Prologo - El Primer Presagio

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El sol ilumino el cielo.
Se elevo por encima de la pared oriental de la ciudad, iluminando todo Orario en el proceso. La masiva torre
blanca en medio de la ciudad, el solemne Panteón donde los Aventureros se reunían, el amplio Coliseo—todo
fue bañado por la suave luz matutina. Los ciudadanos de la ciudad ya habían comenzado su día. Humanos y
demi-humanos llenaron las calles, los sonidos de sus voces y pasos hacían que Orario volviera a la vida.
--Siento arrastrarte tan temprano en la mañana, Hefesto-tan. No quiero que pienses que estoy forzándote.
--No es nada. Siempre estoy sola, así que es bueno desayunar con alguien de vez en cuando.
Dos Diosas estaban sentadas alrededor de una mesa de comida en un edificio localizado entre las Calles
Principales del Noroeste y del Oeste. El ruido de las personas de afuera llegaba como olas mientras pasaban.
La Diosa con cabello bermellón, Loki, entrecerró sus ya estrechos ojos mientras la Diosa con cabello carmesí y
una venda alrededor de su ojo, Hefesto, le devolvía la sonrisa.
--Solo quiero agradecerte otra vez por prestarle a mis niños algunos de tus herreros para su expedición. Ellos
son una gran ayuda.
Hefesto gentilmente aceptó las palabras de agradecimiento de Loki y le hizo una pregunta.
--No es nada. Acceso prioritario al Botín de los Pisos Inferiores es todo el agradecimiento que necesitamos.
¿Qué hay de tus niños? ¿Crees que harán algún progreso con esta expedición?
El edificio de madera en donde comían era un cuadrado perfecto. Ambas Diosas estaban sentadas en el segundo
piso sin nadie alrededor excepto un empleado Beastman. Con el restaurante solo para ellas, Loki y Hefesto
tomaron los cubiertos colocados sobre el mantel blanco que cubría la mesa entre ellas.
--Tuvieron un poco de problemas la última vez, pero tengo el presentimiento de que esta es la vencida. Incluso
se fueron cantando “¡Vamos a hacerlo!” Y ahora Aizu-tan es Lv. 6. Todos se veían animados.
*Chomp*
Las mandíbulas de Loki mordieron con fuerza el pedazo de carne al final de su tenedor. Justo enfrente de ella,
Hefesto elegantemente manipuló sus utensilios y tomó pequeños mordiscos mientras miraba a Loki engullir el
agua en su vaso.
--… Por cierto, Hefesto-tan. ¿Conseguiste alguna información sobre el niño de la enana? ¿Nada en absoluto?
--¿Oh? Hehe, ¿Qué es esto? ¿Tienes curiosidad sobre Hestia?
--Curiosidad no es la palabra correcta… Ella es tan presumida. Agitando esos ridículos pechos suyos para que
todos los vean, poniéndose toda engreída. Eso realmente me hace enojar…
Hefesto no pudo evitar mostrar una sonrisa mientras Loki continuaba su lista de quejas.
--Uno de mis niños hizo equipo con el niño de Hestia. Creo que hoy van a ir a los Pisos Intermedios.
--¿Eh? Así que estás jugando a dos tiempos conmigo y la enana enviando herreros por todas partes, ¿No es así?
--Él firmo un contrato directo con el <Pequeño Novato>. A mi niño parece agradarle mucho el niño de Hestia.
Hefesto llevo otro trozo de comida a su boca, sin dejar de sonreír mientras hablaba.
Loki, sin embargo, no estaba nada divertida. Su rostro se volvió agrió.
--Eres horrible, Hefesto-tan. Engañándome con la enana.
--Alégrate de que nadie está alrededor para escuchar eso. Podrían malinterpretarlo.
Su alegre broma se prolongó para unos momentos más, cuando repentinamente—El edificio se sacudió lo
suficiente para hacer que sus cuerpos se balancearan. Ellas se congelaron en su lugar.
--… Otro terremoto.
--Es algo molesto, si me lo preguntas… estos terremotos han estado ocurriendo mucho recientemente.
El agua restante en los vasos junto a sus platos se ondulo.
Ese terremoto en particular fue lo bastante pequeño para sólo ser notado por aquellos que estaban sentados.
Probablemente, las personas afuera no sintieron nada.
Loki y Hefesto se sentaron silenciosamente mientras el retumbo continuaba.
