Un centenar de cosas pudieron cambiar de un momento a otro, y estaba sorprendido, pero los sucesos más grandes ocurren sin ser esperados. Y se desencadenan estallando en un segundo, generando reacciones primarias que darán origen a hechos infinitos no predeterminados y aunque quisieras con todas las fuerzas regresar al momento del cambio sería imposible encontrar el paso inicial de la cadena.
Y luego, cuando caes en cuenta te sientes perdido. Diminuto y extraviado entre un millón de posibilidades.
— ¿Estás durmiendo?
Hay silencio que sigue a la pregunta y dudo si debería moverme. Las luces de la ciudad brillan tenue a través de las cortinas de la habitación, a mi lado veo la silueta del hombre descansar, con su nariz pequeña y fina convertida en una sombra de negro junto a la separación de sus labios que trabajan inhalando y exhalando oxígeno de forma casi frenética.
Imagino el trabajo en su pecho, subiendo y bajando constantemente, alterándolo más. La sensación de angustia perforando en su pecho.
Por su puesto que él no está durmiendo. Yo tampoco podría hacerlo estando en sus huesos.
Por un segundo me permito seguir observando el perfil que las sombras exponen. Su frente descubierta y el cabello cayendo desordenado por aquí y allá.
Quería decirle que solo era un mal sueño, que una de esas horribles pesadillas había acabado con su mente y que pronto todo acabaría y sus ojos se abrirían paso frene a un nuevo día brillante. Que podría sonreír para arreglar un poquito más el mundo. Mi mundo. O el mundo de ambos que creábamos estando en su departamento.
Esa no era la realidad, sin embargo.
Abrí los ojos nuevamente para encontrarme con la oscuridad, estaba desorientado también. De un momento a otro en la noche había escuchado los sollozos, más bien sonidos ahogados y lastimeros, de Manuel al medio del pasillo. Sus ojos oscuros y grandes cuando conectaron con los míos parecían estar inyectados en sangre. Y había ido a pararme fuera de su puerta incrédulo.
Él estaba allí, de igual forma, pequeño y lastimado apoyándose en la puerta ligeramente abierta.
Él trató de incorporarse pero solo se arrastró un poco de manera miserable sin si quiera poder mantener el contacto visual. Lo siguiente fueron mis brazos alrededor de él y el mundo siguió girando. Sin cambios aparentemente importantes, pero había algo allí que me hizo sentir triste justo cuando la creciente necesidad de hacer sonreír a Manuel creció como fuertes raíces en mi pecho.
Él merecía algo mejor.
Él merecía reír cada maldito segundo.
Aun así, estaba llorando e hipando fuertemente aferrado a los brazos del mocoso molesto, como solía llamarme, alrededor de las dos de la mañana.
Y en ese momento tenía un miedo gigantesco de preguntarle las razones.
No había algo que pudiera lastimarnos más.
—No puedo dormir. —Manuel dice, luego del prolongado silencio y se mueve un poco sobre su cama. —Y me estoy muriendo de sueño, los ojos me pesan tanto, yo, solo sé que no puedo dormir.
— Está bien, a veces dormir no es tan fácil.
Manuel vuelve a quedarse callado, luego de un tiempo vuelve a murmurar. —Nada parece fácil cuando comienzas a crecer.
— ¿Vas a reflexionar?
— ¿Te vas a reír? Porque no tengo ganas de reírme, Martín.
Me había dado cuenta de ello mucho antes de que utilizara su tono irónico para alejarme. Manuel era una caja de sorpresas con sus respuestas, ingenioso y yo no tenía idea de muchas cosas de las cuales él solía hablarme. Y trataba de seguirle animado dándole la razón.

ESTÁS LEYENDO
L O L I T A [ ArgChi ]
FanfictionY la verdad detrás de eso era sólo Manuel rompiéndo corazones. O quizás, sólo un Manuel con su corazón un poco más que roto. ArgChi. ;;leve mencion de UkChi.