✝Monstruo 22✝

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"Las cosas imprevistas sorprenden más que las que sabes que harás, porque siempre dices que podrás hacer ésto, pero haces un lío al intentar hacerlo"

  La alfombra debajo de un tieso y helado cuerpo, manchándose, mojándose; la herida en su pecho era muy profunda, tanto que la sangre salía expulsada y caía como cascada por los lados de su cuerpo. Era una tétrica escena que, de seguro, a los que repugnaban la sangre vomitarian si estuviesen presentes ante eso.

El lugar comenzaba a oler a ese metálico aroma de la sangre que ya hasta quemaba las fosas nasales. Pero, ahí estaba ella, de pie ante el cuerpo, presenciandolo con horror, con miedo y con asombro. Su rostro era de película de terror o suspenso. La escena servía para eso. Pero, eso no era la ficción.

Sus ojos estaban entornados, su piel pálida y erizada, sus labios ligeramente separados reemplazando la función de la naríz; pero... Su rostro estaba decorado de algo más, y no era algo expresivo, era de sangre, manchas de sangres; algunas se ligaban con las lágrimas que sus ojos soltaban, otras estaban por secarse en su piel.

Pero, eso no era lo único que bañaba de sangre, sino lo que sostenía en su mano izquierda.

¿A que no adivinan qué es?

Sí, es un hermoso y afilado pedazo de vidrio; brillando en su mano y resaltando la sangre que goteaba y caía al piso.

El piso manchado, la ropa manchada; todo indicaba que era un homicidio... Y eso la desesperó con facilidad.

Ella nunca pensó hacer eso, nunca pensó que mataría a alguien; pero lo hizo y no sabe que tenía que hacer al respecto. Por su mente pasaban muchas cosas, esconder el cuerpo, ocultar las evidencias, limpiar el desorden. Pero, algo cruzó su mente, algo que ponía en riesgo la ejecución de ocultar el cadáver.

Sus hijos.

Ellos despertarían y verían a su padre tieso en el suelo. Por eso, debía moverse con más urgencia. Pero no podía. Su cuerpo estaba paralizado y aún seguía sin entender la situación.

No podía entender lo que hizo.

No podía creer lo que hizo.

Pero lo hecho, hecho estaba.

Y no puede hacer nada más ante aquel lío.

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