07. Ciudad

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—¡Rayos! —se levantó nuevamente,

Había recordado que su gato no tenía comida. Bajó de nuevo a la sala y llamo a una tienda de mascotas cercana para que la trajeran, había empezado a llover y por ende no saldría de casa.

—Lo siento mucho —hizo un medio puchero mientras veía a Aslan acercarse por el pasillo.

Tardaría una hora en llegar.

Sin notarlo se había hecho de noche. La chica había tenido un día bastante pesado, así que decidió ir al baño de su habitación y tomar una larga ducha para relajarse. Al salir del baño unas notificaciones la tomaron por sorpresa, era Logan...

Aly, las cosas en D&H
no pintan bien

No te respondí antes porque
tuve que ir a las oficinas y son
un caos completo

Al parecer muchos ya se
han enterado.

Mañana tendré una reunión
con Nick, te contactaremos
en cuanto necesitemos
de tu ayuda

No te preocupes

Lo que menos queremos es
involucrarte en algo por lo
que no tienes que hacerte
responsable

Ya has cargado con mucho
hasta ahora, solo descansa
por hoy

Te quiero, cuídate.

Estos mensajes en lugar de tranquilizarla la habían preocupado un poco más, lo más seguro era que los días posteriores se llenaran de estrés y más problemas. Respondió los mensajes de Logan y dejó a un lado su teléfono, se vistió colocándose una sudadera para bajar por el domicilio de Aslan.

Tomó sus cosas para bajar hasta el lobby, pagó el servicio del domicilio, tomó la bolsa de comida y se dirigió de nuevo al ascensor... Pero algo inusual llamó su atención, había un grupo de hombres en la entrada del edificio, estaban todos vestidos de negro y revisaron a las personas que entraban y salían del lugar.

—¿Quiénes serán? —oprimió el botón del ascensor, iba a subirse, pero una persona la sorprendió bajando de este.

—Disculpe —pasó el hombre, que al igual que las personas en la entrada tenía un traje negro.

Este se dirigió con los demás y se quedaron en la puerta por un rato, Alyssa entró al ascensor algo extrañada, oprimió los botones y éste se cerró

"Pero que tipos"

Subió hasta el piso de su departamento, cierta situación se le hizo extraña pero no le prestó mucha importancia. Sirvió la comida de su gato, se cambió nuevamente de ropa para ponerse esta vez su pijama.

Como era de esperarse sus ánimos empezaron a decaer, ese semblante tranquilo y despreocupado que tenía comenzó a desmoronarse.

"Completamente sola..."

Sintió la necesidad de beber un poco, así que fue a la cocina por una copa y una botella de vino para dirigirse luego a la sala de estar, el enorme ventanal dejaba una vista asombrosa de la gran ciudad, era tanta la belleza de aquel paisaje nocturno, que la hacía sentirse abrumada.

—La capital del mundo, ¿eh?... —rió, mientras veía embobada las luces.

Hacía poco rato había dejado de llover.

Sirvió un poco de vino y puso algo de música, quería relajarse y dejar de pensar en cosas innecesarias... Pero en ese justo instante le era casi imposible, vinieron a su cabeza muchos recuerdos, recuerdos que hacían eco en su cabeza cada vez que se encontraba a solas. Pasaba el rato entre su música mientras se servía una copa tras otra, bebía para olvidar, quería borrar heridas que a pesar del tiempo eran imposibles de sanar.

Todo aquello que recordó en un sólo día el estar en ese lugar, su antiguo "hogar", tristeza, dolor y amargura era lo único que venía a su mente, todo por lo que tuvo que pasar... todo lo que tuvo que hacer y sacrificar... Sus ojos se iban cristalizando, lágrimas empezaron a salir de ellos mientras la chica se embriagaba aún más. Pasado un rato, la habitación se inundó poco a poco con sus sollozos y estos se incrementaban al punto de llenar por completo aquel gran lugar, Alyssa trató de levantarse y se acercó al ventanal.

—Es una ciudad... demasiado grande... —su voz se entrecortaba— para que viva alguien tan... insignificante como yo....

*

Al día siguiente se levantó cerca del mediodía, su cabeza dolía a más no poder y su cuerpo estaba sumamente agotado. Había estado despierta bebiendo hasta las 3 am, se había quedado dormida en el sofá perdiendo la cuenta de los tragos que se había tomado.

—Aish, no puede ser... —frotó sus ojos.

Trató de levantarse lentamente para no marearse, pero fue imposible.

—MIERDA... —tomó su cabeza masajeándola un poco.

Duró un rato incorporándose poco a poco, luego tomó la botella y la copa junto a ella, ahí se dio cuenta de que se la había bebido por completo.

—Esto sí que es-tá... mal, jodidamente mal.

Había perdido la cuenta de las veces en que había prometido no emborracharse con tal licor. Arregló un poco el desorden con algo de dificultad, después fue a la cocina para comer algo, pero sólo quedaban vegetales y unas frutas.

—Mis snacks...

Salió de la cocina y se dirigió a su habitación, cada paso retumbaba en su cabeza como si fuera un tambor, cuando estaba subiendo las escaleras...

—¡CARAJO! —se resbaló y cayó de espaldas sobre el suelo.

Aquellas escaleras no tenían barandal gracias al diseño y como eran de madera se hacían aún más resbalosas.

Mi espaldaaa~

Hizo una mueca de dolor, se giró quedando boca abajo y recostó la cabeza sobre sus brazos. Se quedó dormida en el piso; pasó casi una hora allí cuando un sonido la despertó, era una llamada en su celular.

—¡Maldición! A quién se le ocurre llamar a esta horaaa... —se levantó cuidadosamente para alcanzar su teléfono, ni siquiera sabía en dónde estaba.

—Vamos... ¡aparece!

Revoloteó casi toda la sala, su dolor de cabeza no la dejaba seguir muy bien el sonido y tampoco sabía en dónde podía estar. El teléfono sonó cuatro veces seguidas, hasta que Alyssa pudo encontrarlo al fin.

—Ahí estás... —se agachó y recogió aquel objeto que se encontraba debajo de la mesa de centro en la sala— ¡AUCH! —su cabeza volvió a doler.

Se sentó sobre la alfombra y esperó una nueva llamada, luego contestó.

—¿Hola?...

UTOPÍA © - ❝Mundos Perfectos❞〚publicando〛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora