✝Monstruo16✝

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"A veces, las cosas no son lo que parecen. Todo puede dar un giro de 180° y tú... Ni al caso"


  El rechinido de la vieja puerta al final de la habitacion; indicando que estaba siendo abierta, me asustó e hizo que me acurrucara aún más en el rincón donde me encontraba.

Estaba muy descubierta, el piso y las paredes se sentían muy fríos, el malgastado colchón debajo de mí no ayudaba en nada para evitar el gran frío que mi pobre y delgado cuerpo sufria y mi ropa estaba sucia y rota en grandes partes; todo mi ser se sentía sucio y desprolijo, la habitación era un completo agujero oscuro sin ningún asomo de luz, a pesar de tener una bombilla colgando de un cable por el techo; pero, por la abertura de la puerta podía pasar luz de la habitación de al lado, del resto, solo era negrura.

Pese a esa poca claridad, mis ojos y mente no pudieron identificar al ser parado al frente de mí. Entré en pánico, en alteración, en el mismísimo miedo de tener a un completo desconocido delante de ti y pensar que él te haría las cosas más horribles del mundo. Me imaginé un sinfín de cosas, y para cuando su cuerpo estaba de rodillas e inclinado hacía mí; pude sentir todos mis músculos temblar.


En esa cercanía, pude detallar su rostro, hasta noté preocupación en sus ojos. Ahí caí en cuenta que no quería dañarme.

No quería hacerme daño.

Y no sé si eso me alivió.

Pero, una sombra detrás de él captó toda mi atención. Y, al observar bien su figura, una sonrisa ladina se dibujó en mi rostro. Una sonrisa malvada, maligna: esas que no te daban buena espina. Noté el desconcierto en la mirada del desconocido y sólo pensé en una cosa.

Ya perdiste, amigo.

Porque ahí estaba mi secuestrador, para nada contento y con algo de su múltiple agrado.

Un afilado cuchillo que servirá para rebanar al espécimen delante de mí.

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