Juego Perdido [Bakugo x tú]

2. El examen de ingreso

Cuando todos estábamos sentados un hombre que parecía un lápiz entró en la sala.

— ¡¡¡Bienvenidos todos a mi directo!!! — Gritaba el hombre-lápiz — ¡¡¡Everybody say HEY!!! — Puso una mano en su oreja como signo de que gritáramos.

Yo quería gritar "Hey", pero nadie en la sala dijo nada, y yo no quería ser la única, así que al final no pude.

— ¡Tomad seriedad! ¡Atentos candidatos! — Seguía gritando el lápiz, que supongo que era un profesor.

— ¡¡¡Os voy a contar de qué va esto del examen práctico!!! Are you ready???!!! — De nuevo, nadie dijo nada — ¡¡¡YEAH!!! —

— Te estás aguantando para no decir nada ¿verdad? — Me dijo Eijiro susurrando.

Yo, que estaba mordiéndome el labio para aguantar las ganas de gritar, asentí con la cabeza repetidas veces, a lo que Eiji soltó una pequeña risa.

— Ahora, los candidatos deberéis ¡Hacer un simulacro de diez minutos de una emergencia en ciudad! ¡Podéis llevar lo queráis! ¡Tras esta presentación deberéis ir cada uno al área que os haya tocado! ¡Evitarán que haya colaboraciones entre compañeros del mismo insti! ¡¡¿¿OK??!! — Explicó el profesor lápiz haciendo movimientos algo extraños para luego seguir explicando las reglas del examen.

(Los que hayan visto/leído el anime/manga sabrán cuales son)

(...)

— Entonces tendremos que ir a áreas
distintas — Dije girándome hacia Eijiro preocupada.

— ¡No te preocupes! Nos veremos después del examen — Respondió el pelinegro levantando el puño para que lo chocase.

Yo repetí el gesto y chocamos los puños con una sonrisa.

— ¡Suerte! — Dijo Kiri con una gran sonrisa para luego irse corriendo.

Miré mi tarjeta de admisión para saber a donde debía ir. Al final era el "área de entrenamiento C".
Fui hacia el área que se me asignaba y vi al grupo de estudiantes que esperaba para empezar la prueba.
No reconocía a nadie, así que me senté en el suelo a esperar el inicio de la prueba.

— Hola — Una chica de pelo verde y ojos muy grandes se acercó a mí.

— ¡Hola! Soy ____ Nakamura — Dije dedicándole una sonrisa.

La chica se agachó al lado mío.

— ¿Por qué te sientas en el suelo? Kero — Preguntó posando su dedo en su labio inferior.

— Oh, es que estaba algo cansada — Comencé a mover los pies simultáneamente.

La chica empezó a mirarme detenidamente, eso me asustaba un poco.

— ¿Estás cansada justo antes del examen práctico? — Dijo intrigada, sin dejar de mirarme.

— Sí — Solté una pequeña risa nerviosa. 

— Así tendrás menos posibilidades de aprobar,
kero — Posó su dedo sobre su barbilla y siguió hablando
— Mi nombre es Tsuyu Asui, llámame
Tsuyu-chan —

— Claro, Tsuyu-chan, tú puedes llamarme
____-chan — Tras decir eso, una voz robótica anunció que la prueba estaba a punto de comenzar, así que todos corrieron a colocarse frente a la puerta que daba al área C.

— ¿Tanta prisa por entrar? Son muy impacientes, ¿Verdad Tsuyu-cha-? — Antes de terminar la frase me di cuenta de que mi nueva amiga también había corrido hacia la puerta.

¿Tanta prisa por un examen? Imagino que habrá robots suficientes para todos ¿No?

— ¡¡¡¿¿¿Qué os pasa???!!! ¡¡¡En una lucha no hay cuenta atrás!!! ¡¡¡CORRED!!! — Gritó de repente el profesor que parecía un lápiz.

Todos empezaron a correr, incluida yo, pero la diferencia estaba en que ellos corrían por conseguir puntos para el examen, y yo corría porque todos corrían.

Un montón de robots empezaron a venir a hacia nosotros, o al menos los que quedábamos juntos, ya que muchos se habían dispersado.
Un chico rubio con un rayo negro en el pelo apareció de un salto y electrocutó a uno de los robots que estaba cerca mío. Una chica con unos cables colgando de sus orejas dio una patada en la cabeza a otro robot ¡Y otro chico que iba impulsándose con cintas apareció y derrotó a otro!
¡Era increíble!

Todos se estaban esforzando por aprobar este examen, y luchar contra esos robots tan grandes les hacía ver increíbles.
Ellos eran geniales, yo también quería ser genial, parecía divertido.
Salí corriendo en busca de más robots, y de repente uno de tres puntos apareció frente mí. Hice aparecer un par de alas en mi espalda y volé hasta la parte superior del robot, allí me lancé hacia él y de una patada atravesé el aparato.

— ¡WOW! ¡Esto sí que es divertido! — Grité levantando los brazos mientras las piezas del robot caían al suelo.

Después de eso seguí buscando más y más robots, no podía parar de destruirlos. A algunos los vencía con el poder de cortar cosas con mi voz, a otros los destruía luchando con mi propia fuerza, y a otros les hacía explotar creando una sobrecarga en su circuito a base de hackearlos con mi mente. Ese es otro kosei que aprendí.

Ya había conseguido 43 puntos, o al menos eso había contado yo. Y mi mente no podía dejar de pensar en una cosa.

El robot de cero puntos.

Nos habían dicho que ese robot era el más difícil de derrotar, que estaba creado para que escapáramos de él, y que no teníamos que derrotarlo, pero cuando me dicen que no haga algo, lo hago.
Corrí por las calles del área de entrenamiento buscando uno de los robots supuestamente invencible. Y por fin, lo encontré.
Empecé a correr cada vez más rápido, y cuando estaba lo suficientemente cerca, salté impulsándome con varias ondas de sonido. Quería llegar a la zona más alta del robot y destruirlo desde arriba.
Ya casi estaba, solo unos pocos metros más y podría acabar con él.

O al menos eso pensaba hasta que alguien me interrumpió.

Un rubio cenizo apareció impulsándose por explosiones, y él tenía la misma intención que yo.
Me miró enfadado, a lo que yo le devolví la mirada. Intenté propulsarme más rápido, pero él hizo lo mismo.

"NO" repetía en mi cabeza "Este robot... VA A SER MÍO"

Con una mirada desafiante, me impulsé con más fuerza hacia él, sentía que todas las miradas de los demás estudiantes se posaban en mí. Pero me daba igual, yo quería derrotarlo. Solté un grito con toda la fuerza que pude, pero, justo cuando casi había llegado al robot, una explosión cubrió todo. Hice un campo de fuerza a mi alrededor para protegerme, pero no me dio tiempo y empecé a caer.

Justo antes de tocar el suelo pude verlo. Pude ver al robot caer en pedazos hacia atrás, mientras que el cenizo bajaba al suelo con una sonrisa de superioridad.

Odio.

Ese fue el sentimiento que sentí antes de verlo todo negro.
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