Capítulo III

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Su corazón parecía haberse detenido justo en ése momento, la escena que estaba protagonizando JungKook junto a JiMin había logrado lastimar más su marchito corazón y entonces sucedió... finalmente se cansó de todo.

— Fuera de mí casa —y sus palabras fueron escuchadas por todos ya qué le miraron de inmediato, su cuerpo temblaba y tenía un dolor agudo en la cabeza pero no importaba.

Sus ojos se encontraron con los de JungKook que le miró con seriedad mientras sostenía al rubio en sus brazos, pronto le dió la espalda caminando donde YeSung.

— Por favor, lleva a SooBin dentro —le pidió, su hijo enterró más su rostro en el pecho de su abuelo quién le miró con suavidad para encaminarse dentro de la casa pero entonces se detuvo y miró al Jeon menor.

— Dejaré unos guardias aquí por sí a JungKook se le olvida qué eres un doncel —y entonces se adentro finalmente en su pequeña casa.

— Es mí casa, no tienes derecho de echarme, sería yo quién debería sacarte —y pronto estaba volviendo el cuerpo para mirar al qué aún era su esposo.

— Firmaste los papeles qué pusieron la casa en venta después de la hipoteca, yo la compré, es mí casa ahora, puedes ir al banco y comprobarlo tú mismo, mientras tanto fuera o llamaré a la policía importándome poco quién eres —y pronto estaba siendo rodeado por dos guardias de YeSung cuándo el Jeon menor se acercó dónde él.

— ¿La compraste? ¿Con qué dinero? Cuándo te encontré no eras más qué un mesero de un bar, subiste de nivel a maestro pero dudo mucho qué ahora seas algo más qué eso —y sus palabras se clavaron en su pecho, incluso se obligó a retener las lágrimas qué querían salir.

— Vendí la casa de mis padres... ahora largo o tendrás a toda la policía aquí en cinco minutos —le sentenció con la voz firme y entonces miró al rubio qué se había mantenido a distancia, aún se preguntaba qué hacía ahí.

« — Tú deberías estar en cama, acabas de tener un parto, ¿no? El clima te hará daño y debes cuidar a tú hija, hazte un favor y vete... y llévate a JungKook —de pronto el aire parecía tenso, el rubio parecía un fantasma y JungKook no estaba mejor.

No espero algo más, tan sólo dió media vuelta y camino con la cabeza en alto hasta su pequeña casa, una vez la puerta se cerró, los brazos de Jeon YeSung le sostuvieron mientras los sollozos escapaban de sus labios.

...

— Deja una camioneta aquí, vamos JiMin, deberías estar en cama —el pequeño rubio lo miró con una pizca de miedo pero entonces le sonrió suavemente antes de sostenerlo entre sus brazos y hacerlo subir a una de las camionetas.

Una vez dentro la misma emprendió su camino a dónde se estaba alojando, nunca se lo había dicho a YoonGi, pero siempre que volvía a su casa, al pequeño pueblo, era por al menos dos semanas pero sólo pasaba uno o dos días con su esposo y con SooBin.

— Él... es bastante bonito —la suave voz de JiMin llamó su atención, le sonrió mientras acariciaba su mejilla con infinita dulzura antes de robarle un pequeño y cálido beso.

— No más qué tú, YoonGi es como un maniquí, perfecto, me aburrió, en cambio tú... tú me haces infinitamente feliz —le prometió y pronto estaba riendo cuándo JiMin subió a su regazo y entre risas lo lleno de besos.

— Señor, el señor Min ha salido de la casa con dos hombres, la camioneta los está siguiendo —miró al pequeño rubio, a su adoración y le robó un pequeño beso.

— Te quedarás en el hotel, debo encargarme de él, te prometo qué no va a hacer nada contra ti —aún le resultaba curioso cómo es que sabía el estado actual de JiMin.

What If [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora