sin quitar la sonrisa que era difícil de hacer en este ambiente.