--Si estos fueran terremotos normales, los callaríamos en cualquier momento… Pero hay esta peligrosa cosita
justo debajo de nuestros pies… ¿Qué piensas, Hefesto-tan?
--El Gremio está enviando plegarias constantemente, así que pienso que solo es una coincidencia… Pero sí, se
siente como que algo está a punto de pasar.
Ambas Diosas miraron fuera de la ventana. Las personas abajo continuaban con sus asuntos como de
costumbre. En cualquier caso, las calles de la ciudad parecían más ocupadas que cuándo llegaron.
--¿Huh?
Loki pronuncio cuando sus ojos pasaron a atrapar algo interesante en el trasfondo. Los miembros de una cierta
<Familia> estaban reunidos en una esquina del camino.
× × ×
--…
El Dios Takemikazuchi lanzó su mirada hacia el suelo bajo sus pies.
Estrecho sus cejas sumido en sus pensamientos mientras sentía las vibraciones sacudiendo las suelas de sus
zapatos.
--Takemikazuchi-sama, nos vamos.
El Dios levanto sus ojos del suelo en respuesta a una enérgica voz aguda.
Una hermosa joven estaba delante de él. Un brillante cabello largo y negro enmarcaba un rostro con ojos color
purpura azulado. Su espalda estaba perfectamente recta en señal de respeto.
La poca piel que mostraba debajo de la gruesa ropa de batalla color lavanda, era de un blanco liso y casi
lechoso. Su rostro tenía tal simetría perfecta que podía ser confundida con una Diosa.
Una sonrisa amorosa apareció en el rostro de Takemikazuchi cuando miro a la chica, una miembro de su
<Familia>.
--Sí, pero no te exijas demasiado, Mikoto. Siempre digo esto, pero nunca olvides cómo te sentiste en tu primer
día como Aventurera.
--¡Sí, señor!
Después de que la chica llamada Mikoto dio un breve asentimiento, el miro alrededor para enfrentar a los otros
miembros del grupo.
--Lo mismo va para todos ustedes.
El pequeño equipo de batalla consistía sólo de humanos.
Incluyendo a Mikoto, el grupo de seis conformaba la totalidad de la <Familia Takemikazuchi>. La <Familia
Takemikazuchi> era una de las <Familias Exploradoras del Calabozo> en Orario. Así como su nombre
indicaba, se ganaban la vida recolectando el Botín y las Piedras Mágicas del Calabozo y vendiéndolas para
obtener ganancias.
Rumores sobre un novato prometedor habían estado extendiéndose a través de los Aventureros de bajo nivel.
Ahora que Mikoto había obtenido el <Aumento de Nivel>, la <Familia Takemikazuchi> se había vuelto
relativamente fuerte para una <Familia> de bajo rango.
--Debemos irnos, Takemikazuchi-sama.
Se escuchó la voz del líder masculino del grupo.
--En efecto. La mejor de las suertes a todos.
Takemikazuchi respondió mientras los veía irse.
Mikoto dio otra reverencia antes de girar para unirse a los otros.
--Y no vuelvan incompletos…
Takemikazuchi miró sus figuras desaparecer en la distancia y miro a sus pies otra vez.
Pasaron unos momentos antes de que suspirara ligeramente mientras rascaba su cabeza.
-- Tambien debería ir a trabajar.
Girando sobre sus talones, el Dios giro sus hombros y torció su cuello. Quería ayudar a su <Familia> de
cualquier manera que pudiera, así que hoy una vez más estaría haciendo croquetas de patata fritas.
--Sigo perdiendo en ventas contra el lugar donde trabaja Hestia en el norte…
Murmuro para sí mismo mientras regresaba a la sede de su <Familia>, a pocos pasos de distancia, para
prepararse.
--¡Hey, hey, Takemikazuchi—!
Takemikazuchi se congeló con la mano extendida justo encima de la manija de la puerta.
La alegre y brillante voz que vino desde atrás envió escalofríos por su espina dorsal. Sus ojos se estremecieron
mientras se movían de lado a lado.
Takemikazuchi sabía demasiado bien quién era. Prácticamente arrojo su cuerpo para encarar al dueño de la voz.
--¡Hermes…!
--¡Sí, soy Hermes! Ha pasado una semana, ¿No es así, Takemikazuchi?
Justo como esperaba, un Dios bastante esbelto se acercaba a él.
