PARTE UNO

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Parte Uno
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«Los Niños que eran felices»

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-Bajo el mar, bajo el mar, vives contenta siendo sirena eres feliz -Canto Luke entre risas, había perdido una tonta apuesta cara o cruz con Percy y ahora tenía que cantar bajo el mar pero era tannn divertido ver a el niño intentado no cantar con él.

Se paró de un salto tomando el cepillo para el cabello de Sally y usándolo como micrófono con el puro afán de lograr que Percy cantara con él-ellos trabajan sin parar y bajo el sol para variar.

No fue difícil.-mientras nosotros siempre flotamos bajo el mar-Luke se rió con ganas sintiéndose tan divertido y feliz cuando Percy se unió a sus risas.

Terminaron la canción y cayeron exhaustos en el sofá azul de la sala de estar, con las respiraciones agitadas y unas sonrisas gemelas.

Hablaron durante lo que parecieron horas, viste a ese niño que de cayó en medio de la cafetería ayer.

¿Los peces podrían sobrevivir fuera del agua hasta ser una nueva especie?

Oye Luke me encantan tus ojos-luke se sonrojó mucho con esta.

Pero claro que siendo semidioses esa paz no dura jamás.

De repente ambos niños sintieron un frío escalofriante que hizo que cada poro de su su cuerpo se sintiera amenazado, Luke gruñó. Monstruo.

Pero ¿Cómo? Se supone que el olor del inútil de Gabe los mantendría alejados. Intento ponerse de pie y correr por la espada de Sally, tenía que proteger a Percy. Si a él le pasaba algo... No. Eso nunca. Cuando reaccionó era demasiado tarde, una luz blanca los envolvió y toda la sala se desvaneció.

Mierda, abrazó a Percy intentando protegerlo de lo que fuera que significará esa luz. Luz que ya no era blanca si no que cambió a diferentes colores brillantes por segundo. Era azul, dorada, verde o roja y cada color era más intenso a la vista que el anterior obligando a los niños a cerrar fuertemente los ojos.

Cuando los abrieron casi tienen un corto circuito. Percy pensó que tenía que ser un sueño porque él no tenía imaginación y Luke deseó que fuera un sueño porque si no el resultado iba a ser un fastidio.

Un hermoso palacio se levantó imponente frente a ellos, sus antiguos pilares griegos decorados con el dibujo (por favor que sea solo pintura) de serpientes doradas que se enrollaban desde el inicio hasta el final de la columna. Frente a la gran entrada habían tres ancianas que hicieron estremecerse a Luke.

-Lu..ke-Le llamó el pelinegro-¿Sabes quiénes son?-Recibió una mueca incomoda y una leve negación. Percy se sintió en peligro cuando la mirada del rubio jamás dejo a las señoras, tenía la espalda tensa y una mirada calculadora, Percy solo lo había visto así una vez y aquello involucraba un extraño y horrendo monstruo.

Las señoras se fueron acercando de una manera tétrica que hacía parecer que flotaban en el aire, tenían unas horrendas túnicas verdes oscuras que arrastraban en el limpio piso de mármol, la luz que proyectaba el fuego verde que ardía en antorchas detrás de ellas y la niebla espesa que se movía alrededor tampoco ayudo al ya revuelto estómago del niño.

Una de ellas los miro, fue sorprendente encontrarse con una mirada casi amable, pero más sorprendente fue notar que a diferencia de las arrugadas manos que sostenían una antigua rueca su rostro era digno de ganar un certamen de la belleza, tenía unos hermosos ojos cambiantes que sorprendieron a los niños y su aura desplegaba poder, como un campo de fuerza que cubría todo lo cercano.

Leyendo Percy Jackson: La Verdadera Historia Del HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora