Sus dedos se deslizaron por las fotografías qué habían llegado a su móvil de nueva cuenta, una triste sonrisa apareció en sus labios al ver a su esposo con... su familia.
JungKook cargaba a un pequeño niño rubio y ambos reían, se veían inmensamente felices en verdad, más allá descansaba su amante, o bien podría llamarle su esposo.
El hombre rubio reía con ellos mientras acariciaba su vientre abultado, al parecer la familia crecía un poco más, el nudo en su garganta se hizo presente y reprimió un sollozo.
— Mami —tomó un poco de aire antes de girar la cabeza y sonreírle a su bebé, la luz de sus ojos, su nene le miraba con ésos ojos de Bambi y su corazón se oprimió un poquito más.
— ¿Has terminado los deberes, bebé? —le preguntó entonces mientras tomaba algo de aire y revisaba qué las galletas se estuvieran horneando debidamente, después de todo... era el cumpleaños de SooBin.
— ¿Papá... no volverá a venir? —y quería decirle qué sí, qué estaría ahí celebrando con ellos, sin embargo, llevaba dos semanas en un "viaje de negocios" y al parecer no planeaba volver pronto.
Le sonrió a su pequeño castañito antes de dejar un beso en su mejilla — Sabes qué está ocupado pero... te llamó está mañana y no queríamos despertarte —y sabía que estaba mal mentirle pero no quería herirlo, no a su bebé.
SooBin le miró durante unos segundos antes de volver a su tarea, tenía siete años pero era bastante inteligente así que suponía no había creído nada.
La alarma de las galletas sonó y en ése momento se abrió la puerta, sus ojos miraron a TaeHyung, uno de los guardias que cuidaban de ellos, en sus manos cargaba una caja de regalos y pronto su bebé estaba saltando de emoción.
Por un instante deseo qué fuera JungKook quién hiciera feliz a su bebé.
...
— Sabes cómo es, tiene muchos enemigos de quién cuidarse y montañas de trabajo de los negocios lícitos —sus manos lavaban con cuidado los trastos que había usado para la cena.
A pesar de ser el esposo del jefe de la mafia coreana... no vivía con muchos lujos, JungKook se empeñaba en no llamar la atención, a veces se preguntaba sí es qué Park JiMin los tenía, por las fotografías qué le enviaban no había duda de ello.
— Mañana debo ir temprano al trabajo, buenas noches TaeHyung —era lo único qué le había pedido al Jeon, conservar su trabajo de educador de kinder, de ésa manera no se sentía solo y los pensamientos no le atormentaban.
— Volverá en algunos días, está ocupado con algunos socios, debes perdonar qué olvidará el cumpleaños de SooBin —y entonces la ira se hizo presente, miró al guardia y le dedicó una sonrisa llena de falsedad.
— Otra vez, lo olvido otra vez, cuándo hables con él por favor dile qué puede demorar lo qué quiera... aquí no hace falta —y estaba dando media vuelta, las lágrimas saliendo finalmente de sus ojos pero negándose a qué alguien le viera.
Una vez en su habitación se permitió llorar por los quince años qué conocía a JungKook, llorar por el dolor qué cada día se clavaba en su marchito corazón al saber qué él Jeon nunca le amaría.
Todos los allegados de JungKook decían qué era el esposo perfecto, sumiso, delicado, dedicado a su hijo y hogar, devoto de su esposo y entonces se preguntaba... cuánto tiempo más podría serlo.
...
— JiMin, no debes esforzarte, no cargues cosas así de nuevo —el pequeño rubio le miró con adoración antes de robarle un pequeño beso y cuando pensaba acariciarlo y hacer algo más su móvil sonó.
Su pareja le dió un pequeño pico en los labios antes de alejarse, tomó su móvil mientras salía al balcón del hotel y entonces miró el número de TaeHyung, soltando un suspiro contesto.
— Está llorando... de nuevo, ¿cuando volverás? Hoy fue el cumpleaños de SooBin —miró el mar qué podía verse desde la vista qué tenían y pensó en nunca irse de Hawaii.
— Cómprale algo, lo qué quiera. Volveré en una semana más, JiMin está cerca de la fecha de parto —fue su respuesta, la sensación qué tenía cuándo estaba con él y con su pequeño YeonJun y la bebé qué venía en camino no quería dejarla.
— Sí, YoonGi dice que quizá no deberías volver —y soltó una pequeña risa, sí, ése era su esposo, siempre tan perfecto y único, quizá por ello no había dudado en buscar una felicidad verdadera con JiMin.
— Nos vemos en una semana —y entonces colgó, los brazos de JiMin le rodearon y sonrío orgulloso al sentir el abultado vientre, sí, está era su verdadera familia.
...
— ¿Por qué te torturas viéndolas? —la suave voz de HoSeok lo hizo dar un pequeño brinquito, en el móvil se podía apreciar a un JungKook dormido sosteniendo entre sus brazos a un pequeño rubio, su hijo.
Le dedicó una sonrisa a su amigo quién le miró con suavidad y un dejó de lástima, y entonces solo logró encogerse de hombros antes de soltar una pequeña risa rota.
— Porqué me da un motivo para no amarle más —y pronto HoSeok seco las lágrimas qué bañaron sus mejillas, los cálidos brazos le rodearon entonces.
— Oh, pero YoonGi... tú le amas tantísimo —y sí lo hacía, y sí... quizá lo seguiría haciendo y por eso lloró mucho más.
...
— Mami, mami, mira ¡han crecido mucho! —sus ojos miraron a su bebé quién señalaba los rosales del jardín, juntos los habían plantado y era un orgullo saber qué habían crecido tan bonitos.
Acarició sus bonitos cabellos y entonces dejó un pequeño beso en su frente, sí JungKook tomará cinco minutos de su tiempo para conocer a SooBin sin duda alguna se enamoraría de él, cómo padre y amigo.
Sin embargo, nunca tenía tiempo, viajaba o tenía negocios qué atender, a veces se preguntaba qué hubiera pasado sí aquél tímido mesero no hubiera aceptado la propuesta de un joven con ojos de Bambi.
Y todas las dudas se iban cuándo miraba a su bebé — Mami, ¿puedo tener helado de postre? —le miró antes de asentir y sujetar su pequeña manita limpiando los rastros de tierra, causando risas en el castañito.
— Todo lo qué el principito quiera —le tarareó haciendo pequeñas cosquillas en su pancita, ajenos a todos, ajenos al mundo qué les rodeaba...
Lo único qué deseaba YoonGi en el mundo era ver a su familia unida... incluso sí su corazón salía lastimado.
...
Muchas gracias por los seguidores y el apoyo. Los quiero mucho.
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What If [KookGi]
RomancePor qué YoonGi era el esposo perfecto del líder de la mafia, o al menos eso se creía...