CAPITULO 5
En su mano llevaba la pintura del cuadro sin rostro, se acercó al piano, retiró la banqueta y se sentó en ella, muy despacio levanto la tapa que cubría las teclas blancas y negras. Posó uno de sus dedos sobre una de tantas teclas, pero sus manos parecían no hacerle caso, cerró los ojos y se dejo llevar. Poco a poco las notas que salían de aquel piano tenían una magia especial y aquel cuadro que estaba enrollado, comenzó solo a desenrollarse, algo estaba sucediendo y Can estaba ajeno a lo que sucedía con esa pintura.
Cada nota que sonaba era un trazo en aquel rostro que fue borrado, unas simples notas estaban devolviendo el rostro a la dama que estaba pintada en el. Su frente era clara y hermosa, sus ojos eran grandes y bellísimos, tenían un brillo especial y esa mirada tan serena como a su vez tan llena de vida, la nariz perfecta y graciosa, en cambio sus labios parecían perfilados, perfectos, rojos cual carmín.
De aquel rostro comenzó a desprenderse un aroma que hizo que Can volviese a abrir sus ojos y dejar de tocar esa pieza "Eternally Yours"
Ese aroma lo hizo levantarse de la banqueta, camino varios pasos pero se giro para recoger el cuadro sin rostro, cual sería su sorpresa cuando vio que estaba vació, lo que en el había dibujado ya no estaba y en su lugar solo unas letras "Eternally Yours". Ahora más que nunca sabía que estaba cerca, muy cerca de ella, de su Katrina, se había enamorado de ella nada más empezar a tocar esa pieza, la cual tenía el mismo nombre que había escrito en el cuadro. Sin saber como llegó a lo más alto de una de las torres del castillo y en ella se encontró nuevamente con una puerta. Estaba cerrada si, pero no cerrada a los latidos de su corazón, ese sentimiento que comenzó a sentir con cada nota que sonaba era una llave hacía un corazón que permanecía dormido y solo.
Solo necesito alargar la mano hacía el pomo de la puerta y sin tocarlo esta misma se abrió, frente a él se encontraba un espejo y reflejado en el una mujer que le daba la espalda. Su corazón latía con más fuerza, parecía estar sin control, camino muy despacio hacía aquel espejo, sintió como una fuerza extraña lo empujo para tropezarse con el espejo, pero no fue así, ocurrió todo lo contrarió lo paso como si de una puerta se tratase.
Estaba justo detrás de aquella extraña mujer, sus pasos eran lentos, rodeaba el cuerpo de aquella mujer hasta que se puso delante de ella. Estaba inmóvil parecía tan real, pero era una estatua, poso su mano derecha muy suavemente sobre aquel bello rostro y la acarició, su piel era suave y tersa y desprendía ese aroma tan especial que lo llevo hasta ese mismo lugar donde se encontraba. El vestido que ella llevaba puesto tenía el color del mar, verde, con adornos en dorado, mangas largas que casi rozaban el suelo, era de un tejido tan suave como el terciopelo, sobre su cabeza reposaba una corona sencilla de oro con unas piedras de esmeraldas y sin ser menos indispensable el medallón de su padre con una hermosa piedra verde, pero algo no era normal. Un collar parecía cortarle la respiración.
Estaba decidió, sabía que aquella mujer no podía ser otra más que su Katrina, su amor, su vida, el sol comenzaba a salir en el mismo momento en que sus dedos abrieron el cierre de su cautiverio como estatua devolviéndola a la vida en el mismo instante en que un nuevo día comenzaba y él estaría allí a su lado para afrontar todo lo nuevo que le esperaba a Katrina.
El collar calló al suelo haciéndose trozos de porcelana, exactamente lo que ella había sido durante quinientos largos años. Tan pronto el collar de rompió Katrina se desmayó sin poder ver el sol. Can la tomo en sus brazos y salió de esa torre como si ya antes hubiese estado allí, bajo las escaleras y se sorprendió al ver que sus amigos Baris y Monse estaban en su habitación esperando a que regresase.
Se acercó a la cama y dejo allí a la mujer de su vida, luego habló en voz baja y les contó a ambos lo que le sucedió cuando encontró el cuadro y lo que pasó luego. A los pocos minutos...
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Katrina (COMPLETA)
Historia CortaLos castillos esconden misterios y te llena de curiosidad cuando su historia te deja con esa sensación de querer saber mas. Si los muros hablasen, contarian todo lo que esconden. No te puedes perder esta corta historia.