9. El cuaderno nº 13

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Bakugo.

Veo sus ojos color carmesí, observándome detenidamente.

— ¿Alitas? — Dijo el cenizo nervioso e intrigado mientras me sujetaba por los hombros.

Alitas... ¡¿Alitas?! ¡¿Me acaba de llamar alitas?! De todos los apodos que existen ¡¿Tenía que elegir ese?!

— ¡¿Me acabas de llamar "alitas"?! — Aparté sus manos de mis hombros y me levanté rápidamente enfadada.

— Sí — Respondió de manera calmada pero irritada a la vez, frunciendo el ceño levemente.

— ¡¿SE PUEDE SABER DE DÓNDE LO SACASTE?! — Bakugo se levantó y frunció todavía más el ceño.

— ¿Qué te pasaba? — Preguntó el rubio, ignorando lo que le acababa de decir.

— ¿Qué? — Incliné mi cabeza con intriga y miré directamente a los ojos del cenizo, aunque aparté la vista rápidamente, ya que el color rojo de estos y su mirada seria me intimidaban un poco.

— Joder, hace unos segundos parecía que te morías — Bakugo alzó un poco el tono, ahora algo enfadado.

Hace unos segundos, estaba dormida. Pero tiene razón, algo pasó, antes estaba en la espalda de Kiri, y me desperté sentada en el suelo ¿Tal vez estaba sonámbula?

— Hey ____, despertaste por fin. Así Bakugo no tendrá que cargar contigo — Eijiro se acercó a nosotros con un polo de helado doble (es uno de estos que se parten a la mitad)

El rubio frunció el ceño y fusiló a Kiri con la mirada. En ese momento, por alguna razón que desconozco, decidí fijarme más de lo normal en el cenizo. Aunque en realidad nunca me había fijado en él. Ni siquiera me había dado cuenta de los detalles que más resaltan, como por ejemplo, que llevaba la camisa del uniforme desabrochada por la parte de arriba, o que tiene la chaqueta arrugada, o que va con los pantalones "cagados", o que tiene cicatrices en sus manos, supongo que por su kosei, o que en sus labios- — ¡¿Y TÚ QUÉ MIERDA MIRAS TANTO?! — Me parece que me fijé demasiado.

Bakugo me dirigió una mirada furiosa mientras creaba pequeñas chispas con sus manos.

— Tenías una mosca en la cara — Mentira.

El rubio relajó un poco su mirada, aunque aún seguía enfadado. Me miraba de arriba a abajo con el ceño levemente fruncido y cara de asco.

— ¡Bueno! — Kirishima decidió romper la situación incómoda en la que nos encontrábamos — Será mejor que vayamos yendo a casa de ____ —

El ambiente se tranquilizó y los tres seguimos caminando hacia mi casa, y bueno, a la de Bakugo también.

(...)

— ¡¡Entrenamiento de rescate!! — La voz de Aizawa-sensei me despertó, provocando que me cayera de la silla.

Toda la clase se giró hacia mí. Que vergüenza. No me gusta que me miren en estas ocasiones.

El profe me dirigió una mirada cansada y continuó hablando — En esta ocasión sois libres de elegir si os ponéis o no los trajes — El pelinegro presionó un botón en un mando que hizo que salieran estanterías de la pared — Porque supongo que algunos dificultarán más que otra cosa la labor —

Juego Perdido [Bakugo x tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora