ORGASMOS MULTIPLES (+18)

Luisa.

Luisa la puta.

“Si el placer no es avivado con suficiente intensidad, la llama se extinguirá tan rápido como la has conseguido.”

Sr oscuro.

—Joder Stiven, pero que coño has hecho— expresa la chica de ojos negros.

—De qué me hablas loca!— grita Stiven notablemente enojado.

—Pues la cocina pedazo de gilipollas.— sisea mientras recorre el lugar con la mirada.

Éste no dice nada y sólo levanta los hombros logrando safarze del problema.

El ambiente en la cocina es espeso y la vista ni se diga. La pobre de esperancita (Luisa) deja el móvil en el mesón y comienza a limpiar.

« Maldito Stive, ya verá lo que le pasará cuándo terminé aquí.»

Go Fuck Yourself suena en la emisora y ésto logra aminorar los caldeados ánimos de Luisa.

Mientras tanto en la otra parte del departamento se encuentra Stive jugando al fortnite muy tranquilamente hasta que su víctima a ido por él.

Ya estaba próximo a ganar su primera partida cuándo todas las pantallas de repente se apagan y el mando a dejado de vibrar.

—¡Pero qué carajos!— grita desesperado.

—¡Holaaa nene!— comenta Luisa mientras sostiene en su mano los cables.

—¡Tú!— le recrimina con aquella mirada matadora.

— Ja, Ja, Ja. — se ríe de forma sarcástica...

Stive suelta el mandó y sale pirado detrás de ella, la pobre Luisa suelta los cables y comienza la maratón por los 72 metros cuadrados del apartamento, del pasillo al cuarto, del cuarto a la sala y de la sala a la cocina.

Stive es rápido pero ella le entorpece los movimientos con ese gran culo redondo que rebota con cada pisada que está da para evitar de ser agarrada.

— Detente joder, ya no puedo más. — exclama Luisa.

El mensaje ha sido recibido e ignorado con gran facilidad, ya qué el depredador por fin a podido capturar a su presa. Primero la tumba en el frío suelo del pasillo hasta quedar encima de ella.

Ésta a su completa merced.

— Nooo Stive, no me hagas cosquillas. — grita entre risa.

Sus piernas suben y bajan como queriendo zafarse de su agarre pero es imposible, Stive es doblemente más grande que ella y de pasó se encuentra en una mejor posición.

Las cosquillas se detienen por un instante para que ella logré respirar y él tenga oportunidad de verla a los ojos para decirle muy intensamente:

— ¡Es una pena que seas novia de mí amigo Carlos!—
Luisa tuerce los ojos y aprovecha la poca presión que Stive ejerce en su cuerpo para tumbarlo y ahora ser él quién se mantiene preso bajo las caderas de ella.

— Mmm, que delicia; estáis juguetona. — reconoce Stive, mientras ella se recoge algunos cabellos que han caído en medio de sus dos pechos.

Los dos vuelven a hacer contactó visual pero está vez algo en sus miradas es totalmente distinto, él jadea como caballo desbocado gracias a la previa carrera que ha tenido y ahora está el asunto de qué tiene a tan sólo escasos centímetros  el gran corazón de Luisa.

Por otro lado Luisa se hace la inocente al sentir cómo la erección de su amigo crece bajo su cuerpo y ahora golpea con gran énfasis su entrepierna logrando qué está se descontrole.