Este nuevo Dios era de altura media, sus delgados brazos y piernas salían de su ropa de viajero mientras se
acercaba. Siendo un Dios, las características de Hermes se alineaban tan bien que nadie sería capaz de encontrar
un defecto. Extendió su mano y se quitó su alado sombrero de ala ancha para revelar su cabellera naranja.
Su apariencia afeminada y abrumador encanto eran completamente opuestos al refinamiento masculino de
Takemikazuchi.
Sonriendo de oreja a oreja, Hermes comenzó a girar su sombrero en su dedo mientras caminaba hacia el otro
Dios.
--¿¡Qu-Que estás haciendo aquí…!?
--Aw, no me mires con esa cara enojada. ¡Y vine hasta aquí solo para hablar tambien contigo, Takemikazuchi!
--¡No digas tales cosas ni siquiera en broma! ¿¡No fuiste tú quien condujo a esos otros idiotas para hacer mi
vida miserable!?
--¡Hahaha, lo siento, lo siento! ¡No puedo evitar molestarte cuándo te veo, Takemikazuchi!
El tono insolente de Hermes no hizo nada para alegrar el humor de Takemikazuchi. El rostro del Dios se volvía
más amargo a cada segundo.
Cada Dios tenía una o dos peculiaridades en ellos, pero Hermes era el número uno cuándo se trataba de
comportamiento salvaje.
De hecho, Hermes dejaba la sede de su <Familia> rutinariamente, el único lugar donde tenía alguna influencia
en Orario, para hacer turismo por el mundo. Takemikazuchi no estaba seguro si Hermes solo era un viajero
nacido o si solo no podía soportar estar en el mismo sitio durante mucho tiempo, pero sabía que ese Dios nunca
se había quedado en el mismo lugar por más de medio año. No hacía falta decir que la <Familia Hermes> era
una facción autónoma dirigida por sus miembros—quiénes estaban completamente abandonados a su propia
suerte.
--Acabo de regresar a la ciudad y casualmente pasaba por aquí, así que pensé en pasar y felicitarte… felicidades
por el <Aumento de Nivel> de Mikoto-chan, Takemikazuchi. Tu <Familia> se ha vuelto un poco más fuerte.
Tendremos que hacer negocios en el futuro.
Ya sea en los cielos o en la tierra, Hermes siempre había sido extremadamente bueno posicionándose para tener
éxito.
Tal diligencia es el clave para no hacer enemigos, Takemikazuchi pensó para sí mismo.
Hermes extendió su mano, pero Takemikazuchi no correspondió a la oferta enseguida.
--Hermes… ¿Por qué regresaste tan pronto?
Después de participar en la última Reunión de Dios, Hermes había empaquetado sus bolsas y se dirigió a partes
desconocidas. Normalmente una vez que dejaba la ciudad, no regresaría en un mes por lo menos.
Pero este viaje solo duró diez días. Por lejos era el más corto.
Takemikazuchi no intento esconder la sospecha en su rostro. Hermes se detuvo un momento antes de sonreír
una vez más.
--Hehe, con todos los novatos interesantes tomando el escenario, no puedes culparme por tener curiosidad sobre
ellos. Así que me encargue de algunas cosas y regrese un poco antes.
“Especialmente…” Hermes continuó.
--El <Pequeño Novato> de Hestia. Con él siendo el nuevo poseedor del récord, estoy seguro de que no soy el
único interesado en el chico.
Los estrechos ojos de Hermes se abrieron solo un poco más anchos mientras incluso mostraba sus dientes en
una sonrisa confiada.
Takemikazuchi frunció el ceño mientras el encantador Dios revelaba sus verdaderas intenciones.
--Takemikazuchi, ves bastante a Hestia, ¿Verdad? ¿Por casualidad sabes algo sobre Bell Cranel?
--Nada. Incluso si lo supiera, no te lo diría.
--Haha, eres tan frío.
Hermes apretó sus hombros, empujando su cabeza hacia adelante como si tratar de ver el rostro de
Takemikazuchi. Por fin, retrocedió unos cuantos pasos con esa sonrisa carismática todavía pegada en sus labios.
Una repentina ráfaga de viento llego desde el oeste, su cabello danzo ante la brisa repentina.
Hermes rompió el contacto visual con la mirada de reojo del otro Dios y miro hacia el cielo como si fuera
guiado por el viento.
--Ah, no puedo esperar para conocerlo.

Danmachi Vol. 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora