Capítulo 4

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CAPITULO 4

Un ruido detrás de ellos los hizo girarse.

- ¡Monse! –exclamaron ambos corriendo a socorrerla.

- ¿Estás bien? –le pregunto Baris, mientras ayudaba a levantarla, mientras que esta se llevaba una mano a la nuca tocándosela – ¿Monse?

- ¿Hay que me paso? –estaba desorientada.

- ¿Cómo llegaste hasta aquí? –le preguntó Baris nuevamente

- Hay...no lo sé...yo...estaba en un cuarto musical, el arpa tocaba sola –se abrazo fuertemente a Baris.

- Hey tranquila, ya estamos los tres juntos y quizás lo mejor sea que salgamos lo antes posible de aquí –Baris la sujetaba ya que estaba un poco mareada por el golpe.

- No, espera Baris –se volvió a quejar Can – ¿Cómo es eso que el arpa tocaba sola? –volvió a preguntar a Monse.

- Pues...no lo sé...estaba ahí embobada me senté en una silla y de repente caía por un túnel, y me encontré con ustedes. Al parecer a los tres nos han traído hasta aquí por alguna razón –dijo Monse volviendo en sí.

- Bueno, bueno, ¿entonces qué paso con el cuadro? –decía Baris

- Como te decía, si te fijas el resto de cuadros están firmados, pero este no –observaron detenidamente aquel cuadro que mostraba un simple pasillo, en efecto no esta firmado por ningún autor –es decir, sin nombre.

- Bien, pero nosotros buscamos un cuadro sin rostro, no sin nombre –se quejo de nuevo B.

- Hay al final de cuentas sin rostro, sin nombre, da lo mismo, ya estamos aquí, frente al cuadro sin nombre, y ahora ¿que? es lo único que tenemos –habló Monse.

- Pues...para serte sincero yo esperaba encontrar alguna puerta, o algo así, si no, ¿porque la llave? – Se cuestionaba Can –Quizás, haya alguna puerta detrás del cuadro, alguna entrada algo, no se.

Entre los tres examinaban el cuadro, sin encontrar nada, hasta que Can se apoyo en el frente del cuadro, y grande fue su sorpresa al ver que su mano atravesaba la pintura, rápidamente la saco algo asustado.

- Vie...vie...vie... ¿vieron lo mismo que yo? –les pregunto a sus amigos.

- Estaré yo loco, pero... –Baris fue interrumpido por Monse.

- ¡Can, tu mano atravesó la pintura!

Se quedaron unos minutos en silencio, algo preocupados por lo ocurrido, hasta que ya más tranquilo Can volvió a tratar de atravesar aquel cuadro, nuevamente ocurrió, dejando a un lado ese sentimiento de angustia y atravesando completamente el cuadro, sus amigos quisieron seguirlo pero estos no se les permitía atravesarlo, Can simplemente los miraba extrañado como si formara parte del cuadro, entonces él les tendió una mano y aferrándose a el pudieron entrar.

Aquel pasillo era diferente a los del resto del castillo, pues no tenía ni cuadros, armaduras, espadas, nada por el estilo, un simple pasillo, desierto, construido de ladrillos.

Empezaron a caminar cuidadosamente en el. Monse sin darse cuenta había tomado la mano de Baris, se sentía muy nerviosa al estar ahí, Baris, por su parte sentía algo de incertidumbre, mientras que Can sentía ansias tremendas de saber a donde los llevaría aquel camino, el cual parecía no acabar nunca. Avanzaban y avanzaban, pero el pasillo se volvía cada vez algo más oscuro y tenebroso, por lo que Can tomo en su mano derecha una de las antorchas que colgaban.

Katrina (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora